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Entre el título y la supervivencia: por qué estudiantes de Harvard y el MIT creen que enfrentar la IA es más urgente que graduarse

Andrew Fennell

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Abandonan carreras prestigiosas, renuncian a títulos soñados y se lanzan a trabajar contra un riesgo que consideran inminente: el desarrollo de una inteligencia artificial con poder para terminar con todo. El temor a quedarse sin futuro les ganó la pulseada a los diplomas.

8 Agosto de 2025 18.30

Cuando Alice Blair se anotó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts como estudiante de primer año en 2023, tenía la ilusión de cursar informática y rodearse de gente preocupada por desarrollar la inteligencia artificial de una forma que beneficie a la humanidad.

Pero ahora decidió dejar la universidad de forma definitiva. Dice que está aterrada por el avance de la "inteligencia artificial general", una IA hipotética capaz de hacer múltiples tareas al mismo nivel que una persona, y que —según ella— podría llevar a la extinción de la raza humana.

"Me preocupaba no estar viva para recibirme por culpa de la IA general", contó Blair, oriunda de Berkeley, California. 

  • La AGI, por sus siglas en inglés (Artificial General Intelligence), o IA general, es un tipo hipotético de inteligencia artificial capaz de realizar cualquier tarea intelectual que pueda hacer una persona. A diferencia de la inteligencia artificial actual —que es específica y solo sirve para tareas puntuales como traducir textos, generar imágenes o recomendar contenidos—, la AGI tendría una capacidad de razonamiento, aprendizaje, planificación y adaptación al nivel humano o incluso superior.

Consiguió un contrato como redactora técnica en el Centro para la Seguridad de la IA, una organización sin fines de lucro que investiga cómo hacer más segura la inteligencia artificial. Colabora con boletines y artículos científicos. Blair no tiene intenciones de volver al MIT. "Predigo que mi futuro está en el mundo real", dijo.

Harvard
 

Blair no es la única estudiante que teme el impacto que podría tener la inteligencia artificial si llegara a tomar conciencia y decidiera que los seres humanos generan más problemas de los que resuelven. Según un informe encargado por el Departamento de Estado de EE.UU. para 2024, la posibilidad de una extinción humana no es descabellada, sobre todo si se tiene en cuenta la velocidad con la que avanza el desarrollo de la IA.

En los últimos años, se multiplicaron los esfuerzos para diseñar sistemas con medidas de seguridad que eviten ese escenario. Organizaciones sin fines de lucro, financiadas por multimillonarios —como el Centro para la Seguridad de la IA—, y empresas como Anthropic, lideran esa movida. Sin embargo, muchos investigadores no comparten esa mirada apocalíptica.

"La extinción humana parece muy improbable", le dijo a Forbes Gary Marcus, profesor emérito de la Universidad de Nueva York y especialista en la relación entre psicología e inteligencia artificial. "Pero trabajar en la seguridad de la IA es noble, y muy pocos trabajos actuales han aportado respuestas". Hoy, ese campo que promete evitar los peores efectos de la IA empieza a captar a jóvenes que, como Blair, eligen dejar la universidad para dedicarse de lleno a eso.

 

"Si tu carrera está a punto de automatizarse para finales de la década, entonces cada año que pases en la universidad es un año menos de tu corta carrera", Nikola Jurković.

 

Adam Kaufman, estudiante de Física y Ciencias de la Computación, dejó Harvard el otoño pasado para dedicarse de lleno a Redwood Research, una organización sin fines de lucro que investiga sistemas de inteligencia artificial que podrían engañar a las personas o actuar en contra de los intereses humanos.

"Me preocupan bastante los riesgos y creo que lo más importante es reducirlos", dijo Kaufman. "Con un poco más de egoísmo, simplemente me parece muy interesante. Trabajo con las personas más inteligentes que he conocido en problemas cruciales".

Y no es el único. Su hermano, su compañero de departamento y su novia también se alejaron de Harvard por razones similares. Los tres trabajan actualmente en OpenAI.

