Nada hay como la risa para hablar de temas que pueden ser espinosos. Es la receta que aplicó el cineasta Adam McKay a la hora de pensar una miniserie documental sobre algo que podría ser tan áspero como la economía. "Nos guste o no, todos estamos conectados por el dinero", dice al inicio de cada episodio de "Esta bestia gigante que es la economía global" (disponible en Amazon Prime) el conductor, Kal Penn. Efectivamente, nos guste o no ese hecho, es mejor descifrarlo con humor.
O, cuando menos, intentar algunos de sus aspectos.
Del humor a las finanzas
"Una guía para lavar el dinero"; "¿Los ricos son idiotas o se vuelven idiotas después de hacerse ricos?"; "Un tour por la corrupción global"; "¿El dinero es mentira?" Esos son algunos de los títulos de los ocho capítulos, todos atractivos y promisorios, al menos desde el punto de vista del infotainment. Lo que se promete es divulgación, datos y entretenimiento. Y es lo que se consigue.
El actor Kal Penn, comediante conocido por las películas de Harold and Kumar y por su papel en Dr. House es el anfitrión de la serie. Tiene una experiencia peculiar que menciona hacia el capítulo 7, trabajó como anfitrión en la Casa Blanca durante la administración de Obama.
El formato de los capítulos sigue las reglas habituales, con el presentador descontracturado y curioso, caminando por el mundo, reuniéndose con expertos o entendidos en la materia que investiga y explicando temas complejos de una forma amena. En ese sentido, entra en la línea de miniseries documentales como la de Stanley Tucci en Italia, Eva Longoria: searching for Mexico o Anthony Bourdain, parts unknown. 
                                                
En este caso, uno de los factores importantes que marcan la diferencia es que detrás de cámaras está el director y guionista Adam McKay. Socio habitual de Will Ferrell en varias comedias brillantes, como Anchorman y La balada de Ricky Bobby, también realizó la más seria La gran apuesta. En ella empleaba un tono sutil de comedia para contar cómo se dieron los hechos que condujeron a la explosión de la burbuja inmobiliaria hacia el 2008. Tuvo cinco nominaciones al Óscar y él ganó uno de ellos como autor del guion. Ahí incursionó en el mundo de las finanzas y se podría decir que dio el primer paso que lo llevó a la realización de esta serie.
Las preguntas desconcertantes
Kal Penn es un presentador idóneo con un carisma que lo muestra entre inocente y descarado, pero nunca excedido en su tono. Cuando dialoga en serio, lo hace bien y cuando gira hacia la comedia logra un efecto muy del estilo de las comedias de Adam McKay pero sin llevar la situación al ridículo. En ciertos puntos, muy sutiles, se acerca al tono de Cunk on Britain (Netflix), la serie de falso documental en la que la comediante Diane Morgan interpreta a una periodista un poco tonta, por decir un eufemismo, pero que hace preguntas desconcertantes y deja en evidencia temas interesantes. La diferencia está en que Esta bestia gigante es un documental real. Penn se interpreta a sí mismo, aunque hay momentos en que juega a realizar preguntas estúpidas o fuera de lugar, desconcertando a sus entrevistados.
El título del segundo episodio "¿Los ricos son idiotas o se vuelven idiotas después de hacerse ricos?" va por ese camino. Por más tonto o cínico que pueda parecer, no lo es. Se trata de cómo algunas personas exhiben sus riquezas en las redes, ostentan y alardean de formas entre extravagantes y ridículas. Un punto interesante del episodio es la entrevista a un millonario que es plenamente consciente de los extremos de alarde y juega con ellos, ridiculizándose incluso desde sus redes sociales. 
                                                
Si bien se puede leer una velada crítica al capitalismo, la serie parte de la premisa de la conexión humana mediante el dinero como un hecho incontrastable. Ni siquiera llega a insinuar que sea reversible, porque su punto es explorar las manifestaciones de este sistema o algunas de ellas. En el episodio "¿El dinero es una mentira?" entrevista a una pareja de survivalists en Estados Unidos, que se proponen ser autosuficientes ante un eventual colapso global, y también asiste a un mercado de trueque en Oviedo, España.
En este capítulo queda claro que las alternativas a las transacciones de dinero son las excepciones y se basan en pilares muy distintos. También explora qué le da valor a los billetes y cuál es su significado cuando los intercambiamos.
El absurdo como recurso didáctico
La faceta no ideológica de la propuesta tiene que ver con que está pensada principalmente desde el lado del humor a la par de la información. En ese sentido, no es reflexiva sino más bien informativa. Cada capítulo tiene un segmento con actores en los que se realiza algún sketch humorístico, casi siempre absurdo, que muestra claramente cómo funciona el tema que se explora en la ocasión.
En uno de ellos, por ejemplo, Kal está en una playa y le cae del cielo un bolso con un millón de dólares en efectivo. Acto seguido, va a un banco e intenta depositarlo. Ahí se encuentra con lo que sucede cuando se quiere hacer eso y las posteriores alternativas que se le ofrecen fuera del banco para lavar ese dinero (como comprar arte y revenderlo) y así introducirlo al sistema. En el episodio sobre la inteligencia artificial, que probablemente necesitaría una actualización aunque es suficientemente valioso, el sketch muestra una clase de cocina televisada como forma de explicar el modo en que una IA procesa soluciones.
Cada capítulo, por más tonto o extraño que suene su título, incluye algo interesante, ya sea un dato o una historia. En el episodio dedicado al caucho, habla sobre el control o descontrol de los precios y cómo no hay un responsable aparente en la cadena, ya que todos los participantes se señalan entre sí. Otro elemento atractivo es la aparición de algunos comediantes de peso, como Zack Galifaniakis, Ted Danson, Ed O´Neill y otros, para los sketch (O´Neill, de Modern family y Casados con hijos, aparece justamente en el episodio del caucho). 
                                                
Es una pena que la serie no haya tenido una segunda temporada, porque habría más temas por explorar. Desde la evolución de Elon Musk, la irrupción pública de Sam Altman y OpenAI hasta el avance de las criptomonedas (aunque se habla del bitcoin y se explican la blockchain), hay muchos otros aspectos de la economía global que merecerían un tratamiento de este tipo.
La realidad en la que vivimos necesita de más exploraciones de este tipo, en especial por la velocidad vertiginosa en la que se dan los hechos y la desorientación que muchas veces tenemos sobre las fuentes de información. Entender la gran película y no solo el hecho puntual, es lo que nos ayuda a tomar mejores decisiones. O, por lo menos, a saber dónde estamos parados.
 
             
             
             
             
             
             
             
            