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Niantic, cuyo cofundador y director ejecutivo John Hanke, abandona el negocio de
Negocios

Creó Pokémon Go, facturó US$ 8.000 millones pero abandona los videojuegos por el negocio del futuro: cuál es su nueva apuesta

Richard Nieva

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Tras revolucionar el mundo con famoso juego, Niantic dejó atrás la industria gamer para reinventarse como como una empresa enfocada en inteligencia artificial geoespacial.

24 Mayo de 2025 08.00

Al caminar por la sede de Niantic, en el histórico Ferry Building de San Francisco, los visitantes se topan con una multitud de peluches gigantes de Pokémon. En unas escaleras tipo anfiteatro, un enorme Snorlax duerme en un rincón, mientras un Bulbasaur parece listo para atacar. Más allá, un atónito Psyduck mira fijo hacia la distancia, quizás hacia el futuro inesperado de la compañía.

En marzo, Niantic sorprendió con un anuncio fuerte: el desarrollador de Pokémon Go decidió abandonar el negocio de los videojuegos y meterse de lleno en la inteligencia artificial. Le vendió su división de desarrollo de videojuegos a Scopely, una empresa saudí, por US$ 3500 millones y pasó a llamarse Niantic Spatial. En vez de crear juegos de realidad aumentada para celulares, ahora desarrollará modelos de inteligencia artificial que analizan el mundo real para clientes corporativos.

"Es bastante inusual que una empresa exitosa desarrolle esta división celular: formar dos compañías", declaró a Forbes el cofundador y director ejecutivo John Hanke. "Nos quedó claro que la manera de maximizar las oportunidades para ambas era dejar que cada una se fuera y buscar su propio futuro", agregó.

Ahora Niantic apuesta todo a su nueva plataforma Spatial, que presentó en noviembre. Ofrece herramientas de mapeo con inteligencia artificial que las empresas pueden usar para trazar rutas para robots o mejorar el funcionamiento de gafas de realidad aumentada. Así como los grandes modelos de lenguaje permiten que la IA escriba textos, los Grandes Modelos Geoespaciales (LGM) de Niantic ayudan a la inteligencia artificial a entender, recorrer e interactuar con espacios físicos como lo haría una persona. 

Los modelos recrean lugares reales en 3D gracias a la enorme base de datos geolocalizados que Niantic recopiló a partir de los 48.000 millones de kilómetros que recorrieron los jugadores de Pokémon Go e Ingress. Y cuando no tienen información precisa sobre la topografía, las dimensiones o las estructuras físicas de un lugar, usan IA generativa para completar esos espacios vacíos, estimando, por ejemplo, los ángulos de una estatua o las esquinas faltantes de una habitación.

"No creo que maximizar el valor de Pokémon Go durante los próximos 10 años sea necesariamente la prioridad de Hanke"

Saar Gur, socio de CRV.

El giro de Niantic expone el sacudón que provocó la fiebre por la inteligencia artificial generativa en Silicon Valley desde que ChatGPT revolucionó la industria hace casi dos años y medio. El impacto fue tal que transformó incluso a una empresa con diez años de historia como Niantic. Según Gartner, el mercado de la computación espacial podría llegar a los US$ 1,7 billones en 2033, cuando en 2023 fue de US$ 110.000 millones. Ese crecimiento estaría empujado por servicios de localización de compañías como TomTom y por las grandes tecnológicas tradicionales como Google.

"La oportunidad es enorme", dijo Tuong Nguyen, analista director del equipo de tecnología emergente de Gartner.

Pero también lo es la competencia. En el terreno de la inteligencia artificial espacial, Niantic se enfrenta a rivales fuertes. Desde 2021, Nvidia —fabricante de chips con una inversión de US$ 3 billones— ofrece Omniverse, una plataforma que permite crear "gemelos digitales" en 3D para simular procesos en fábricas y otros espacios industriales. Y el año pasado, Fei-Fei Li —referente en visión artificial y conocida como la madrina de la IA— fundó World Labs, una startup que desarrolla inteligencia artificial capaz de generar mundos de fantasía en 3D. Esa tecnología podría servir para videojuegos o entrenamientos de astronautas. La empresa ya vale US$ 1000 millones, aunque todavía no presentó ningún producto.

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John Hanke, CEO of Niantic Spatial.

