Cuando Praveen Neppalli Naga, director de tecnología de Uber, notó a comienzos de este año que gran parte de su equipo de ingeniería usaba Claude, de Anthropic, para programar, quiso entender qué generaba tanto entusiasmo. "Yo no programo todos los días, ellos sí", le dijo a Forbes. "Me fui a casa y lo probé yo mismo durante el fin de semana", agregó.
Después de probarlo, Naga comprobó que el modelo de lenguaje podía ayudar a corregir errores y a resolver tareas repetitivas, como migrar código de un entorno a otro. Eso lo convenció de extender el uso de Claude en Uber más allá de una prueba inicial. Pero no se quedó ahí. La compañía comenzó a desarrollar sus propias herramientas de programación utilizando las API de Claude o conectando el modelo de lenguaje como motor de inteligencia artificial para algunos de sus servicios internos. Aunque la empresa no detalla cuánto invierte en Anthropic, asegura que Claude permitió ahorrar el equivalente a 200 años de trabajo de desarrollo, según una estimación interna que busca medir los beneficios en eficiencia gracias a las herramientas de inteligencia artificial generativa.
El uso de Claude por parte de Uber refleja una tendencia que Anthropic empezó a detectar: los clientes corporativos arrancan con un producto de Claude, como las herramientas para programación o el chat, y después suman más funciones. Hoy, más del 60% de esos clientes utilizan más de un producto, según datos que la compañía compartió con Forbes. (El 80% de sus ingresos proviene de empresas). Anthropic notó esta tendencia en el invierno de 2025, luego de que Claude Code —una versión pensada específicamente para programación generativa— ganara popularidad tras su lanzamiento al público en mayo, según explicó a Forbes el director de producto, Mike Krieger.
La mayoría de los usuarios conoce a Claude como un chatbot, similar a su competidor ChatGPT, que puede ayudar a planificar viajes, redactar correos electrónicos o buscar información online. Pero en el caso de las empresas, Anthropic ofrece tres productos principales: Claude Code; una versión corporativa del chatbot, con funciones de seguridad mejoradas y controles administrativos, pensada especialmente para sectores con alta regulación, como el de la salud o el jurídico; y la Plataforma para Desarrolladores de Claude, que permite acceder a las API o crear herramientas basadas en sus modelos.
"La ambición de esta empresa es que el éxito realmente pase también por ganar en la empresa".
Mike Krieger, director de producto de Anthropic
Cuando Anthropic empezó a notar el patrón de que Claude impulsaba más uso de Claude, la compañía decidió ajustar sus productos para potenciar esa tendencia. Probó con nuevas estructuras de precios y paquetes. Así definió una estrategia comercial que Mike Krieger llama "atraer y expandir": captar clientes con una función y luego incentivarlos a sumar otras. En muchos casos, descubrieron que los usuarios arrancaban con herramientas de programación y desde ahí ampliaban su uso. "¿Cuáles son esos segmentos con los que podemos familiarizar a los clientes, para que se enamoren de Claude y luego difundir esa experiencia?", se preguntó Krieger. "El componente de programación fue un acelerador mucho más rápido para esa parte", dijo. Claude Code alcanzó ingresos anualizados por US$ 500 millones apenas tres meses después de su lanzamiento completo en mayo. Según Anthropic, es uno de los productos de "más rápido crecimiento" en su historia. (La empresa no reveló los ingresos del resto de sus productos para empresas).

Este movimiento muestra con claridad la apuesta de Anthropic por orientar su negocio hacia las empresas, un mercado rentable y con contratos potencialmente millonarios con algunas de las compañías más grandes del mundo. Hasta ahora, sumó clientes como la marca de maquillaje L'Oréal, la plataforma de recompensas Rakuten y el software de declaración de impuestos Intuit. (Algunas compañías, como Uber —que usa una versión empresarial de ChatGPT y funciones API— y la firma de diseño Canva, son clientes tanto de Anthropic como de OpenAI). Es un mercado muy distinto al del consumo masivo, donde los usuarios tienden a ser más cambiantes y los productos pierden vigencia con mayor velocidad. "La ambición de esta compañía es que el éxito realmente pasa por triunfar también en el sector empresarial", afirmó Krieger.
