Los cofundadores de dos de las empresas tecnológicas más emblemáticas de Uruguay, Sergio Fogel y Nicolás Jodal, debatieron de manera distendida acerca de los cambios que trajo y traerá la Inteligencia Artificial (IA) y las oportunidades de inversión que esta genera. La conversación, en el marco de la primera edición del Private Capital Forum, se centró en cómo aplicar la tecnología de manera práctica en las organizaciones y en dónde reside el verdadero valor de este proceso.
El espacio se llamó "Ronda de mates", aunque ese elemento identitario uruguayo faltó a la cita. Fogel, copresidente y cofundador de dLocal, reveló un cambio a mediano plazo para su empresa: "reemplazar 100 full time equivalentes por IA". Si bien aclaró que esto no implica despidos, sino una reducción en la tasa de crecimiento de ciertas áreas, fue uno de los ejemplos más claros que ofreció con respecto a la profundidad de la adopción. Mencionó el uso de asistentes para aumentar la productividad de los desarrolladores y la implementación de un sistema interno llamado "Glen", un RAG (Generación Aumentada por Recuperación) que accede a la información corporativa para dar respuestas específicas.
Sin embargo, Fogel se paró sobre la idea de que toda tarea automática podría ser reemplazada por una IA y la relativizó. En ese sentido, se preguntó sobre qué tan real es esa situación y dio como ejemplo que el empleado típico de dLocal realiza cerca de "18 tareas" diferentes, no una sola tarea repetitiva.
Jodal, cofundador de Genexus (adquirida por Globant), insistió en que el verdadero cambio comienza al replantear la visión empresarial. En lugar de temer la pérdida de empleos o incluso pensar en las soluciones que trae la tecnología, propuso enfocarse en la pregunta de Albert Einstein: "¿Qué problemas nuevos va a crear la IA? Y entonces, preguntarse ¿dónde están las oportunidades?".
Fogel complementó esta idea con una analogía: "¿Cuál es "el Uber" de la era de la IA?", refiriéndose a aquella solución que al inicio de los smartphones parecía inimaginable. Desde su visión, compartida por Jodal, hoy en día parecería imposible de imaginar cuál será el equivalente a esa killer app dentro del mundo de la IA. Tan difícil de imaginar como lo fue la coordinación de conductores y pasajeros antes de los smartphones y también en sus inicios.
La coordinación como nuevo poder
La charla derivó en una reflexión sobre el nuevo modelo de negocio impulsado por la tecnología. Jodal argumentó que el poder económico ya no radica en "poseer productos" sino en "poseer la coordinación". Predijo que la IA se convertirá en un "gran super-coordinador" o meta-agente, capaz de manejar complejidades logísticas que hoy son inviables, como un itinerario de viaje familiar completamente automatizado que reprograma vuelos, transfers y reservas de hotel.
Ambos empresarios compartieron experiencias sobre las limitaciones de la IA. Jodal narró la anécdota de un proceso de selección de 1.700 personas para un curso, en el que los aspirantes usaron IA para escribir ensayos y una IA leyó sus trabajos.

Sin embargo, advirtió con cierta naturalidad sobre el problema inherente de la "alucinación" y la falta de autocrítica en los modelos de lenguaje. "El bicho (la IA) en realidad se piensa que resolvió el 100%," afirmó Jodal al describir, a modo de ejemplo, una herramienta que se emplea para resolver bugs. Resaltó así que el desarrollo real requiere añadir una capa de "crítica" que valide el trabajo del agente de IA.
América Latina entre la flexibilidad y la regulación
Un punto de consenso fue el papel ventajoso que juega América Latina en esta carrera tecnológica. Jodal sostuvo que la inestabilidad política y económica histórica de la región ha forzado a la industria de software a ser "mucho más flexibles que el resto del planeta", una cualidad que ahora es valorada en otras regiones.
Fogel señaló que, mientras Europa está "muy reservada y regulando" (con normativas que, según sus palabras, incluso prohíben antes de la llegada de ciertas tecnologías), América Latina es "mucho más relajada en lo que es reglamentación", lo que considera una ventaja importante para emprender. Este factor regulatorio, que se evidencia en el alto costo de mantener entidades en el continente europeo, está atrayendo la atención de inversores de alto calibre.
Para capitalizar esta posición, Fogel instó a Uruguay a "mantener una línea constante" en políticas a largo plazo, como la exoneración tributaria para el software. Jodal complementó con una suerte de expresión de deseo acerca de que este sea un país donde se pueda "experimentar tomando riesgos", incluso si eso implica la posibilidad de accidentes, y así acelerar la adopción de tecnologías, como podría ser la de los autos autónomos.