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Negocios

Fontenla abre su tienda número 13: cómo hace para seguir creciendo, a pesar de las crisis

Eugenia Iglesias

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Para la pyme argentina fabricante de muebles de lujo, el 13 no significa mala suerte. Acaba de inaugurar una nueva tienda en Escobar y apuesta por la industrialización con toques artesanales y una experiencia premium para la atención al cliente.

12 Agosto de 2024 09.34

La resiliencia de la industria argentina se demuestra crisis tras crisis. Hoy, en medio de una baja generalizada en el consumo –que cayó un 9,8% interanual en junio, según el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC)–, las pymes siguen remando contra la corriente e, incluso, concretando expansiones. 

Es el caso de Fontenla, la firma nacional fabricante de muebles de alta gama que este 2024 cumple 76 años y el mes pasado concretó la apertura de su tienda número 13 en la zona de Escobar. El store se encuentra ubicado dentro del nuevo centro comercial Ombú Puertos Mall y cuenta con 300 metros cuadrados propios donde se exhibe un mix de productos de distintos estilos y morfologías, todas las propuestas que la firma de mobiliario y diseño de lujo tiene para esta nueva temporada.

La apuesta vino de la mano del crecimiento del barrio Puertos del Lago, el enorme desarrollo de Consultatio en plena construcción, donde hay una fuerte demanda tanto de elementos de obra como de mobiliario y otros elementos para el hogar. “Creemos que es el nuevo Nordelta, entonces teníamos que estar”, dice Roberto Fontenla, presidente y director de la firma que lleva adelante junto a sus dos hijos, Fernando y Federico, también con el cargo de directores.

Para el empresario, su clave para sortear las dificultades está en tener una fábrica industrial con carácter artesanal, un rasgo poco frecuente en su rubro y que les permitió adaptarse a los distintos tipos de pedidos de sus clientes, desde moderno a clásico, y tanto para residenciales como corporativos. “Como estamos afectados a tantas puntas o a tantas posibilidades, no podemos decir que hemos sufrido un receso en la venta. Estaría mintiendo. Tenemos la fábrica full e incluso con algunos atrasos de producción. Esto por la demanda post-pandemia que impulsó el segmento residencial y después con el tema de favorecer el cambio con el turismo, que reactivó a la hotelería. Por lo cual, tomamos muchos desarrollos de hoteles importantes”, menciona y agrega que recientemente se encargaron de remodelaciones grandes como la del Hospital Alemán, el sanatorio Finochietto y el hotel Sheraton de Retiro.

Para esta nueva apertura, la compañía desembolsó una inversión de $ 25 millones y tiene la intención de seguir apostando por la venta física, que consideran esencial en el segmento de lujo. “No queríamos llegar tarde a Escobar. Queríamos ser de los primeros para acercarnos a esa clientela. Queremos tener profesionales que conozcan la zona y puedan acercarse a las casas de los clientes. Damos mucho ese servicio para conocer las necesidades de los clientes”, explica Federico.

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Fontenla continúa con su expansión. El mes pasado concretó su apertura número 13 en Escobar.

Para el director, se trata de que la venta se vuelva una experiencia en sí misma: “El lujo no es solamente que el producto sea lujoso, es que la experiencia sea lujosa, es que te sientas bien atendido y si tenés algún problema o alguna necesidad, que tengas una buena respuesta. Siempre digo que no vendo muebles, vendo un servicio de lujo, y lo que nos gusta es que la experiencia sea gratificante, de hecho cada vez damos más ese servicio de asesoría para ver con qué va combinado el mueble. Las principales marcas del mundo utilizan renders para hacer publicidades, nosotros usamos casas de nuestros clientes”.

Industria nacional para el mundo

La compañía, que fabrica sus propios muebles y emplea a casi 300 personas de forma directa, ya factura más de $ 7.000 millones anuales. Lo único que se terceriza son algunos ítems de su línea FC Hogar&Deco, un vertical que desarrollaron para acceder a un público más masivo con precios más accesibles, donde además de mobiliario también incorporaron electrodomésticos, y tiene una fuerte presencia digital. 

