Innovación, educación positiva y tecnohumanismo: las claves para hackear la educación
María Belén Mendé CEO de R'Evolution Education Group y vicepresidenta de Fundación Universidad Siglo 21
María Belén Mendé CEO de R'Evolution Education Group y vicepresidenta de Fundación Universidad Siglo 21
Los cambios que el mundo nos propone son exponenciales y de un dinamismo inédito. Los sectores evolucionan, se rediseñan y generan movimientos en nuevas direcciones. En esta realidad radican nuestros mayores desafíos, pero también nuestras más poderosas oportunidades. En 2030, el 39% de las habilidades claves del trabajo de hoy, serán otras. Este no es un pronóstico: es un llamado urgente a potenciar y reconstruir lo que entendemos por enseñar y aprender. Este dato no solo impacta a las empresas, gobiernos y organizaciones: impacta de lleno en los sistemas educativos. El cambio de época exige modelizar y gestionar nuevas formas, más pertinentes, escalables y atractivas de enseñar, liderar y gestionar el conocimiento.
La creatividad, la adaptabilidad, la inteligencia emocional, el pensamiento crítico y la capacidad de innovar son tan esenciales como cualquier habilidad técnica. Pero para desarrollar esas competencias necesitamos hackear los modelos que han quedado obsoletos, rescatando las buenas experiencias y decisiones que nos trajeron hasta acá. Hackear la educación es atreverse a marcar un punto de inflexión en la historia, tener la responsabilidad de revisar el impacto de lo que hemos dado por sentado para poder ser protagonistas de un nuevo contexto: los formatos, los tiempos, los roles, las lógicas. Es modelizar desde adentro, con mirada crítica, inteligencia colectiva y vocación profundamente humana. Es preguntarnos si lo que enseñamos y cómo lo hacemos tiene sentido para quienes aprenden, y tener el coraje de cambiar cuando la respuesta es no.
Hay tres aspectos claves que me gustaría plantear como palancas y respuestas para este momento de oportunidad e inflexión. En primer lugar, la innovación. Como estrategia clara de las instituciones educativas y del sistema, pero por sobre todas las cosas de la experiencia de las personas. En un mundo tan complejo se necesita que los alumnos y docentes trabajen en retos reales vinculados a su realidad. Decenas de didácticas existen en este sentido: metodologías de caso, aprendizaje basado en retos, aprendizaje colaborativo, aula invertida, etc. Esta es la clave para trabajar sobre la autoestima de los alumnos: que piensen lo que han aprendido, que entiendan sus habilidades principales y las pongan en marcha. Darle pertinencia y significado al aprendizaje, conectarlo con la vida real, dar voz y elección a las personas y agregar valor mientras aprendo.
Otro aspecto clave es la educación positiva. Se basa en integrar en el proceso de aprendizaje el énfasis en el bienestar, la motivación y el desarrollo integral de las personas. Potenciando las emociones positivas, el engagement y compromiso, las relaciones positivas, el sentido y propósito, y por último el logro y la realización. Este es el Modelo PERMA creado por Martín Seligman, Doctor Honoris Causa de la Universidad Siglo 21. Esta corriente transforma el resultado porque realmente pone en el centro de cada experiencia al alumno, conectándolo con su propósito personal, dándole herramientas para enfrentar la vida con resiliencia, optimismo y empatía, integrando ciencia y valorando su motivación.
Por otro lado, el tecnohumanismo. Adherimos a una visión tecnohumanista, que implica integrar el uso intensivo de las tecnologías con el desarrollo integral de las personas, centrándose en los valores, la ética y la dimensión humanista del aprendizaje. La tecnología potenciando las capacidades humanas. Bajo este paradigma, el concepto de la personalización de los aprendizajes se potencia. Personalizar no es individualizar: es diseñar con inteligencia experiencias que integren tecnología con propósito, que pongan el bienestar humano en el centro, y que habiliten múltiples caminos con igual calidad e impacto. Hoy más que nunca, la inteligencia artificial y otras tecnologías están redefiniendo profesiones, vínculos, habilidades. Si el conocimiento circula en red, tenemos que educar para habitar esas redes, para leerlas críticamente y para producir valor dentro de ellas. Las instituciones deben convertirse en ecosistemas de innovación permanente, donde liderar no es administrar, sino compartir visión, escuchar activamente y diseñar con agilidad.
Como líder de uno de los grupos educativos más grandes de la región, desde hace años elijo impulsar una estrategia educativa que se articule con el sistema productivo y social, que integre tecnología, competencias, bienestar y propósito. Un modelo que forma profesionales, sí, pero sobre todo, personas íntegras. Personas preparadas para evolucionar, para transformar y ser protagonistas activos de sus contextos.
Estamos obligados a promover espacios de pensamiento colectivo que desafían paradigmas obsoletos y ensayan nuevas arquitecturas para educar; revalorizando el error como una oportunidad, haciendo foco en el liderazgo con propósito, el poder de la inteligencia colectiva y el valor de personalizar las experiencias de aprendizaje, entre otros retos. No postergamos esos debates: los lideramos y los convertimos en acción.
La educación tiene que ser una aliada constante del desarrollo humano y profesional. Necesitamos líderes capaces de conectar comunidades, articular saberes y construir nuevas agendas. Líderes que se animen a revisar certezas y abrir preguntas, y somos nosotros los encargados de formarlos. Porque innovar en educación no es una tendencia. Es una responsabilidad ética. Diseñar condiciones para que más personas, en más lugares, accedan a experiencias formativas con impacto, sentido y humanidad. En un mundo que cambia a gran velocidad, educar no es un punto de llegada: es el camino mismo. Y ese camino se construye con coraje, compromiso y acción. El cambio de era llegó y debemos recordar que la educación no forma para el futuro: lo crea.
* María Belén Mendé, CEO de R'Evolution Education Group. Vicepresidenta de Fundación Universidad Siglo 21. Ex rectora de Universidad Siglo 21