Para financiar esta nueva etapa, Niantic volvió a apoyarse en sus inversores, entre ellos Coatue, Battery Ventures y CRV, que pusieron US$ 250 millones. El acuerdo, que llevó un año de negociaciones y se cerraría a fin de mes, prevé que unos 400 empleados del área de videojuegos pasen a Scopely —creador del popular juego para celulares Monopoly Go—, mientras que 200 seguirán en Niantic. La empresa echó a más de 65 personas durante la reestructuración. Según dijo Hanke a Forbes, no se esperan más despidos importantes, aunque una o dos personas podrían irse en las últimas fases del acuerdo.

Desde el arranque, Pokémon Go fue un éxito rotundo. Según estimaciones de analistas, generó unos US$ 8000 millones en ingresos desde su lanzamiento en 2016. Casi diez años después, el juego —que invita a los jugadores a atrapar Pokémon virtuales mientras caminan por lugares reales— alcanzó los 100 millones de usuarios en 2024, según datos de Niantic.

El año pasado, la empresa facturó US$ 1000 millones, con 30 millones de jugadores mensuales en todo su catálogo, que incluye Pikmin Bloom, un juego de contador de pasos creado junto a Nintendo, y Monster Hunter Now, desarrollado con Capcom. Niantic no detalla los ingresos por título, pero la mayor parte provino de Pokémon Go, según la firma de investigación Aldora Intelligence. Ese juego aportó US$ 770 millones del total recaudado en 2024, según la misma fuente.

Aunque fue un fenómeno, Niantic no logró repetir ese éxito. Harry Potter: Wizards Unite, la primera gran apuesta tras el boom de Pokémon Go, salió en 2019 y se discontinuó en 2022. Ese mismo año, la compañía despidió a unas 90 personas y canceló varios proyectos en desarrollo, incluido uno basado en la franquicia Transformers. Un año después, cerró su estudio en Los Ángelesechó a 230 empleados —una cuarta parte de su plantilla en ese momento—, en medio de una ola de recortes en toda la industria pospandemia. Ese cierre dejó en el camino varios proyectos importantes, como juegos en colaboración con la NBA y Marvel.

Incluso el brillo de Pokémon Go se apagó respecto a su pico de popularidad. En la App Store de Apple, todavía figura entre los diez juegos de rol más destacados, pero ya no está entre los 100 más descargados del ranking general.

John Hanke asegura que la venta del negocio no respondió a una caída en el rendimiento ni a problemas financieros. "No se trata de abandonar el negocio de los videojuegos", dijo. "Si observamos los juegos que tenemos en el mercado, los ingresos van bien", añadió, y destacó el buen arranque de Monster Hunter Now, donde los jugadores buscan y enfrentan monstruos virtuales. Ese título generó US$ 142 millones en 2023, con una suba interanual del 23%, según Aldora. Joost van Dreunen, fundador de Aldora Intelligence y analista del sector desde hace 15 años, coincidió: "Esta no fue una venta forzosa para salvar la empresa".

La razón principal de la división, según los ejecutivos de Niantic, fue la necesidad de concentración. Dentro de la empresa, siempre hubo una disputa por tiempo y recursos entre el equipo de desarrollo de videojuegos y el área tecnológica, que se encargó de crear todas las herramientas de realidad aumentada y mapeo que sostienen los juegos.

Ese equipo fue responsable, por ejemplo, del "sistema de posicionamiento visual" de Niantic, capaz de determinar con precisión dónde está una persona en una fecha y hora específicas. Como si atrapás un Squirtle en la Grand Central Terminal al mediodía. También desarrollaron Scaniverse, una app que Niantic compró en 2021 y que permite escanear una habitación con el celular para convertirla en un modelo 3D, similar a una foto panorámica.

Ahora, la empresa puede volcar toda su energía al negocio corporativo, aunque eso implique dejar de contar con su fuente principal de ingresos. "Tendremos que centrarnos en nuestros propios ingresos", dijo Brian McClendon, director de tecnología. "Y no tendremos que dividir nuestra atención entre mantener y mejorar los ingresos del negocio de Monster HunterPokémon Go, en lugar de abordar solo esto", agregó, en referencia a la nueva plataforma.