Otros estudiantes también ven a la IA como una amenaza, aunque no necesariamente porque pueda exterminar a la humanidad, sino porque podría arruinarles la carrera antes de arrancar. Según una encuesta hecha por la asociación de estudiantes de pregrado y el club de seguridad en IA de Harvard, la mitad de los 326 estudiantes consultados dijeron estar preocupados por el impacto de la inteligencia artificial en sus oportunidades laborales.

"Si tu carrera está por ser automatizada para finales de la década, cada año en la universidad es un año menos de tu corta trayectoria", advirtió Nikola Jurković, graduado de Harvard en mayo y exresponsable de preparación para la IA general del grupo de seguridad de IA. "Personalmente, creo que la IA general está a unos cuatro años de distancia, y la automatización total de la economía, a unos cinco o seis".

Universidades, Harvard, Oxford, Ranking
 

Algunas empresas ya contrataron menos becarios y recién graduados porque la IA puede hacer su trabajo. Otras directamente impulsaron despidos masivos. El director ejecutivo de Anthropic, Dario Amodei, alertó que la IA podría eliminar la mitad de los empleos administrativos de nivel inicial y empujar el desempleo hasta el 20 % en los próximos años.

Entre los estudiantes crece el miedo de que este cambio se acelere de manera drástica con la llegada de una IA más avanzada, aunque todavía no hay consenso sobre cuándo podría ocurrir. Sam Altman, CEO de OpenAI, cree que será antes de 2029, mientras que Demis Hassabis, de Google DeepMind, calcula que llegará en los próximos cinco o diez años. Jurković sostiene que podría ser incluso antes: fue coautor de un pronóstico para el Proyecto Futuros de la IA, que prevé la automatización de la mayoría de los empleos administrativos para 2027.

Otros no están de acuerdo. "Es extremadamente improbable que la IA general llegue en los próximos cinco años", aseguró Marcus. "Es solo una exageración publicitaria pretender lo contrario cuando tantos problemas fundamentales —como las alucinaciones y los errores de razonamiento— siguen sin resolverse". Marcus remarcó que, pese al crecimiento en la cantidad de datos y la potencia de cálculo aplicada a los modelos de IA, todavía no se consiguió desarrollar sistemas lo suficientemente sofisticados como para hacer muchas de las tareas que hoy realizan las personas.

Aunque todavía hay dudas sobre cuándo llegará la IA general y qué valor tendrá un título universitario en un mundo marcado por una inteligencia artificial con capacidades humanas, muchos estudiantes sienten la necesidad de avanzar con sus carreras cuanto antes, por miedo a que después sea demasiado tarde.

Esa urgencia llevó a varios a dejar la universidad para lanzar sus propias empresas. Desde 2023, se multiplicaron los casos de estudiantes que abandonaron los estudios para subirse a la fiebre del oro de la IA, inspirados en historias de éxito de generaciones anteriores como la de Sam Altman o la de Mark Zuckerberg, CEO de Meta. 

Michael Truell, CEO de Anysphere, hoy con 24 años, y Brendan Foody, de 22, al frente de Mercor, dejaron el MIT y la Universidad de Georgetown para enfocarse en sus propias startups. Anysphere fue valuada por última vez en US$ 9.900 millones, mientras que Mercor ya recaudó más de US$ 100 millones. Frente a un escenario donde la IA general podría reemplazar por completo el trabajo humano, algunos estudiantes sienten que el tiempo juega en contra y que la oportunidad es ahora.

"Sentí que el margen de maniobra era limitado para poder tomar las riendas", contó Jared Mantell, que estudiaba economía e informática en la Universidad de Washington en San Luis antes de dejar la carrera para enfocarse de lleno en su startup, dashCrystal, que busca automatizar el diseño de productos electrónicos. La empresa ya recaudó más de US$ 800.000 y está valuada en unos US$ 20 millones.

 

Nota publicada en Forbes US.

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