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Macroeconomía

Andrés Malamud: "Argentina va a empeorar antes de mejorar"

Alex Milberg Director

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En diálogo con Forbes Argentina, el politólogo Andrés Malamud reflexiona sobre el panorama actual de la política nacional y cómo llegarán los partidos al 2023.

07 Enero de 2022 12.36

Luego de las elecciones el país se partió en dos: AMBA y el interior. Alberto Fernández festejó porque efectivamente en AMBA logró empatar. No está disociado de la realidad pero tampoco tiene noción”, reflexiona Andrés Malamud, doctor en Ciencias Sociales y Políticas, e investigador principal del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, Portugal, país donde reside. 

Andrés Malamud

-¿Cuál es tu balance post elecciones? 

-Que el país se dividió en dos, en el AMBA y el interior. Y esto permitió festejos localizados. Cuando el Gobierno auténticamente convoca a celebrar la victoria ?el Presidente lo hace de esa manera?, él está pensando eso, y no es que está disociado de la realidad, es que está parado en una realidad metropolitana. Y en el AMBA el Gobierno empató porque la oposición Juntos por el Cambio perdió tres diputados porteños y tres senadores bonaerenses, y en la Provincia de Buenos Aires perdiendo por 1% el Gobierno metió la misma cantidad de diputados que Juntos por el Cambio: 15 cada uno. Cuando desde Puerto Madero y el Obelisco se mira al país, se mira solo a la zona metropolitana, y ahí hubo empate. De lo que el Presidente no tiene noción es que en el resto del país sufrió una paliza. No le importa, no lo sabe. Ya se dará cuenta cuando necesite los votos en el Senado. Argentina está partida y el Gobierno no tiene noción porque gobierna para la región metropolitana. 

-¿Cuál es la explicación para la recuperación? 

-La principal es el aparato. Pero el aparato no es una máquina perversa de servicio de intereses oscuros. El aparato es el control territorial que te da haber ganado en los municipios. El Gobierno movilizó a los territorios. ¿Cómo? Nombró intendentes en los gabinetes. En este momento, en el gabinete nacional de 21 ministros, uno (Manzur) es exgobernador y seis son exintendentes bonaerenses. Al mismo tiempo, hubo incapacidad de Juntos para movilizar más, porque el 47% en CABA es un resultado mediocre. María Eugenia Vidal se cambia de distrito porque necesitaban mantener muchos diputados en Capital y los pierden, y mientras tanto en la Provincia de Buenos Aires se retienen los votos de los dos partidos que fueron a las PASO (los radicales y el PRO), pero el peronismo levanta unos puntitos y le alcanza para meter tres senadores que hacen la diferencia y empatar el Senado bonaerense. 

Andrés Malamud: “Si Fernández no estabiliza la economía, el escenario será de renuncia o kirchnerización”

-¿Cómo ves el impacto real que tendrá el partido de Milei y de Espert? ¿Cuál creés que será su grado o su marco de influencia en el 2023? 

-Vamos a suponer que se da el mejor resultado posible: en 2023 la fórmula Milei-Espert gana la presidencia y sacan el 50% en todas las provincias. ¿Cuál va a ser la representación que van a tener en el Congreso? 16 senadores (se eligen 24 cada dos años) ganando las ocho provincias donde se concurre en 72. Y unos 65 diputados como máximo con toda la fuerza, porque ahora tienen cuatro. Si les va bien y sacan la mitad de los diputados, en la próxima van a tener 65 en 257. ¿Van a gobernar con quién? Es inviable que una tercera fuerza en una elección flash gobierne Argentina. El sistema político electoral es restrictivo, no te permite Bolsonaros, Kast ni Boric porque te va filtrando cada dos años. Y te filtra porque tenés que participar como partido, necesitás 100.000 fiscales, si no te van a faltar boletas. Este es un sistema que está basado en los partidos, y los partidos no son estructuras de élite, son 100.000 personas que donan su tiempo gratis. Que quede claro: el sistema basado en boletas de partidos no es un sistema de élite, es un sistema de participación popular. Por eso lo más probable es que sigan el camino de Alsogaray, Allende, Aldo Rico, Chacho Álvarez, López Murphy y Lilita Carrió, que se extingan como terceras fuerzas o que tengan que colarse como furgón de cola en fuerzas mayores.

-Si no estallara una crisis política interna en el Gobierno y la economía pudiera crecer, ¿esa tercera fuerza no fraccionaría al espacio Juntos y podría dar un escenario donde el peronismo pudiera ganar en primera vuelta? 