Anthropic está ganando terreno. Se convirtió en el proveedor más elegido dentro del mercado de modelos de lenguaje para empresas, que este año movió US$ 8.400 millones, según un estudio de Menlo Ventures, uno de sus inversores. Hasta octubre, la compañía declaró ingresos por US$ 7.000 millones en lo que va del año, y asegura estar en camino de alcanzar los US$ 9.000 millones en ingresos anualizados para fines de 2025. Hoy, Anthropic cuenta con 300.000 clientes corporativos, muy por encima de los 1.000 que tenía hace dos años. OpenAI, por su parte, llegará a ingresos anualizados por US$ 20.000 millones antes de que termine el año, según dijo su CEO, Sam Altman, a comienzos de este mes. La mayoría proviene de consumidores. Aunque la empresa tiene 1 millón de clientes empresariales, su directora financiera, Sara Friar, explicó que solo cerca del 30% de los ingresos correspondía a empresas en septiembre.
"Anthropic no tiene esas ambiciones grandiosas de convertirse en una marca de consumo doméstico, y eso está bien".
Bob O'Donnell, fundador de Technalysis Research
La fuerte orientación de Anthropic hacia el mundo corporativo deja en claro cuán distinta es su estrategia frente a la de su principal rival, OpenAI. Y esa apuesta ya empieza a mostrar resultados: según trascendió, Anthropic espera alcanzar el punto de equilibrio en 2028, un logro poco común para un laboratorio de inteligencia artificial en tiempos en que los costos de computación se dispararon. OpenAI, en cambio, proyecta que sus gastos operativos escalen hasta los US$ 74.000 millones ese mismo año, con la mira puesta en lograr la rentabilidad recién dos años más tarde.
Para sostener sus servicios, ambas empresas firmaron acuerdos millonarios en infraestructura. En noviembre, Anthropic anunció una inversión de US$ 50.000 millones en centros de datos de inteligencia artificial en Estados Unidos, junto al proveedor de nube Fluidstack, con los primeros despliegues en Texas y Nueva York. La semana pasada, la compañía confirmó que comprará US$ 30.000 millones en capacidad de cómputo a Microsoft Azure, impulsada por tecnología de Nvidia. OpenAI, por su parte, comprometió US$ 1,4 billones para los próximos años en acuerdos de nube con Nvidia, AMD y otros fabricantes de chips.
En el caso de Uber, la compañía comenzó a incorporar los modelos Claude de Anthropic dentro de herramientas que ya usaba, como Cursor, el popular programa para generación de código. Más adelante, sumó Claude Code para tareas como diseño de pruebas de concepto y mantenimiento de código. Esa integración derivó en la creación de una herramienta interna llamada uReviewer, desarrollada con Claude, que se encarga de revisar los cambios de código. Hoy, uReviewer analiza más del 90% de las modificaciones semanales que hacen los ingenieros de Uber. "Se convierte en una especie de círculo virtuoso", afirmó Kate Earle Jenson, directora de Anthropic para América. "Puedes terminar usando Claude en toda tu organización con bastante rapidez", sumó.
Naga explicó que estas herramientas resultan especialmente útiles en una empresa global como Uber, que tiene múltiples versiones de su aplicación según el mercado. Cada una de esas versiones arrastra distintos errores, por lo que la escala del desafío técnico es enorme. Según dijo, hoy la compañía ya no está tan limitada por la cantidad de ingenieros disponibles. "Nuestra limitación siempre fue que, manualmente, ¿cuántos podemos arreglar?", planteó. Cree que la codificación generativa —como la que están usando en Uber con Cursor, Claude y sus propias herramientas internas— es la puerta de entrada para que la inteligencia artificial se integre en toda la empresa. Los ingenieros, por estar más cerca del trabajo técnico, pueden demostrar con claridad cuán útil es la IA para automatizar tareas repetitivas. "Los ingenieros deberían ser los primeros en la empresa en poder adoptar e inspirar al resto de la empresa", sostuvo. Con su experiencia en codificación, esa es justamente la apuesta de Anthropic.
*Con información de Forbes US.