Pikmin Bloom
En 2024, Niantic facturó US$ 1000 millones, con 30 millones de jugadores mensuales en todo su catálogo, que incluye Pikmin Bloom y Monster Hunter Now.

 

Brandon Gleklen, director de Battery Ventures —que participó en la Serie C de Niantic en 2019—, afirmó a Forbes que la decisión era inevitable. Comparó el esfuerzo de llevar adelante los videojuegos y el desarrollo de inteligencia artificial como "dos cuerpos corriendo una carrera de tres piernas".

El giro hacia el negocio empresarial representa un viraje marcadamente conservador para una compañía con una cultura lúdica. El nombre Niantic proviene de un ballenero que se hundió luego de llevar buscadores de oro a San Francisco durante la fiebre de 1849. Sus restos descansan bajo la torre Transamerica. En homenaje al barco, el hall de entrada de la empresa está decorado como la cubierta de una antigua nave, con un cañón viejo y un traje de buceo expuestos.

Pero Hanke sostiene que esta nueva estrategia representa, en realidad, un regreso a sus raíces. Pionero en cartografía digital, cofundó Keyhole en 2001, una startup de imágenes satelitales que Google compró en 2004 por unos US$ 35 millones en acciones. Esa tecnología sirvió como base para Google Maps. Luego de quedar al frente del área global de mapas en Google, Hanke fundó Niantic en 2010 como una división de videojuegos dentro del gigante tecnológico. Dos años después, lanzó Ingress, un juego de ciencia ficción con mecánicas de capturar la bandera. El juego ganó popularidad, y en 2015 Niantic se convirtió en una empresa independiente. (Google todavía invierte en Niantic Spatial).

Después llegó Pokémon Go. Su lanzamiento en 2016 marcó un fenómeno sin precedentes: colocó personajes virtuales en ubicaciones reales y motivó a millones a salir a caminar para atraparlos, algo inusual en un juego online, sobre todo en tiempos de cada vez más horas frente a las pantallas. Inspiró encuentros y eventos en todo el mundo. Durante la pandemia, mientras muchos negocios sufrían, Pokémon Go prosperó gracias a la necesidad de actividades al aire libre con distanciamiento. Tres días después de su debut, ya tenía más usuarios que Twitter. En solo dos meses, se convirtió en el juego para celulares más popular de la historia en Estados Unidos, con 21 millones de usuarios diarios.

El éxito fue abrumador, pero también trajo complicaciones. Mantener un fenómeno global requiere mucho trabajo y dinero. Niantic invertía recursos constantes en nuevas funciones para retener a los jugadores. A la vez, conseguir otro éxito similar se volvió cada vez más difícil. "En los años transcurridos desde el lanzamiento de Pokémon Goel mercado móvil se saturó y los cambios en la tienda de aplicaciones y el panorama de la publicidad móvil dificultaron cada vez más el lanzamiento de nuevos juegos móviles a gran escala", escribió Hanke en un memo a los empleados durante los despidos de 2023.

"No nos dedicamos a fabricar sistemas de armas"

John Hanke, director ejecutivo de Niantic Spatial.

Así fue como el desarrollador de juegos móviles tomó una decisión impensada: dejar atrás el negocio de los videojuegos. "No creo que maximizar el valor de Pokémon Go durante los próximos 10 años sea necesariamente la prioridad de Hanke", dijo Saar Gur, socio general de CRV, que participó en la Serie C de Niantic.

La nueva apuesta consiste en ofrecer las tecnologías clave de Niantic a empresas. Por ejemplo, su sistema de posicionamiento visual podría servir para confirmar la entrega de envíos importantes, más allá de una simple foto del paquete en la puerta, explicó McClendon. Scaniverse, en tanto, podría permitir que un técnico de una empresa de climatización supervise un área de manera remota y marque observaciones en el espacio virtual.

Hasta ahora, Niantic Spatial ya tiene algunos clientes. La oficina de turismo de Singapur está usando su tecnología para diseñar una visita de realidad aumentada por el Flower Dome, el invernadero de vidrio más grande del mundo. El proyecto piloto, que se lanzaría el mes que viene y que por ahora funciona a puertas cerradas, permitirá que los visitantes utilicen gafas para ver información digital superpuesta sobre las distintas especies de flores a medida que recorren el jardín, según contó Gregory Yap, vicepresidente para las Américas de esa oficina de turismo.

