¿Cómo se explica la ola de defaults de empresas de energía en el mejor momento del sector?
En pleno boom energético, ya son varias las firmas que no pueden pagar sus deudas y tienen que encarar reestructuraciones. El desafío de un sector que necesita de más crédito para poder desarrollarse.

No cabe duda de que la energía se convirtió en el sector estrella de la economía argentina y es uno de los pocos que acumula un crecimiento sostenido desde hace varios años. Sin embargo, el panorama financiero de la industria se agravó fuertemente en los últimos meses y varias empresas se vieron obligadas a reestructurar el pago de sus deudas.

Si bien se trata de un fenómeno que abarca a empresas de todo el abanico productivo nacional, sorprende la situación de las firmas del Oil & Gas o del negocio eléctrico por sus buenos rendimientos en dólares.

Aconcagua, Albanesi o Generación Mediterránea, son algunos de los casos con mayores crisis de deuda que tuvieron que defaultear sus compromisos. Pero el problema va mucho más allá y refleja un cuello de botella de financiamiento en un sector netamente capital intensivo que va a necesitar de mejores tasas y más acceso al crédito para poder desarrollar todo el potencial de los recursos argentinos.

"Aunque el sector energético argentino muestra fuerte dinamismo, los recientes defaults reflejan las limitaciones en el acceso al crédito. Muchas empresas medianas se endeudaron en 2024 para invertir en crecimiento o adquirir activos, pero enfrentan vencimientos elevados con un mercado menos líquido y requiriendo tasas más altas. El costo del crédito claramente está subiendo, no sólo por estos defaults puntuales, sino por la falta de acceso fluido a los mercados", explicó a Forbes Matías Cattaruzzi, analista de acciones en Adcap Grupo Financiero.

Curiosamente, la salida parcial del cepo agravó el panorama. El control de capitales generaba una masa de dinero atrapada en el mercado argentino que indefectiblemente se canalizaba hacia el financiamiento de las empresas y mejoraba las tasas. Y con el lanzamiento del blanqueo en el segundo semestre del 2024, aumentó fuertemente la liquidez y se alcanzaron las mayores colocaciones de deuda de los últimos 7 u 8 años.

"Ese colchón del blanqueo desapareció, ya no hay dólares ni pesos ociosos, el cepo sigue para los privados y las empresas no pueden conseguir el financiamiento que tenían antes", detalló un experimentado trader.

Ahora, con la liberación de algunos controles de capital, se hace más barato que esos pesos o dólares vayan a otros activos internacionales con menor riesgo como los bonos del tesoro americano.

Desde Adcap calculan que el blanqueo había ayudado a bajar entre 1 y 3 puntos porcentuales de tasa para el crédito de las empresas y había ampliado la "duration" de las emisiones de 2/3 años a un rango de 5/7 años. 

Central termoeléctrica de Albanesi.

"Vista, por ejemplo, pudo colocar al 5% o al 6% en pleno blanqueo y ahora tuvo que salir al 8,5%. Es decir, no afecta solamente a empresas de mala calidad. Todas están con un problema de financiamiento. La diferencia es que las firmas de buena calidad pueden aguantar esa suba de tasas sin que afecte a la sostenibilidad de su negocio", agregó una fuente del mercado.

El golpe a las más chicas

Lógicamente, la peor parte se la llevaron las empresas más chicas o con focalización en negocios menos rentables como los campos maduros convencionales o la generación eléctrica. 

 "Se apalancaron mucho para comprar activos no tan rentables con costos que se inflaron mucho y tienen estructuras laborales muy rígidas acordadas con las provincias. También se combina una fuerte inflación y apreciación cambiaria durante 2024 y un escenario con precios internacionales más deprimidos. Ahora, estas empresas medianas y chicas deben recurrir a estructuras complejas, garantías en especie o private placements, muchas veces en condiciones poco convenientes", subrayó Cattaruzzi. 

No obstante, Miguel Sinigaglia (hijo), presidente de Capital Cai, le quitó gravedad al tema y señaló que se trata de "problemas puntuales más que un contagio general" y que "por el momento no se ve que los problemas se trasladen al resto del mercado". 

"El riesgo país opera en 714 bps, relativamente estable en el 2025 con el mercado esperando las elecciones de octubre y mirando las reservas. En el mercado local, la parte corta de la curva al 2027, PAE rinde 6%, YPF 5,5% y Arcor 6%, muy por debajo de los mismos créditos afuera por el cepo cambiario", detalló. 

Pluspetrol, una de las empresas con buenas colocaciones de Obligaciones Negociables.

La importancia de la baja del riesgo país

Frente a esta encrucijada, tanto el gobierno como los privados van buscando puentes para poder sobrellevar la situación hasta que se alcance un mayor orden macroeconómico con salida plena del cepo y un riesgo país alineado al de los países de la región. 

El plan de "los dólares del colchón" va en ese sentido, aunque pocos le ven posibilidades de que tenga el mismo éxito que el último blanqueo. En tanto, muchas empresas de Vaca Muerta comienzan a analizar vender activos periféricos al core de su negocio para hacerse de caja, seguir rolleando la dinámica de deuda y mantener la alta inversión que demanda el no convencional neuquino.

Pero, en definitiva, se trata de parches que no tienen la misma magnitud que un financiamiento amplio y accesible, uno de los puntos donde más se pierde competitividad en relación al shale de los Estados Unidos.

"El sector corporativo estuvo los últimos años teniendo una dinámica propia de menor riesgo frente al soberano, pero eso no descarta la necesidad de que también baje el riesgo país, esto mejoraría el acceso a financiamiento y las tasas hacia valores más razonables. En general, una baja del riesgo país importante haría que aumente el apetito por el riesgo corporativo, pero el escenario todavía está lejos", analizó Cattaruzzi.