Lo que hacen las grandes marcas para que la gente no solo compre, sino que hable de ellas con orgullo
No alcanza con vender. Las marcas que dejan huella son las que logran que sus clientes se conviertan en voceros entusiastas. Desde identidad hasta experiencias memorables, el secreto está en hacer que el público quiera contar lo que vivió.

La gente no compra productos y ya. Los recomienda. Y cuando algo le encanta, lo comenta. Publica, tuitea, comparte y etiqueta. Ahí está la diferencia entre una simple transacción y algo que crece. Los líderes que entienden eso no lo dejan librado al azar. Piensan marcas que dan orgullo de llevar.

Así lo hacen.

Construí identidad, no solo utilidad

Las personas no comparten solamente lo que les sirve. Comparten lo que las representa. Por eso marcas como Patagonia despiertan lealtad. Cuando alguien se pone una campera de esa marca, no solo se abriga. También transmite una forma de pensar: sostenibilidad, sencillez y responsabilidad. El producto pasa a ser parte de su identidad.
Los que toman decisiones con inteligencia se hacen una pregunta clave: ¿qué dice el uso de nuestro producto sobre quien lo usa?

Convertí a los clientes en creadores

Cuando le das un lugar real a las personas, se comprometen. LEGO e IKEA lo entendieron. Con kits que nacieron de los usuarios, concursos de diseño y espacios para la comunidad, la marca transformó a los clientes en socios. No se trata solo de comprar ladrillos. Se trata de armar algo que va más allá. Cuando alguien crea con vos, lo cuenta. Y eso hace que la conexión crezca.

Hacé que la lealtad se sienta como pertenencia

La gente quiere sentirse parte de algo con sentido. Gabai Parfum armó una base enorme de clientes, no a los gritos, sino escuchando. La marca creó nombres de productos y hasta aromas de manera colaborativa. Los fans pasaron a ser parte de la marca. Y quienes se sienten parte, lo cuentan. La lealtad crece cuando el cliente se sabe visto.
 

Christian Medina sosteniendo las Nike SB Dunk Low 'Día de Muertos' que él diseñó

Ofrecé experiencias que valgan la pena

Tu producto soluciona un problema. Pero tu marca tiene que dejar una marca. Sweetgreen no es solo un lugar donde venden ensaladas. Es una experiencia pensada al detalle, moderna y ambiciosa. Todo, desde la app hasta la música que suena en el local, está hecho para transmitir frescura. El plato recarga el cuerpo. La atmósfera alimenta el relato. Cuando la gente la pasa bien, no solo vuelve. Lo cuenta.

Premiá la promoción, no solo la compra

Quienes más bancan tu marca no siempre son los que más gastan. Gymshark creció con microinfluencers y seguidores fieles. La marca celebró cada mención, compartió fotos de usuarios y armó una cultura donde cada publicación sumaba. ¿El resultado? La promoción pasó a ser parte del funcionamiento diario de la marca.

Actuá como una marca en la que la gente quiera creer

Tu historia vale lo que valen tus convicciones. Marcas como Ben & Jerry's no esquivan los temas importantes. Se plantan con claridad y lo respaldan con hechos. Esa coherencia genera confianza. Y la confianza transforma a los clientes en voceros. En un mundo donde sobran las dudas, la autenticidad es tu ventaja.

La gente no presume de lo aburrido

Si tu marca se siente como un fondo de pantalla, nadie la va a nombrar. Pero si transmite algo en lo que creer, algo que dé orgullo usar o mostrar, ahí empieza a crecer. Los líderes que la tienen clara saben que las personas quieren sumarse a algo más grande. Cuando construís una marca que refleja quiénes son —o quiénes quieren ser—, no se quedan solos. Invitan a otros.

 

Nota publicada en Forbes US.