VIDEO | La nueva apuesta de Cipriani en Punta del Este, su temor a la IA, el "milagro argentino" y su mentalidad "all in"
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
Cipriani es una marca icónica de lujo en el mundo que tiene un ambicioso proyecto en Punta del Este, sobre la parada 12 de la playa Brava, donde estaba ubicado el hotel San Rafael. En abril, captó financiamiento por US$ 190 millones para continuar construyendo el hotel, casino, centro de convenciones y la primera de tres torres residenciales del megaproyecto (que aspiran a incluir el edificio más alto de América Latina). El nuevo calendario de obras permitiría que el Cipriani Ocean Resort & Club abra "en septiembre-octubre de 2026".
Giuseppe Cipriani, tercera generación al frente de esta compañía, dialogó con Forbes Uruguay sobre sus planes para "la academia de hospitalidad más importante en América Latina" en Punta del Este, la importancia del "casino online" para su negocio y, también, sobre su miedo al avance de la inteligencia artificial (IA). Además, su consejo para quien emprenda en gastronomía y la particular forma en que administra su dinero: "all in". Lo que sigue es una síntesis de la entrevista.
Naciste en Venecia, trabajaste en Nueva York y en algún momento te vinculaste con Punta del Este. ¿Cuál fue tu primer contacto con la ciudad?
La primera vez que vine fue en 1987, con mi exesposa. Su papá tenía terrenos en Argentina y vinimos para ver el lugar. Después, en los años noventa abrimos Cipriani en Buenos Aires y surgió la oportunidad de comprar una casa acá. Hace más de 30 años que vengo, todos los años.
¿Por qué decidiste hacer ahí un desarrollo tan ambicioso?
Porque es un país tranquilo, donde los gobiernos cuidan bastante la inversión.
Pasó bastante tiempo desde que presentaste tu primer megaproyecto, en 2018. ¿Hubo algún momento en que te frustraste o pensaste que no iba a salir?
No, con la Intendencia (de Maldonado), que aprueba los proyectos, siempre tuvimos una excelente relación. Se portaron siempre muy bien, fueron abiertos. Después llegó la pandemia, que fue un evento increíblemente destructivo para el negocio de nosotros. Paramos el proyecto. En este período tuvimos posibilidad de cambiarlo y poder hacerlo en etapas. La Intendencia aprobó el nuevo proyecto. Entonces, empezó todo después de la pandemia, no en 2018.
La Intendencia nos pidió la posibilidad de hacer el edificio más alto de América Latina. Vimos que el más alto era en Chile, así que lo pensamos de 20 metros más que eso (320 metros). Pero ahora me están diciendo que en Brasil capaz que hacen uno de 500 metros, así que ahí sería el segundo más alto (risas).
Ya está en marcha la reconstrucción del exhotel San Rafael. ¿Qué te dejó toda la polémica que generó su demolición?
Era un patrimonio más para la gente que por lo que era el San Rafael. Un edificio que se había hecho en los años 30 o 40 y estaba muy golpeado. No se podía pensar en hacer un proyecto como este con el hotel viejo. Había que tirarlo. Con la Intendencia tuvimos la palabra de reconstruirlo más moderno, con cuartos más amplios y más moderno. Además, con parking, porque no lo tenía. Cumplimos con todo.
La inversión total anunciada es por US$ 500 millones. En abril, captaron fondos por US$ 190 millones para financiar las obras...
Hasta ahora construimos con fondos propios. Gastamos US$ 150 millones desde la compra de la tierra y lo que se ve ahora. Para terminar el proyecto y la torre 1 obtuvimos esta financiación de un fondo americano. Después, están las otras dos torres. Vamos a abrir el hotel San Rafael la primera etapa con el casino, el centro de convenciones y el parador en setiembre-octubre de 2026, para la temporada.
¿Y la comercialización cómo va?