Un acuerdo con el contratista gubernamental Booz Allen Hamilton les da acceso a todos los clientes corporativos de Niantic a sus herramientas logísticas y cartográficas, como la tecnología de escaneo y posicionamiento visual, que permite rastrear ubicaciones con una precisión de centímetros. Según Hanke, un cliente no revelado está desarrollando un proyecto que combina parque temático, parque de oficinas y zona residencial.

Niantic no descarta trabajar con el ejército. "Tendremos clientes en el sector público, incluyendo al ejército", dijo Hanke, aunque marcó un límite: "No nos dedicamos a fabricar sistemas de armas", sostuvo.

Los datos son el insumo vital de los modelos de inteligencia artificial, y Pokémon Go recolectó muchísima información. Pero la escisión del área de videojuegos no implica que Niantic se aleje de su gestión, aclaró la empresa. Seguirá brindando a Scopely la tecnología de mapeo que usaba en Pokémon Go, aunque ahora lo hará como proveedor y no como dueño. Eso significa que Niantic Spatial mantendrá el acceso a los datos de geolocalización que usó para desarrollar sus modelos de IA, según explicó Tory Smith, director de gestión de producto de la plataforma de mapas. "No es que se esté cerrando un grifo", dijo. "Simplemente no podemos controlar su evolución con el tiempo", explicó.

Tampoco puede controlar quién accede a esos datos. Cuando en marzo se anunció la venta del catálogo de juegos a Scopely —empresa con sede en Culver City, California, y controlada por el fondo soberano saudí—, muchos usuarios reaccionaron con enojo por el destino de los datos de los jugadores. Hanke restó importancia a esa preocupación. "Las reglas de operación allí son bastante claras, en el sentido de que Niantic y Scopely son los guardianes de eso", afirmó. "Por lo tanto, no habría ningún acceso a eso, ni ningún uso de eso, fuera de esas empresas", sentenció.

En un comunicado, un vocero de Scopely aseguró que la firma "mantiene operaciones autónomas e independientes". Y añadió: "Los datos de los jugadores siempre se manejaron y se seguirán manejando de acuerdo con estrictas leyes y regulaciones de privacidad de datos, y se almacenarán exclusivamente en servidores con sede en EE.UU.".

Algunos críticos consideran que las inversiones de Arabia Saudita en videojuegos y entretenimiento buscan desviar la atención sobre su historial en derechos humanos. Hanke aseguró que en Niantic discutieron el tema antes de elegir comprador. "Lo pensamos. Lo discutimos y debatimos", dijo. "A partir de nuestras observaciones personales y de las personas con las que hemos trabajado en el Reino, creo que existe un verdadero deseo de convertirse en una sociedad más abierta y liberal", expresó.

La indignación aumentó cuando, en noviembre pasado, Niantic anunció que estaba desarrollando modelos de inteligencia artificial con datos de ubicación recolectados a través de sus juegos. Algunos jugadores se sintieron traicionados, al creer que su información se usaba para entrenar inteligencia artificial sin que lo supieran. Hanke lo negó tajantemente. Dijo que los datos no se recolectaban mientras la gente jugaba, sino solo cuando realizaban acciones específicas, como escanear una Poképarada a cambio de recompensas. En esos casos, aseguró, se pedía consentimiento explícito para mejorar los sistemas de la empresa.

McClendon admitió que, en ese momento, no se mencionó específicamente la inteligencia artificial porque los modelos todavía no existían cuando se redactó el aviso. Eso no cambió: la declaración todavía no incluye la palabra IA, aunque tras el cierre del acuerdo, Niantic anunció que la división de videojuegos implementará nuevas condiciones de servicio que amplían sus políticas de datos.

Para festejar la venta del área de videojuegos y el comienzo de su camino en la inteligencia artificial, Niantic organizó una fiesta a comienzos de mayo en Sens, un restaurante mediterráneo elegante con vista a la bahía. Durante la celebración, Hanke y su equipo compartieron anécdotas y recuerdos para despedirse de la empresa tal como era hasta ahora. Sin embargo, el cambio no implica un adiós definitivo: los empleados del área de videojuegos se mudarán a una oficina de Scopely que está a pocos pasos. Según Hanke, es probable que los peluches de Pokémon también los acompañen.

Con información de Forbes US.

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