Argentina es un país mascotero: ocho de cada 10 argentinos tienen al menos una mascota en su hogar, según Kantar, lo que despierta un enorme universo de productos y servicios para un negocio que mueve la cola de contento.
Desde el veterinario al peluquero, y del alimento balanceado a los capuchinos para perros, los pet shops se transformaron de simples forrajerías a auténticas tiendas donde la experiencia del cliente -humano y animal- pasa al frente. En lo que hace al cuidado de las mascotas, en el presupuesto destinado a su mantenimiento hay algunos gastos básicos: el 87% de los dueños compra alimento balanceado, el 68% compra vacunas y el 57%, pulguicidas o garrapaticidas.
Pero también hay otros consumos más sofisticados como ropa, juguetes o peluquería que forman parte del gasto de dos de cada 10 dueños, especialmente en niveles medios y altos, según registros de Kantar. "Es muy interesante ver cómo en el mercado de las mascotas van impactando también algunas tendencias que vemos en otras categorías, como por ejemplo la alimentación saludable, un tema que hoy empieza a estar presente entre los dueños de las mascotas, con preocupaciones similares a las que tienen los padres hacia sus hijos", plantea Valeria de Urraza, Business Development Manager de Kantar división Insights.
El peso de este mercado se refleja en números contundentes: Argentina no solo es el país con más mascotas de la región de Latinoamérica Sur -con más de 32 millones-, sino también uno de los más relevantes en la categoría de alimentos balanceados, que en 2024 movió unas 800.000 toneladas, equivalentes a US$ 2.200 millones, según datos de Mars Pet Nutrition, la firma de alimentos dueña de marcas como Eukanuba, Pedigree, Royal Canin o Whiskas. En la última década, el volumen creció unas 60.000 toneladas y las proyecciones de la empresa anticipan que podría alcanzar el millón de toneladas anuales hacia 2030.
Un sector cada vez más profesional
Este fenómeno que se vive en Argentina responde a una tendencia internacional: en 2024, el tamaño del mercado mundial de cuidado de mascotas se valoró en US$ 259.370 millones en 2024, y se estima que llegará a US$ 427.750 millones para 2032, según Fortune Business Insights. En ese contexto, el mercado argentino de mascotas atraviesa un proceso de sofisticación marcado por el crecimiento del consumo de productos y servicios premium.
Así es como se consolidan nuevos modelos de cadenas y franquicias que profesionalizaron el negocio y pusieron sobre la mesa una nueva mirada sobre el mercado "pet". Uno de los casos de argentinos que se subieron a esta tendencia fue Puppis, la cadena que ya tiene 43 tiendas en el país y se expandió a Colombia, donde opera otras 33. "No había que inventar la rueda, el mercado de mascotas existía, pero estaba mal atendido. En los países más desarrollados era un negocio gigante, pero el mercado hispanoparlante todavía era terreno virgen hace 10 años", explica Damián "Pipa" Nogaro, cofundador y CEO de Puppis.
Para el emprendedor, faltaba una experiencia estandarizada, con tiendas grandes y un formato completo. "El formato típico era una tienda chiquitita de barrio, con mal olor, todos vendiendo lo mismo, sin buena experiencia de compra", plantea quien apostó por un formato más moderno y con tecnología. "Hoy la experiencia se parece más al formato que hay en farmacias o en mercados, pero aplicado al mundo pet. Eso hace una diferencia", dice el CEO de la empresa respaldada por inversores privados como Pegasus, el fondo que también invirtió en firmas como Farmacity o Freddo.
La pandemia de 2020 fue un punto de inflexión para el sector: el boom de adopciones de perros y gatos consolidó el concepto de que las mascotas son un miembro más de la familia y aceleró el crecimiento de la industria. "Hace 15 años, cuando empezamos, el mercado de las mascotas era muy diferente. Abrimos nuestro primer local como un proyecto secundario, pero rápidamente vimos que había una demanda insatisfecha", recuerda Hernán Amorín, CEO y cofundador -junto con su hermano Sebastián- de Casper, una cadena que hoy cuenta con 25 sucursales en Capital y Buenos Aires.
