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Macroeconomía

Martín Rapetti: "No veo voluntad ni convicción en el Gobierno para hacer reformas económicas"

Leandro Dario

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En diálogo con Forbes Argentina, el director ejecutivo de Equilibra vaticina una "estanflación controlada" en 2022, caracterizada por un magro crecimiento económico, alta inflación y un acuerdo con el FMI.

09 Enero de 2022 16.20

Martín Rapetti pasó en 2021 de la academia a la consultoría. El vehículo para hacerlo fue Equilibra, un centro de análisis económico que dirige y combina la consultoría y la investigación, al tiempo que funciona como think tank. En diálogo con Forbes Argentina, el director de la Maestría en Economía de la Universidad de Buenos Aires adelanta su escenario para la economía argentina este año: cree que habrá estancamiento y alta inflación.

-¿Qué escenario económico esperás para 2022?

-En Equilibra lo llamamos estanflación controlada. La economía estará estancada, con una inflación parecida a la de este año o un poco más alta. Nuestro escenario cuantitativo es de 58% en 2022. Presupone un arreglo con el Fondo, que explica la estanflación y lo controlado. La economía argentina creció mucho este año pero tiene un límite de crecimiento por la disponibilidad de dólares, que será acotada. Creemos que el flujo de exportaciones será parecido al de 2021, en torno a US$ 85.000 millones. Cuando ya creciste lo suficiente usando los dólares que tenías, no hay mucho margen para expandirte porque chocás con una restricción. Además, si acordás con el Fondo tendrás que ajustar tarifas, tipo de cambio, y algún otro precio que está atrasado, como la nafta. Y seguramente tendrás que hacer algún recorte en el Presupuesto en el rubro de gastos. Entonces, la economía va a tener un impacto recesivo, porque si suben tarifas, la nafta, y el tipo de cambio, lo hacen en relación a los salarios, que tendrán una contracción. Eso hace que sea una estanflación. Y es controlada porque creemos que el acuerdo con el Fondo contendrá los comportamientos disruptivos más financieros: que la brecha no vuele por los aires o los depósitos salgan. No tenés ninguna crisis cambiaria, pero la economía no crece y tiene inflación. 

Martín Rapetti

-El año que viene no estarán los DEGs y los precios de las commodities bajarán cuando la FED suba la tasa de interés en Estados Unidos. ¿Cómo afecta ese cambio internacional al margen de maniobra del Gobierno?

-Si bien el escenario internacional no es negativo, deja de ser tan positivo. Venís a una buena velocidad pero desacelerás. El contexto internacional es bueno, pero es menos bueno de lo que venía siendo, entonces no te permite tener muchos más dólares para crecer. Tiendo a pensar que si la economía no tuviera que hacer los ajustes que tiene que hacer esa sería la principal restricción: los dólares. 

-Si no hay acuerdo con el FMI, ¿puede haber una crisis cambiaria con las reservas que hay en el Banco Central?

-No me imagino el escenario de un no acuerdo con el Fondo. Creo que hay que verlo de dos maneras: tenés un acuerdo relativamente rápido y exitoso, o una negociación empantanada que no logra cerrar pero que continúa. El escenario que se están planteando tanto el Gobierno como el Fondo Monetario Internacional es el de una negociación que difícilmente tenga un acuerdo antes de marzo. No tendría que sorprendernos si es en abril o mayo, después de los vencimientos fuertes que tiene en marzo. Ahí podría haber algún tipo de crédito puente, algo que permita estirar un poco más la negociación. No necesariamente no cerrar en marzo sea un evento disruptivo. Sí creo que enero y febrero serán meses turbulentos, de mucha tensión, imagino que habrá endurecimiento de los controles cambiarios. Después llega la cosecha gruesa. Si la negociación con el Fondo se traba, se complica, tenés una dificultad y el espacio para una complicación cambiaria.

-En una entrevista con La Nación dijiste: “empatizo con la mirada de un Gobierno que no quiera hacer cosas dolorosas en un año electoral. Pero después de las elecciones, por más que haya costos, tiene que hacerse. Hay decisiones que son dolorosas en el corto plazo que se tienen que tomar”. ¿Cuáles son esas decisiones?