Ya vendimos un penthouse a un señor italiano. Vienen de todo el mundo los potenciales compradores. Sobre fin de abril tuvimos la visita de un grupo de rusos. Está yendo bastante bien.
Son tickets altos. ¿A qué perfil apuntan?
Son de US$ 8.000 y US$ 10.000 el metro cuadrado (puede haber tickets de US$ 16 millones); son altos depende de para quién. Creo que para la calidad de este proyecto el ticket es todavía bajo, va a subir. Teniendo la posibilidad de ir en altura, hemos hecho cosas que acá no existen: cada departamento, de piso a techo, mide 3,40 metros. Entonces, tienen ventanas de tres metros. La calidad de este edificio va a ser muy superior a lo que hay en la zona. Hay unidades de 200 hasta 1.600 metros cuadrados el penthouse.
Para el proyecto en Punta del Este pidieron que se pueda operar con casino online, que en Uruguay no está habilitado. ¿Qué peso tiene en la ecuación del negocio?
Es como si tuvieras un teléfono del año 1986, sin Internet. ¿Qué haces con el teléfono? Nada. Es lo mismo. En el año 2025-2027 la tecnología y lo online es fundamental para el negocio. No es algo que si no pasa hay negocio. Se necesita tenerlo.
Todos los casinos del mundo tienen casino físico y online. Creo que este gobierno lo va a solucionar. Tenemos la inversión más grande que se hizo en este país. Cumplimos con todo, entonces creemos que el país va a cumplir también.
¿Pero qué tan clave es para la viabilidad del negocio?
Te abre la puerta del mundo y la posibilidad de hablar con más clientes, con todo el mundo. No hay forma de trabajar sin online. Hay hoteles que no tienen casino y toda la venta de los cuartos es online. Nadie llama más al hotel para hacer la reserva. Lo online forma parte de la vida cotidiana.
¿Qué quieren traer a Uruguay con su estilo de servicio e instalaciones?
Para nosotros el servicio es todo. Tenemos empleados entrenados que trabajan con ganas de trabajar por esta compañía. Tenemos más de 5.000 personas. Además de esta inversión compramos el hotel que se llamaba Mantra. Vamos a hacer ahí la primera academia de hospitalidad, creo que la más importante en América Latina. Es una inversión grande que la vamos a empezar el año que viene. Este año se abrirá como hotel tres meses y a partir de mayo empieza la academia. Ahí se capacitarán quienes vienen de todo el mundo para aprender nuestra metodología de trabajo.
Sos tercera generación en la empresa familiar. ¿Cuál es elemento característico del lujo que otros subestiman?
La simplicidad. La hospitalidad hecha por la persona que trabaja. No es el lujo del ambiente. Si el mozo te trata mal o te saluda mal cuando sales del restorán te quedas mal. Entonces, lo más importante que tenemos es ese patrimonio humano, en el que trabajamos. Ese es el lujo. No es lo que se ve tanto sino lo que se percibe.
¿Qué legado transmitís a tus hijos sobre tu forma de hacer negocios?
Yo aprendí viendo a mis abuelos y mi padre, que trabajaban siempre. Yo lo hago también. Eso lo compartes después con tu familia. Tengo tres hijos y dos trabajan conmigo. Son muy buenos, aprenden bien.
¿Qué pensás sobre la IA en este negocio?, ¿permite hiperpersonalizar o mejorar el servicio?
Tengo mucho miedo a la IA. Espero no estar vivo cuando se cree todo eso. Me da miedo que el humano va a ser sustituido por una máquina. También, ahora nadie se focaliza más sobre la persona. Estamos todos un poquito robotizados. Si mirás en las grandes compañías cómo la gente contesta el teléfono: "Buen día, mi nombre es Mario, bienvenido a Four Seasons o Marriott, ¿qué puedo hacer por usted?" Son todas cosas finta (fingidas).