La profesionalización del rubro también trajo nuevos jugadores, inversores externos y mayor competencia, lo que transformó el negocio. "La actividad empezó a verse como una opción comercial rentable, pero eso también generó una competencia por precio que no siempre es sostenible", explica Amorín. Para Casper, el desafío está en diferenciarse: "No se trata solo de vender una bolsa de alimento; el secreto es ofrecer una propuesta de valor, una experiencia". En ese sentido, Amorín cree que el mercado argentino todavía tiene un enorme potencial de desarrollo: "Hay mucho espacio para crecer con creatividad. De hecho, el mercado está cambiando, se está cartelizando hacia modelos de cadenas, de franquicias y de locales con marca, y hoy los márgenes son chicos por lo que necesitás una propuesta de valor. Si le das ese enfoque al comercio, el mercado todavía está todavía muy verde", dice.
Otro actor que creció junto con la transformación del sector es LeoCan, una cadena que nació en 2010 con foco en salud. "Siempre fui muy amante de las mascotas, incluso trabajé varios años como paseador de perros mientras estudiaba en la facultad. No soy veterinario, pero entendí que había una necesidad de servicios médicos integrales para las mascotas, que no se cubría del todo", cuenta Leonardo Mastracchio, creador y director general de la marca. Hoy, LeoCan opera dos centros de atención 24 horas con internación, quirófano y especialistas, además de dos clínicas de día, dos pet shops y un centro de distribución para su canal online. El concepto de clínica integral es el corazón del negocio: que los dueños puedan resolver en un mismo lugar todo lo que necesita su mascota, desde vacunas y consultas de rutina hasta tratamientos complejos. "Hay una evolución que se da a partir de la concepción de que la salud de una mascota hoy tiene la misma importancia que la de un ser humano", resalta Mastracchio.
El empresario sostiene que el éxito de su cadena se basa en dos pilares: una propuesta integral de servicios y una atención personalizada, empática y profesional. "Aprendimos que la atención al público en un rubro como el nuestro es muy delicada, porque se trata de mascotas, que, en determinadas situaciones, generan mucha incertidumbre porque los animales, a diferencia de los humanos, no pueden hablar y sus dueños no saben qué les pasa", agrega el director de LeoCan.
Natural Life es otro de los grandes jugadores de este mercado en expansión. Con más de 35 años de trayectoria, la compañía comenzó en el universo de los acuarios y evolucionó hacia el segmento de alimentos y servicios para perros y gatos, acompañando el cambio cultural que convirtió a las mascotas en integrantes plenos de la familia. "Nuestro objetivo siempre fue que cada pet parent encuentre todo lo que necesita en un solo lugar: alimento, servicio veterinario, peluquería y contención para ese miembro tan valioso del hogar", afirma Gisela Muiño Patros, head de Ecommerce & CX de la marca.
La pandemia también marcó un antes y un después en la relación con sus clientes, acelerando la digitalización del negocio. Hoy, Natural Life cuenta con 43 sucursales -principalmente en AMBA y Rosario-, además de un canal de e-commerce que permite comprar online, coordinar entregas a domicilio o contactar a los locales por WhatsApp. "El servicio es nuestro diferencial. No se trata solo de ofrecer productos, sino de acompañar al cliente en cada etapa del cuidado de su mascota, brindándole soluciones a medida y una experiencia completa en todos los canales", destaca Muiño Patros.
¿Rubro anticrisis?
Aunque la coyuntura económica golpea a todos los sectores, el mercado pet parece tener una resistencia particular. Desde Kantar señalan que, si bien los consumidores buscan ahorrar y recortar gastos, más del 70% declara que sus mascotas son "como hijos" y no están dispuestos a resignar calidad en su alimentación o salud. "Hay algunos consumos relacionados con las mascotas, como su alimentación, que empiezan a mostrar por parte del consumidor preocupaciones similares a las que históricamente vimos en relación a los chicos, es decir, tratar de no resignar la calidad del alimento", indica de Urraza.