“Siempre estamos un pasito adelante con las tendencias. Y si bien el desarrollo nos lleva tiempo, le damos mucha importancia a estar muy actualizados. La pandemia marcó mucho el disfrute de la casa, se hacen más reuniones, se busca un hogar más cálido. Antes, para muchos, la casa era un hotel donde iban a dormir y volaban para otro lado. Ahora se le da muchísima más importancia”, analiza el presidente de la empresa. 

Ellos mismos gerencian sus locales de CABA y provincia de Buenos Aires, y también están presentes en Córdoba y Santa Fe, a través de franquicias. Incluso, no descartan seguir expandiéndose. “Siempre estamos abiertos, puede ser Mendoza o Neuquén, o también nos ha pasado con Punta del Este o Miami, que en su momento tuvimos locales, o incluso con Asunción. Siempre hemos tenido propuestas. Por el momento hay algunas cosas charladas, aunque nada cerrado realmente”, explica Federico.

Hoy la firma no tiene locales en el exterior, pero sí exporta sus productos para proyectos puntuales. Por ejemplo, el mobiliario de la Trump Tower de Punta del Este, más de 60 departamentos en Asunción, y otros proyectos en Uruguay, Chile y Miami en Estados Unidos. “Tenemos la virtud de ser una empresa mediana-grande en la que podemos customizar pedidos con facilidad, algo que a las principales marcas que compiten con nosotros les cuesta mucho más. En eso somos más fuertes, incluso a pesar de que el contexto argentino no nos hace tan competitivos a nivel mundial. Si eso fuera distinto podríamos exportar mucho más”, agrega el director.

Segundo semestre

Hoy el negocio de Fontenla se divide 50-50 entre corporativo y residencial, gracias al resurgimiento hotelero y a un público de consumo de lujo que, según los empresarios, vuelve a aparecer. Decisiones como la apuesta por su línea de muebles para aire libre, por ejemplo, dieron respuesta a esa demanda. “Hoy, outdoor es un capítulo muy fuerte, con mucho diseño, para la cual armamos una estructura paralela a lo industrial de elementos que no trabajamos, como el aluminio, el hierro, los tejidos, que antes importábamos. Con las dificultades para importar decidimos meternos hasta tener prácticamente un taller metalúrgico propio”, explica Roberto. 

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Fontenla, que cumple 76 años, es una empresa familiar profesionalizada, en la que están al frente Roberto (centro) como presidente y director, y sus hijos Federico (izq.) y Fernando (der.), también directores.

El presidente de Fontenla es optimista y espera un segundo semestre con consumo ascendente. “Esperamos que sea mejor que el primero, tenemos grandes esperanzas. Si el Gobierno logra reducir impuestos y gastos, afianzar más esta idea de achicar subsidios y demás, aunque uno sufra momentáneamente, ese será el camino correcto”, reflexiona y asegura que no se siente amenazado frente a decisiones como apertura de importaciones. “No me da miedo. Por supuesto, a uno siempre le preocupa cuando hay un desbalance en cuanto a la moneda. Hoy no estamos tan competitivos, pero hay que apostar. Creo en la industria y defiendo la industria nacional, tenemos una excelencia en calidad de producto igualable a productos del exterior. Por supuesto que también hay que competir y hay que hacerse eficiente. Y hay que pelear por la eficiencia de cada empresa”, comparte.

Para el empresario, se trata de que cada compañía haga “los cambios necesarios” para poder ser eficiente y competir. En su caso, explica que los cambios se hacen a diario: “Acá tenemos hasta dos y tres reuniones semanales por los diferentes sectores en las que cada encargado nos trae propuestas y las promovemos para lograr mayor eficiencia y excelencia de la calidad del producto que tenemos que hacer. Esa es la base. Yo mismo critico mis propios locales, les digo a mis encargadas que tenemos que ser una joyería de alto nivel. No puede haber ni una lamparita quemada”.

“Queremos llevar la mano de obra argentina al mundo”, dice Federico, quien continúa el legado de su familia junto con su hermano. El mensaje de Roberto para ellos y para el resto de los empleados de la compañía es de trascendencia: “Esto no se termina mañana, esto tiene que continuar con los que estén. Esta es la filosofía que trato de inculcar tanto a mis hijos como a todo el equipo, porque sin ellos no podríamos estar logrando todo lo que estamos haciendo”, concluye.

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