-Cuando digo que empatizo no estoy diciendo necesariamente “yo lo haría”. Entiendo que es difícil hacer un ajuste cuando tenés que ir a elecciones. Es como vestirte feo cuando vas a salir con una persona que te gusta, es contradictorio. Lo que hay que hacer es corregir las distorsiones que tiene la economía. No podés tener las tarifas de servicios públicos tan retrasadas en el AMBA por múltiples razones: una fiscal y otra de funcionamiento de los servicios. No se puede invertir ni mejorar la calidad de esos servicios con esas tarifas. El tipo de cambio tendría que estar más alto de lo que está, no mucho, pero un poquito más. No podés tener tan reprimida financieramente la economía. La gente le huye al peso porque pierde plata con la inflación. Tenés que subir la tasa de interés en relación a la inflación. Y Argentina tiene un problema muy severo que va más allá del déficit financiero: el nivel de gasto público de más de 40 puntos del PBI. La economía no está en condiciones por su productividad de sostener ese Estado. Hay que iniciar un camino de corrección que es muy complejo porque no podés hacerlo enteramente cortando el gasto y tampoco solamente creciendo. Tenés que iniciar un proceso de recorte del gasto público donde menos duele y donde es más justo cortar: tarifas a servicios públicos.

-Guzmán habla de segmentar tarifas, sin explicar cómo lo hará, y esa idea generó resistencia dentro del Frente de Todos. ¿Por qué crees que los subsidios a la energía es  un dogma para el kirchnerismo?

-Los economistas tenemos un defecto y una virtud. La virtud o cualidad es que somos conscientes de las restricciones presupuestarias, trabajamos pensando en eso. La humanidad ha vivido una infinidad de situaciones de injusticia desde un punto de vista moral, pero que está radicada en que hay una restricción presupuestaria y no alcanza para todos. Creo que mucha gente no ve las restricciones presupuestarias. Los economistas fallamos mucho al no ver el problema social, ético o de economía política tan bien como un político o una persona de a pie. Pero uno no puede financiar todos los derechos. Ahí aparece la idea mágica: "que lo pague el rico". Primero no sé si el rico lo puede financiar, y aún si pudieras, para que una sociedad pueda acumular y haya crecimiento tenés que prevenir de consumir hoy para aumentar tu capacidad productiva para consumir más en el futuro. El que hace eso es típicamente la empresa privada, el capitalista. Si vos le querés diezmar esos recursos, la economía crece menos, porque tiene menos recursos para aumentar su capacidad productiva. Se retrasaron mucho las tarifas y la gente se acostumbró. Definitivamente ahí hay un problema que hay que resolver: hay que subir tarifas. Además, es un mal mecanismo redistributivo. Si querés hacerle ahorrar $ 1.000 por mes a una familia pobre directamente cobrale lo que le tenés que cobrar y dale una transferencia de $ 1.000 pesos para que pague la luz. Probablemente haga ahorro de luz y sea más eficiente todo el combo.

fmi

-¿Un acuerdo con el FMI contribuirá a bajar la inflación?

-No creo que todavía estemos en la situación de empezar un plan desinflacionario. Es muy difícil que puedas bajar la inflación cuando tenés que corregir precios que están atrasados. La inflación se acelera en promedio cuando pasa eso. Todavía tenemos que corregir el problema monetario que tiene la economía. Tenés desequilibrio monetario, precios que tienen que corregirse y el déficit fiscal. Hasta que no corrijas esas tres cosas, me parece que los planes de estabilización van a fallar. Te conviene ir corrigiendo eso y mantener la inflación estable. O hacer un gran paquete a la Cavallo de ordenamiento macroeconómico duro y parejo, donde corrijas todo de golpe y lances un plan. No veo materia política para eso. 

-¿Se pueden mejorar las expectativas con un acuerdo con el Fondo?

-El FMI en rigor es un actor secundario de esta historia. Lo que va a hacerte cambiar las expectativas es que haya un Gobierno que tenga una vocación de corregir los problemas que tiene la economía argentina, que le muestre a la sociedad cómo lo piensa hacer, y que se vea con nitidez que tiene el volumen político suficiente para que esas reformas se mantengan en el tiempo. Macri no tenía musculatura política para hacer las reformas que quería hacer. Se quedó sin nafta política. Hoy no veo la voluntad del Gobierno de hacer las reformas ni tampoco la convicción. Entonces no creo que genere ningún tipo de cambio rotundo de expectativas. Lo que el Fondo te va a aportar será un mínimo certificado de calidad de que más o menos esto puede funcionar. Eso no va a generar euforia, generará control. Es la estanflación controlada. 