"Es a prueba de recesión, la gente podrá no tener un mango, pero el perro come bien", dice Nogaró. Y aunque cada realidad es particular, y si bien la caída del consumo se hizo sentir, para los que supieron cuidar a sus clientes la proyección es positiva. En datos de Mars Pet Nutrition, en 2024 la coyuntura económica llevó a muchos consumidores a priorizar formatos más accesibles. "Notamos una mayor segmentación del gasto con un downtrading hacia formatos económicos en lo que respecta a alimento para perros puntualmente, que a su vez es el volumen más grande de la categoría", informan desde la compañía que el año pasado notó una leve caída del consumo general de alimento balanceado ya que algunos dueños de mascotas optan por complementar el balanceado con alimentación casera. Pero para lo que queda de 2025 y 2026, proyectan una recuperación del mercado argentino en volumen y valor. Facundo Moroni, CEO de Animal World, coincide en que se trata de un consumo inelástico: "No se deja de darle de comer a las mascotas, es prácticamente un rubro de primera necesidad". Si bien los accesorios y productos no esenciales son los que más sienten los ajustes del bolsillo, la alimentación sigue siendo prioritaria. Lo que sí cambió, explica, es que el consumidor es más consciente y está mejor informado: compara marcas, busca alternativas que mantengan la calidad a menor precio y toma decisiones de compra más inteligentes.
Para Moroni, el futuro del sector pasa por evolucionar del modelo de pet shop tradicional hacia verdaderos ecosistemas, donde el dueño pueda resolver todas las necesidades de su mascota en un solo lugar. "El cliente espera más que el producto: quiere asesoramiento, experiencias, una atención personalizada. Si solo va a comprar el alimento que ya conoce, lo pide online y listo. El desafío de las tiendas físicas es ofrecer algo distinto, romper el esquema, y creo que el camino es parecerse más a tiendas de ropa o espacios de experiencia que a las forrajerías de antes", sostiene. En ese sentido, Animal World combina 5 tiendas físicas con un e-commerce que ya funciona como una sucursal más. "Antes de la pandemia, la tienda online era un complemento; hoy es necesario. El cliente necesita tener opciones y las marcas tenemos que estar preparadas para ofrecer una experiencia integral, tanto en el mundo digital como en el físico", explica Moroni.
Nuevos formatos
El mercado pet no solo se caracteriza por su resiliencia, sino también por su capacidad de innovación. En los últimos años surgieron propuestas que van más allá del modelo tradicional de pet shop y apuntan a generar experiencias de compra distintas. Un ejemplo es Modo Pet, una marca que nació en 2020 en plena pandemia como tienda online y que rápidamente conquistó al público con sus productos de diseño y decoración para mascotas pensados para integrarse en los hogares. "Nuestros peludos habitan cada vez más nuestros espacios y nos acompañan a todos lados. Queríamos desarrollar productos que fueran funcionales, cómodos y estéticamente lindos", explica Viviana Conte, fundadora de la marca.
En mayo de 2024, Conte dio un paso más y lanzó Modo Pet Café en Las Cañitas, un "pet concept store" que combina tienda y cafetería de especialidad en un ambiente estético y 100% pet friendly. Allí, los clientes pueden probar productos como camas, mantas, sweaters y comederos mientras disfrutan de un café o un snack. La propuesta incluye también un menú pet friendly gratuito y snacks naturales para mascotas, como el "Capudog", que ya se volvió tendencia. "Queríamos que la experiencia de compra fuera distinta: que la gente venga con su mascota, la pase bien y encuentre algo más que un producto", destaca Conte. El éxito del concepto llevó a la marca a evaluar una rápida expansión: "Apenas abrimos, muchos clientes nos pidieron que pensemos en franquicias. Estamos analizando si conviene crecer con locales propios o franquiciados, pero el interés ya está", asegura Conte.
