Menos aranceles a bienes de capital: pulseada con la industria local e impacto en la economía
Con la promesa de impulsar la inversión y bajar costos, el Gobierno eliminará aranceles elevados sobre maquinaria clave para la industria. La apuesta oficial reconfigura el mapa productivo, con mayor presión sobre sectores locales poco competitivos.

El Gobierno anunció una rebaja de aranceles para 27 bienes de capital que soportaban una alícuota de entre 20% y 35%, en una decisión que busca incentivar la inversión productiva y facilitar el acceso a tecnología e infraestructura. Lo hizo a través de un posteo en la cuenta oficial del ministro de Economía, Luis Caputo, quien recordó que el arancel común del Mercosur para estos productos es del 12,6%, aunque muchos se encontraban por encima de ese porcentaje.

Entre los productos que se beneficiarán por esta baja figuran ascensores, ventiladores industriales, maquinaria metalúrgica (como prensas, plegadoras y láser de corte), depuradores de gases, hornos panaderos, equipos para limpieza de cañerías en la industria petrolera, entre otros. También se incluyen bombas centrífugas, máquinas para fabricar helados, polipastos eléctricos, y dispositivos para cortar pelo o esquilar animales.

Menor presión tributaria para dinamizar la producción

Con esta decisión, el Gobierno acumulará una rebaja de aranceles sobre 1.081 productos desde el inicio de la gestión. El objetivo es alinear los costos de producción en el país con los de los principales socios comerciales y reducir las barreras de entrada a bienes que dinamizan la actividad económica.

El economista y CEO de Grupo Set, Jonatan Loidi, sostiene que las medidas reflejan las prioridades del oficialismo. "Estas decisiones no hacen más que ratificar el rumbo del gobierno y las prioridades estratégicas que tiene para su gestión. El presidente ya había insistido durante la campaña en que el orden macroeconómico, la baja de la inflación y la reducción del déficit fiscal eran claves", enfatiza el economista. Según Loidi, esa primera etapa ya se cumplió y ahora empieza otra, en la que el foco pasa a ser la competencia y la apertura.

También destaca que el objetivo del Gobierno es permitir un acceso más libre a productos importados, que debería ayudar a reducir precios. "Sobre todo de ciertos bienes que realmente eran inalcanzables en Argentina, como un iPhone o ciertas cosas de tecnología o ciertos repuestos automotores", agrega. Además, considera injusto que solo quienes podían viajar o tenían acceso al mercado internacional pudieran comprarlos, mientras que el resto los pagaba con un sobreprecio de hasta 100% o más.

Paralelamente, advirtie que esto representa un gran desafío para la industria local, que deberá reinventarse. En ese sentido, apunta directamente a la situación de Tierra del Fuego, donde por más de 30 años hubo un régimen de aranceles preferenciales y un mercado cerrado. Sostiene que, si esas empresas no trabajaron para ganar competitividad real y dependieron de beneficios fiscales, entonces hoy se enfrentan a un mercado donde esas ventajas ya no existen.

"El mundo de los negocios es un mundo hostil, competitivo y adaptativo. No es una cooperativa donde tenemos que ver cómo todos se acomodan y que todos sean felices", remarca. Y concluye: "Se están reescribiendo las reglas de juego, y en eso, cada uno tiene que jugar el partido de la mejor manera posible".

Expectativas de crecimiento y mejora del poder adquisitivo

En la misma línea opinó el economista y asesor financiero Adrián Moreno, quien remarca que bajar la presión fiscal es clave para reactivar la actividad: "Considero muy importante que de reduzca la presión fiscal sobre los agentes económicos en su conjunto, y fundamentalmente sobre aquellos emprendedores que favorecen el movimiento de la rueda económica local".

l Gobierno anunció una rebaja de aranceles para 27 bienes de capital que soportaban una alícuota de entre 20% y 35%, en una decisión que busca incentivar la inversión productiva y facilitar el acceso a tecnología e infraestructura.

Más allá de los beneficios para la producción, también se espera que los precios de ciertos productos de consumo bajen, especialmente aquellos que se vendían con sobrecostos por la protección arancelaria. Esto podría generar una mejora en el poder adquisitivo sin necesidad de aumentar salarios, un objetivo central para el equipo económico.

"Para que la economía pueda crecer un 5% como se estima para este año, son muy necesarias estas medidas que promueven la actividad al quitar presión fiscal a los empresarios. Estas acciones del Gobierno apuntan a estimular la producción sin lugar a dudas, y a acelerar el ritmo de crecimiento para la segunda mitad del año, en un contexto de desinflación más pronunciada y de estabilidad cambiaria, al menos en el mediano plazo", comenta Moreno.

La decisión del Gobierno de avanzar con una política arancelaria más agresiva va en línea con la promesa de eliminar distorsiones que encarecen la vida cotidiana y traban la competitividad de la economía. Y, según la visión oficial, marca el rumbo de una nueva etapa que pone el eje en la competencia, la eficiencia y la apertura.