¿Bonos o acciones? Cuál es la mejor apuesta en este 2023
Los indicios de recesión, al menos en los mercados de renta fija, son cada vez más numerosos.

La curva de rendimientos es uno de los indicadores más fiables de recesión y lleva señalando la posibilidad de una recesión desde mediados de 2022. Por el contrario, las acciones estadounidenses, medidas por el S&P 500, subieron significativamente desde los mínimos del pasado octubre y apenas se sitúan por debajo de los máximos del año hasta la fecha, rechazando aparentemente los temores de recesión.

Sin embargo, los mercados de renta fija consideran que la Fed podría recortar los tipos antes del verano norteamericano, tal vez como reacción a una recesión en Estados Unidos.

La evidencia de los mercados de renta fija

Los indicios de recesión, al menos en los mercados de renta fija, son cada vez más numerosos. El rendimiento del Tesoro a 10 años estuvo por debajo del rendimiento a 2 años de forma constante desde el pasado mes de julio. Es lo que se denomina una curva de rendimiento invertida y ha señalado una recesión con bastante fiabilidad en comparación con otros indicadores adelantados.

 

Partiendo de esta base, los mercados de renta fija ven casi una probabilidad de nueve sobre diez de que la Reserva Federal recorte los tipos en septiembre de este año. Eso es algo que la Fed dijo repetidamente que no hará según sus previsiones actuales. Sin embargo, una recesión podría hacer que ocurriera.

¿Qué pasa con las acciones?

En cambio, el mercado bursátil muestra cierto optimismo. El S&P 500 subió un 7% en lo que va de año, ya que el mercado se encogió de hombros ante los temores de contagio de los recientes problemas bancarios. En particular, los valores tecnológicos repuntaron.

Por el contrario, sectores más defensivos como la sanidad, los servicios públicos y los bienes de consumo se rezagaron en 2023. Esto sugiere que el mercado bursátil está adoptando una postura más de "riesgo asumido" y quizás esté menos preocupado por la economía.

 

Dicho esto, el mercado bursátil es un indicador adelantado del ciclo económico, por lo que es posible que las acciones prevean una recesión, pero que ahora miren más allá del crecimiento futuro y tengan en cuenta los tipos de descuento más bajos que podría suponer una recesión a medida que bajen los tipos de interés. Además, el mercado bursátil estadounidense es relativamente global, por lo que el destino de la economía estadounidense es un factor clave para impulsar los beneficios, pero no el único.

¿Y ahora qué?

El seguimiento de los datos de desempleo en Estados Unidos será clave. Aunque la curva de rendimiento es un buen pronosticador a largo plazo de las recesiones, es menos preciso a la hora de señalar cuándo comienza una recesión. Las tasas de desempleo pueden ofrecer un calendario más atinado. El desempleo subió en febrero. 

 

Si vemos un aumento sostenido del desempleo desde los bajos niveles de 2022, puede ser una señal relativamente clara de que la recesión está aquí. La economista Claudia Sahm estima que un aumento sostenido del 0,5% en la tasa de desempleo desde los mínimos de 12 meses es suficiente para desencadenar una recesión. El desempleo subió un 0,2% de enero a febrero de 2023, así que quizá estemos en camino de ello.

Por supuesto, el mercado laboral norteamericano se comportó mejor de lo esperado en 2022 y podría volver a hacerlo. Aun así, los mercados de renta fija sugieren que se avecina una recesión en 2023. Los mercados bursátiles no comparten necesariamente esa opinión.

 

*Con información de Forbes US