Otra marca que planea seguir innovando en el rubro es Puppis, que se prepara para dar un salto en su modelo de negocio con la llegada de hospitales veterinarios de alta complejidad al país. La compañía proyecta inaugurar su primer hospital veterinario en el segundo semestre de 2026, para así replicar el modelo que desarrolla en Colombia bajo la marca Petplus, donde cuenta con 4 hospitales y 20 clínicas. "En Argentina hoy hacemos primera atención y cirugías menores, pero en Colombia ya tenemos hospitales 24 horas con internación y áreas especializadas. Queremos traer esa experiencia acá", explica Nogaró.
Con una facturación anual cercana a US$ 70 millones a nivel grupo, Puppis también está dando sus primeros pasos con franquicias, que permite abrir locales medianos con inversiones de entre US$ 150.000 y US$ 200.000. Además, el plan de expansión incluye el desarrollo de marcas propias, una mayor integración de proveedores locales en rubros como descanso y accesorios, y el ingreso de productos importados con tecnologías que no se producen en el país, desde juguetes especializados hasta alimentos congelados premium.
En esa línea, desde Animal World adelantan que próximamente lanzarán una aplicación de telemedicina veterinaria y, en paralelo, están avanzando en el desarrollo de accesorios propios. Este año abrirán su primera franquicia en Oberá, Misiones, y una nueva sucursal en Posadas con un concepto de tienda centrada en la experiencia del cliente, que servirá como modelo para futuras aperturas. El plan de franquicias de la empresa misionera contempla una inversión inicial cercana a los US$ 100.000 por local, con una proyección de retorno en un plazo de 18 a 24 meses.
Casper cerrará 2025 con 25 locales propios, tras un crecimiento sostenido que en el último año se aceleró gracias a la absorción de la cadena Wapp, lo que le permitió sumar 10 sucursales. Además, en 2026 lanzarán un modelo de franquicias con un sistema integral de CRM e infraestructura para garantizar rentabilidad a los futuros franquiciados. "Estamos desarrollando cada vez más el canal digital, vamos a lanzar una segunda web para segmentar por tipo de cliente entre los premium y los que buscan precio. Eso para nosotros es atender con omnicanalidad, porque uno quiere precio, otro quiere servicio y eso tiene otro valor. El mayor problema que está teniendo el negocio tradicional es que sigue queriendo competir por precio y que contra lo electrónico se ve totalmente atravesado y perjudicado", dice Amorín.
En el último año, LeoCan realizó una inversión cercana a los US$ 400.000 para ampliar su infraestructura: mudó su centro de distribución a un espacio tres veces más grande, abrió un nuevo local en Munro y amplió su centro de atención 24 horas en Palermo. "Estas inversiones nos dejaron en una situación delicada porque el mercado se frenó mientras estábamos invirtiendo, pero por las características que tiene el negocio y su distribución en diferentes servicios y productos, vamos a sostener", dice Mastracchio, el creador de la empresa que hoy emplea a unas 130 personas y que apuesta por la reinvención de servicios y el trabajo con grupos que demandan necesidades específicas como asociaciones de rescate de animales o hasta empresas de hospedaje canino.
Por último, desde Natural Life, Muiño Patros destaca que el crecimiento de la compañía se apoyó principalmente en la apertura de sucursales propias, aunque ya cuentan con un proyecto de franquicias para potenciar la expansión en el futuro. El foco actual está puesto en reforzar la presencia en el AMBA y acompañar el proceso de recomposición del mercado tras un 2024 complejo. "El 2024 fue difícil para todos, pero estamos empezando a ver signos de recomposición", dice Muiño Patros y subraya, además, el dinamismo del segmento de accesorios. Según explica, la apertura de las importaciones promete ampliar la oferta y sofisticar la propuesta: "Este nuevo mundo de accesorios va a ayudar a expandir más la categoría", concluye.