Hay que dejar que la gente sea normal, que pueda hablar normalmente, no como un robot. Nosotros contestamos "Cipriani", basta. Con eso alcanza para que la persona sepa que no se confundió de número. Y luego dirá para qué llamó.
¿Cuál fue el momento desafiante de tu carrera? Cuando empezaste en Nueva York eran 200 empleados y ahora son 5.000.
No sé. Hemos tenido problemas. Cuando cayeron las Torres Gemelas en Nueva York, con la pandemia... en el arco de la vida siempre pasan cosas. Hay que estar ahí y seguir trabajando.
¿Cómo enseñás a tu familia sobre cómo administrar bien el capital?
Yo fui un pésimo administrador porque invertí siempre todo en mi compañía. Nunca diversifiqué. Siempre fui "all in". Si se cree en algo hay que poner todo ahí. No compré nunca cripto, ni en Bolsa. Ni un bono del Tesoro de Estados Unidos. Compré siempre Cipriani. Cuando tengo plata la pongo en Cipriani, para abrir nuevos negocios y hacer cosas nuevas.
¿Qué cosas mirás para decidir embarcarte en un nuevo proyecto?
Es algo que viene de la panza, como un instinto. Pero hay que tener el lugar correcto y que las condiciones estén dadas: políticas, sindicales, impuestos. Europa, por ejemplo, con la restauración de la hotelería, hasta ahora estuvo muy difícil abrir en Francia, porque tiene un gasto del personal muy alto. Italia tiene un gasto social muy alto. Tenemos impuestos que suman 110% de tu sueldo. Es más del doble. Es muy difícil en países así administrar un negocio.
¿En qué aspectos del negocio sos más "hands on"?, ¿en qué te gusta enfocarte?
Soy más fan del proyecto en general. Hay tanto qué hacer en un proyecto que no sé si te podés enfocar en algo solo. Hay que enfocarse en que las cosas salgan bien según tus creencias, y no tanto por las tendencias o lo que pasa en el mundo.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere emprender un negocio gastronómico?
Que lo piense bien (risas). Y sobre todo que le guste comer, que le guste servir y atender gente. Si estos son tus objetivos, lo puedes hacer, pero no es un trabajo fácil.
¿Cuáles son los grandes proyectos que tiene hoy en marcha Cipriani en el mundo?
Tenemos varios. En Miami vendimos tres torres, dos con marca Mr C., otra con marca Cipriani por casi US$ 2.000 millones en apartamentos. También, edificios en Dubái, dos marca Mr C. y tenemos otro emprendimientos en Azerbaiján, Georgia, Marbella, Madrid... Acabamos de firmar para hacer una Casa Cipriani en San Pablo, en tres años.
Tenés muchos clientes top de Argentina. ¿Cómo ves al país?
Lo que está pasando en Argentina es un milagro. Bajaron la inflación casi a cero en un año. El año pasado ibas a Argentina y cambiabas dólares por pacos grandes de billetes. Milei está haciendo algo impensable. Esperamos que lo pueda seguir y lograr porque Argentina para Punta del Este es fundamental.
¿Tenés planes de negocios en Argentina también?
Todavía no. Seguramente, si la cosa mejora... Hemos tenido negocios en Argentina durante ocho años, y es un país buenísimo, me gusta mucho.
¿Qué perspectivas ves para el gobierno uruguayo que asumió en marzo?
Me parece que comprende las cosas bien, que no va a hacer cambios radicales sino positivos. Queremos que el país siga con su trayectoria de ser un país estable, donde funcionan las leyes y se puede invertir.
Uruguay no tiene una buena conectividad aérea con Europa y EE.UU y se da un debate casi del "huevo o la gallina". ¿Hay que crear experiencias para que la gente venga o hay que primero mejorar la conectividad?
Es pésima la conectividad. Van de la mano las dos cosas. Este lugar va a cambiar cómo la gente percibe Punta del Este. Podremos darle algo que hoy no hay. Este es un país magnífico, pero le falta un proyecto como este.