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De la más devaluada a la más sólida: las proyecciones de grandes bancos sobre el peso y el resto de las monedas de la región

Esteban Monte

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Bank of America, Santander, HSBC y J.P. Morgan actualizaron sus previsiones sobre las monedas latinoamericanas y coincidieron en destacar el plan antiinflacionario argentino como un factor clave para la estabilización del peso.

5 Junio de 2025 07.44

Algunos de los bancos internacionales más relevantes del mundo actualizaron sus proyecciones sobre las monedas latinoamericanas. Aunque las perspectivas muestran diferencias según cada caso, hay coincidencias en destacar el plan antiinflacionario de Argentina y señalar riesgos en otras economías de la región.

Bank of America (BofA)Banco Santander destacan el esquema de bandas flotantes que adoptó el Gobierno argentino como un cambio relevante en la estrategia monetaria. Este modelo se sostiene con asistencia financiera externa, una política fiscal y monetaria contractiva, sumado a una temporada de cosecha con buenos resultados. Ambas entidades estiman un dólar oficial en torno a los ARS 1.300 para fines de 2025.

Qué sucederá con las principales monedas de la región

Desde BofA proyectan que la economía argentina crecerá un 5% en 2025, con una inflación en retroceso que se ubicaría en 29,3% anual. Esa estimación parte de la premisa de que el Banco Central prioriza un tipo de cambio estable dentro de los límites pactados, sin intervenir en el mercado de cambios, incluso si eso implica resignar acumulación de reservas.

Paralelamente, HSBC, si bien reconoce el proceso de desinflación, advierte que el escenario político, especialmente por las elecciones de octubre, podría generar episodios de volatilidad cambiaria.

dólar
Dsde BofA proyectan que que el Banco Central prioriza un tipo de cambio estable dentro de los límites pactados, sin intervenir en el mercado de cambios,

Por su parte, en Brasil, un socio comercial clave para Argentina, el real recibió impulso por las tasas reales altas y un posible repunte de la demanda china. No obstante, tanto Santander como BofA alertan sobre el deterioro de las cuentas fiscales y una posible desaceleración de la economía hacia fines de 2025. Santander prevé que el tipo de cambio suba hasta 6.00 BRL/USD en 2026, mientras que BofA lo sitúa en 5.50 para fin del año próximo.

El peso mexicano, en tanto, muestra una resistencia que sorprende. J.P. Morgan subraya que mantiene fortaleza a pesar del recorte de tasas del Banco de México, lo que atribuye a una balanza de pagos más diversificada. De todos modos, BofA y HSBC señalan que las negociaciones del acuerdo USMCA y la caída del "carry trade" podrían empujar al MXN hacia 20.00 por dólar antes de que termine el año.

El peso chileno mantiene una relativa estabilidad. Santander la asocia con el equilibrio entre el precio del cobre y el comportamiento global del dólar. Por su parte, BofA cree que un posible cambio político tras las elecciones de noviembre podría beneficiar al CLP.

En el caso de Colombia, el diagnóstico es compartido. Las debilidades fiscales y una política monetaria más flexible dejan al peso colombiano vulnerable. Santander y BofA estiman que el COP podría llegar a 4.475 por dólar antes de fin de año.

Balance general y apuestas de los bancos internacionales

A nivel regional, los bancos evalúan con matices:

  • Santander considera que el plan antiinflacionario de Argentina, el atractivo "carry" brasileño y la estabilidad institucional chilena funcionan como motores que sostienen a esas monedas.
  • BofA visualiza un peso argentino bajo control, un real con solidez limitada y monedas como el peso mexicano y el colombiano con presiones bajistas.
  • J.P. Morgan mantiene una posición conservadora, con exposición reducida a las monedas de la región salvo casos puntuales.
  • HSBC muestra optimismo general, pero no descarta que aparezcan riesgos estructurales y políticos en el segundo semestre.

Argentina, con un plan económico de alto impacto y acompañamiento externo, concentra buena parte del interés internacional. Los bancos globales reconocen el esfuerzo, aunque remarcan que el calendario electoral podría condicionar lo que viene. Mientras tanto, el resto de las monedas regionales se mueven entre la tensión de sus propios desequilibrios y la esperanza de factores externos que las empujen a un mejor cierre de 2025.

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