-Es que Milei y Espert solo tienen chances si explota todo. Las terceras fuerzas solo tienen chance en Argentina si se rompe todo. Eso fue el 2001 y eso significó el surgimiento del PRO en la Capital y el surgimiento del kirchnerismo dentro del peronismo. Si no explota todo, los dos partidos que están son los dos partidos que quedan. Si la economía mejora, el Gobierno será reelecto, es lo que pasa cuando la economía mejora. Si no mejora lo suficiente, ganará la oposición. Si se rompe todo, ahí es donde los pintorescos tienen chance. 

Andrés Malamud en el Forbes Summir reinventando Argentina

-¿No coincidís con la visión de que quizá el populismo cumplió su ciclo en la Argentina? ¿Qué dicen los estudios? 

-Que en América del Sur el 75% de la probabilidad de reelección está determinada por dos factores: el precio de las commodities y la tasa de interés. El precio de las commodities depende del crecimiento chino, la tasa de interés depende de la FED en Estados Unidos. Es decir que son factores que no determina el Gobierno: los gobiernos que reeligen en América del Sur no reeligen por mérito, reeligen por suerte. Y los gobiernos que pierden lo hacen por mala suerte. Si uno es un excelente gobernante a lo mejor puede amortiguar los efectos, pero las commodities y la tasa de interés son lo que determina la suerte de los gobiernos el 75% de las veces. Existe la posibilidad de que le vaya recontra bien a Argentina en el mundo y en ese caso Alberto Fernández tendrá que ser muy mal gobernante para perder. Y hasta ahora ha dado muestras de serlo. Pero aun así pierde contra Cambiemos. 

-¿Hay algún ejemplo dentro del otro 25%? 

-Esto que digo se aplica a América del Sur. La distinción vale. México es un exportador de manufacturas que van a EE.UU., América del Sur es exportador de commodities que van a China. Entonces en Panamá hay un corte que torna México y Argentina dos mundos diferentes. Por eso cuando el Presidente argentino dice que su único socio en el mundo es AMLO (Andrés Manuel López Obrador) está demostrando que no entiende nada de política internacional, porque el presidente de México hizo solo tres viajes internacionales en sus tres años de mandato y los tres fueron a EE.UU.. México está desvinculado de América Latina, porque su estructura productiva y su inserción internacional apuntan para otro lado. 

Andrés Malamud

-¿Cómo creés que va a evolucionar la crisis interna en el gobierno entre el Presidente y la Vicepresidenta? 

-Intuyo que hay una convergencia de intereses. El Presidente quiere completar el mandato, que es una hazaña en Argentina, pero que vienen logrando todos los últimos presidentes desde 2003. La Vicepresidenta quiere limpiar sus causas en la Justicia y dejar un legado. Ese legado se encarna en personas, pero también en simbolismos. No es incompatible que los dos triunfen. Lo que están demostrando hasta ahora es que no tienen capacidad para conseguir los objetivos de ninguno de los dos y cada uno le achaca la responsabilidad a otro. Siendo compatibles los intereses, siempre tienen la posibilidad de hacer lo que quieren los dos: simbolismos de izquierda, gobierno de derecha. Radicalizar el discurso con China, Cuba y Nicaragua, y acordar con el FMI. 

-¿Seguís preocupado por esa resistencia del sistema político en Argentina? 

-Lo que más me preocupa es que no se arregle la economía. Si no se arregla la economía por mucho tiempo se puede romper la política. La economía rota es lo que provoca pobres y es lo que hay que resolver. La política va resistiendo porque, qué paradoja, la grieta nos salva, porque nos divide verticalmente; a diferencia del 2001, que estábamos divididos horizontalmente, los de abajo pidiendo a los de arriba que se vayan todos. Ahora la grieta nos hace pedir que se vayan los de enfrente. A los nuestros los puteamos en la cancha, juegan mal, no nos gusta el técnico, pero no cambiamos de camiseta cuando perdemos un partido o un campeonato. Y la grieta hace eso, que uno se quede con su equipo aunque juegue mal. En ese aspecto la grieta favorece la estabilidad política, pero también la parálisis económica, dificulta las reformas necesarias. 

-¿Tu expectativa frente a la Argentina de una recuperación en el mediano plazo es baja, moderada, alta? 

-Vamos a empeorar antes de mejorar, el corto plazo es bastante oscuro. El mediano plazo no, por una serie de razones. Una: el brain gain contra el brain drain. Argentina es un país que tiene pocos emigrantes. Pero, cuando se van quieren volver, quieren seguir conectados, entonces generan redes de oportunidades que se descubren juntos, mantienen a la diáspora argentina activa en las cuestiones argentinas. Mi expectativa es que en el mediano plazo vamos a mejorar porque los que estamos afuera queremos volver y trabajamos en conjunto con los que quedan, con los que sufren, para que el mediano plazo sea mejor que el corto que va a ser, claro, malo. Y eso no nos tiene que hacer deprimir porque después del corto viene el largo.

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