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Mujer mayor, abuela (Pixabay)
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El aislamiento y la soledad aumentan hasta 27% el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares en las mujeres mayores

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Los resultados del estudio, realizados por especialistas de la Universidad de California San Diego, fueron publicados en la revista científica JAMA Network Open.

21 Febrero de 2022 09.40

Durante la pandemia de COVID-19, el distanciamiento social ha sido una herramienta utilizada por los gobiernos para reducir la propagación del virus que ya se cobró la vida de 5,8 millones de personas y ocasionó más de 424 millones de contagios a nivel global según Johns Hopkins University & Medicine Coronavirus Resource Center. Pero los datos de un nuevo estudio apuntan a un aumento de hasta un 27% en el riesgo de enfermedad cardíaca en mujeres posmenopáusicas que experimentan altos niveles de aislamiento social y soledad

Los hallazgos del estudio, publicado en la revista científica JAMA Network Open, revelan que el aislamiento social y la soledad aumentaron de forma independiente el riesgo de enfermedad cardiovascular en un 8% y un 5%, respectivamente. Si las mujeres experimentaban altos niveles de ambos, su riesgo se incrementa entre 13% y 27% en comparación con las mujeres que reportaron bajos niveles de aislamiento social y bajos niveles de soledad

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“Somos seres sociales. En este momento de COVID-19, muchas personas están experimentando aislamiento social y soledad, lo que puede convertirse en estados crónicos”, dijo la primera autora del estudio Natalie Golaszewski, Ph.D., becaria postdoctoral en la Escuela de Salud Pública y Longevidad Humana Herbert Wertheim, de la Universidad de California San Diego. “Es importante comprender mejor los efectos agudos y a largo plazo que estas experiencias tienen sobre la salud cardiovascular y el bienestar general”.

El aislamiento social y la soledad están levemente correlacionados y pueden ocurrir al mismo tiempo, pero no se excluyen mutuamente. Una persona socialmente aislada no siempre está sola y, por el contrario, una persona que experimenta soledad no está necesariamente aislada socialmente. 

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“El aislamiento social se trata de estar físicamente lejos de las personas, como no tocar, ver o hablar con otras personas. La soledad es un sentimiento que pueden experimentar incluso las personas que están en contacto regular con otros”, detalló el autor principal John Bellettiere, Ph.D., MPH, profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Herbert Wertheim. 

El aislamiento social y la soledad son un problema de salud pública cada vez mayor, ya que están asociados con condiciones de salud que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la obesidad, el tabaquismo, la inactividad física, la mala alimentación, la presión arterial alta y el colesterol alto.

Cuando los investigadores incluyeron todos estos comportamientos y condiciones de salud en su estudio y los ajustaron por diabetes y depresión, el alto aislamiento social y la soledad permanecieron fuertemente vinculados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, lo que respalda la importancia de estudiar estas condiciones sociales.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte de mujeres en los Estados Unidos, responsable de una de cada cinco muertes. 

A medida que las redes sociales se reducen, los adultos mayores corren un mayor riesgo de aislamiento social y soledad, escribieron los autores. Una cuarta parte de los adultos de 65 años o más reportan aislamiento social y un tercio de los adultos de 45 años o más reportan sentirse solos

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“Todavía no sabemos si el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular se debe a la exposición aguda al aislamiento social y la soledad o si la exposición prolongada acumulada a lo largo de la vida es la culpable. Se necesitan más estudios para comprender mejor eso”, dijo Bellettiere. 

Para este estudio, 57.825 mujeres posmenopáusicas que vivían en los Estados Unidos y que habían participado previamente en el estudio de la Iniciativa de Salud de la Mujer respondieron cuestionarios que evaluaban el aislamiento social entre 2011 y 2012. Se les envió un segundo cuestionario que evaluaba la soledad y el apoyo social entre 2014 y 2015. Se siguió a los participantes desde el momento en que completaron el cuestionario hasta 2019 o cuando se les diagnosticó una enfermedad cardiovascular. Un total de 1.599 mujeres experimentaron enfermedades cardiovasculares.

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“Las medidas de aislamiento social y soledad, incluso con preguntas breves como se hizo en nuestro estudio, deben incorporarse a la atención estándar”, dijo Golaszewski. “Monitoreamos la presión arterial, el peso y la temperatura de nuestros pacientes, y también podría ser beneficioso capturar las necesidades sociales que las personas pueden carecer para comprender mejor el riesgo cardiovascular y desarrollar soluciones”. 
 

*Con información de la Universidad de California San Diego.

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