Quién es la pareja argentina que compró la mansión de Bruce Willis y la transformó en un "hogar de cuentos"
Son Carlos y Andrea Alberini, quienes en 2014, tras desembolsar más de US$ 16.5 millones, comenzaron a hacer realidad su sueño de crear en una mansión de Los Ángeles, un parque inspirado en la región vitivinícola argentina.

Si te gusta el diseño de interiores y sos un apasionado de Hollywood y el paisajismo, seguramente te interesará la historia de Carlos y Andrea Alberini, la pareja argentina que hace aproximadamente una década decidió comprarle a Bruce Willis una de sus tantas mansiones para transformarla en un “dulce hogar” lleno de naturaleza. Hablamos de una casa de casi mil metros cuadrados, en casi 4000 m² de tierra en Beverly Hills, propiedad que pagaron US$16.5 millones.

Quiénes son Carlos y Andrea Alberini


Carlos Alberini es un empresario que estuvo al frente de seis empresas diferentes a lo largo de su vida y que actualmente se desempeña como Director Ejecutivo de Guess, cargo que ocupa desde 2019. 

Previamente, fue Presidente y Consejero Delegado de Lucky Brand, una empresa de ropa centrada en el denim, desde febrero de 2014 hasta febrero de 2019. También, fue codirector ejecutivo de RH (antes conocida como Restoration Hardware Holdings, Inc.), una empresa de mobiliario de lujo para el hogar, desde junio de 2010 hasta octubre de 2012 y desde julio de 2013 hasta enero de 2014; y fue el único director ejecutivo de RH desde octubre de 2012 hasta julio de 2013. 

Carlos Alberini tiene 64 años. Hay 6 ejecutivos mayores y 5 más jóvenes en Guess. El ejecutivo de más edad en Guess Inc. es Maurice Marciano, de 72 años, que es el Cofundador y Director.

 

Según WallMine, el patrimonio neto estimado de Alberini es de al menos US$ 144 millones y, hasta septiembre del 2020, poseía más de 83.000 unidades de acciones de Guess, por un valor de más de US$ 6. 339.058. 

 

Además, informan que como CEO y director de Guess, la retribución total de Alberini es de US$ 17.302.500, y no hay ejecutivos en la empresa que cobren más.

En cuanto a su esposa, Andrea, fue profesora y actualmente es miembro del consejo de administración de la Fundación UC Davis. También forma parte de los Miembros de la Junta Directiva en The Buckley School, de donde sus hijos son ex alumnos.

Dos años de remodelaciones


Si bien la mansión la compraron en 2014, se pasaron dos años haciendo remodelaciones profundas en la casa. Tanto en exteriores como interiores. Tal como revelan en una entrevista con La Nación, ambos querían convertir y transformar el hogar con un jardín soñado. Por eso contrataron a Scott Schrader, un renombrado paisajista y arquitecto conocido por su experiencia en la creación de espacios al aire libre

Con más de 25 años de experiencia en la industria, Schrader se estableció como una figura destacada en el diseño de paisajes, especializándose en transformar espacios ordinarios en impresionantes jardines y paisajes, trabajando en numerosos proyectos de alto perfil para celebridades como Patrick Dempsey, Ellen DeGeneres, Lionel Richie y Cher.

Andrea, ya con la idea clara de lo que tenía en mente, le comentó a Schared de su ciudad natal en Buenos Aires, Olivos, y le contó cómo los olivos le recordaban a su hogar. Por eso, el concepto desde un principio fue “crear una casa que cayó en medio de un olivar”.

Como primer paso, el objetivo fue “envolver la mansión”, debido a que se encuentra en una zona bastante transitada de Benedict Canyon Drive. Para lograr ese cometido una de las primeras obras que hicieron fue colocar una doble capa de paredes verdes para aislar el sonido.

El paso siguiente era crear un paisaje inspirado en la región vitivinícola argentina. Más precisamente, en Mendoza. La pareja trajo a la ex propiedad de Bruce Willis más de veinte olivos desde Sacramento. Cada uno de ellos de más de cien años de antigüedad. Además, plantaron manzanos, naranjos, tilos y limoneros.

Bajo ese fin, plantaron también paredes de ligustro y ficus alrededor del perímetro de la casa, que con el tiempo terminaron creando como especies de cuartos al aire libre con materiales en capas, “que generan una barrera de sonido, privacidad y aislamiento”; cuentan en diálogo con La Nación.

El trabajo de Schrader en la casa de los Alberini incluyó un jardín lateral donde una chimenea construida a partir de un pozo italiano del siglo XII está flanqueada por los capullos púrpuras de los árboles Forest Pansy; paisaje duro de grava con poca agua, copas de árboles frutales y una piscina de piedra caliza de Indiana.