-Hay sectores políticos y sociales que se oponen a la minería en Chubut, a la pesca de salmones en Tierra del Fuego, a la exploración petrolera offshore y a la utilización de agroquímicos. ¿Se puede crecer, producir, exportar, y distribuir con una matriz económica anti extractivista?

-Seguro que no. Minería hay en los países más avanzados desde el punto de vista ambiental, como Canadá y Australia. Siempre hay un trade off de algún grado de alteración ambiental en un proceso productivo. Toda acción humana tiene esto. Hay estándares internacionales que son certificados de que son ambientalmente apropiados. Con esos estándares, hay que aprovechar los recursos que tenemos. Son las pocas vías de empuje rápido de la economía argentina. Haciendo cuatro o cinco de esos grandes proyectos de inversión podés dar el inicio a un proceso de recuperación y crecimiento. Sin eso, es dificilísimo. 

Martín Rapetti, director de Equilibra

-¿Se puede reducir la pobreza en un contexto de alta inflación?

-Sí, con crecimiento. Esta es una cosa heterodoxa que le molesta a mucha gente, pero están los datos. Argentina, Chile, Brasil y Colombia de los años 60 hasta los 70 crecieron de forma sostenida muy rápidamente, redujeron pobreza, con inflación del 20, 30, o 40%. La pregunta es: ¿podés crecer de forma sostenida con tanta inflación? Y si pudieras, ¿podés resolver el problema de la pobreza? Hasta un 20, 25% de inflación las economías se las ingenian para crecer de forma sostenida sin tener castigo en su tasa de crecimiento. Más allá de ahí es complicado. ¿Puede Argentina reducir la pobreza con esta tasa de inflación y este desorden macroeconómico? Creo que no. Ya estás en un nivel de inflación muy alto, la economía está funcionando muy mal por un montón de desequilibrios. Es prioritario ordenar para empezar a crecer.

-¿Qué crecimiento proyectás para 2022?

-Muy magro, en torno a 1% de promedio. Punta a punta es casi caída o estancamiento.

-Si pudieras darle un consejo de política económica al presidente para 2022, ¿cuál sería?

-El principal problema en la economía argentina es la política. Está muy desordenada. Veo un Gobierno que tiene un presidente con muchas ambivalencias, que no tiene una definición clara hacia dónde quiere ir, y que encima está muy condicionado políticamente por sus socios, principalmente por el ala cristinista. Las correcciones que tiene que hacer la economía argentina son dolorosas. Esto es muy difícil de explicarle a la sociedad porque entiende que el ajuste ya se lo comió, ya pasó. Podés tomar medidas que no tienen costos y son señales hacia dónde querés ir. Por ejemplo, designar a un directorio del Banco Central compuesto por representantes de todas las fuerzas políticas con un mandato de seis años, que tenga la misión de bajar la inflación sin generar desequilibrios como un atraso en el tipo de cambio. Dado que no harás un gran ajuste fiscal, podés institucionalizar una regla de gasto. Ordenando cómo se va a comportar el gasto de acá en adelante le estás dando una señal a la sociedad y a los mercados, sobre todo a los que tienen que comprarte la deuda que vos emitís. Y, en paralelo, también podés jerarquizar al Consejo Económico y Social, que sea un ente integrado por las fuerzas políticas y que se dedique a tener metas macroeconómicas de Estado. Por ejemplo: nos ponemos como meta bajar la pobreza del 42 % a x % en 10 o 15 años. Para cumplir esa meta, la economía tiene que crecer a tal ritmo, eso es una regla aritmética, tenés una relación entre reducción de la pobreza y crecimiento de la economía. Al tener una meta de reducción de la pobreza, tenés una meta de crecimiento del país. Cuando lograr esa meta de crecimiento, para cumplirla tenés que tener determinada tasa de inversión, entonces tenés al mismo tiempo una meta de inversión. Y para financiar esa inversión tenés que generar dólares, entonces implícitamente tenés también una meta de crecimiento de las exportaciones. Así podés ordenar y convertir al Consejo Económico y Social en el Ministerio del largo plazo donde estén las políticas de Estado.

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