La cruzada de Caputo por los dólares y por qué es difícil que los argentinos los saquen del colchón: "No va a suceder"
El economista Juan Pablo Ronderos pone el foco en el punto fuerte de la política económica y también en el más débil: la búsqueda permanente de divisas.

A casi un año y medio de gestión, el Gobierno cuenta con un gran activo en materia económica: logró convencer a todos los argentinos que ya no van a sobrar pesos. Sin embargo, todavía no logra disuadirlos de que no van a faltar dólares. Esa es la conclusión central sobre la coyuntura del economista Juan Pablo Ronderos, socio fundador de la consultora MAP, quien considera también que la economía real "está crujiendo" en el proceso de transformación ante los cambios macro. La discusión "equivocada" sobre el atraso cambiario, el impacto de la apertura comercial y por qué cree que las medidas para los dólares del colchón no van a funcionar.  En charla con Forbes, también evaluó el impacto de las elecciones y los ajustes al plan económico después de octubre. Aquí una sintésis.

La economía está atravesando muchos cambios a nivel macro...¿en el mundo de las empresas qué es lo que está pasando, cómo reaccionan a esos cambios?

Está crujiendo. Lo que está cambiando en Argentina es el marco de los de los negocios y al cambiar el marco, todo lo que hiciste en una buena parte de los últimos 20 años empieza a necesitar cambios. Y eso es lo que está pasando en la economía real en Argentina, con mucha heterogeneidad entre los sectores. Están crujiendo.

El caso de los bancos podría ser paradigmático: el juego de una economía más estabilizada es diferente al de una repleta de distorsiones. 

En el caso de los bancos, por ejemplo, tienen que volver a aprender como prestar. Parece una pavada, pero necesitan aprender cómo prestar a los sectores de la economía. El marco de los negocios está cambiando por cuatro dimensiones: una es la macro, otra es el costo argentino, que hoy está tan de moda. El tercero es la estructura de los mercados y el último es el mundo. 

Que también está crujiendo...

Nos estamos abriendo a un mundo que está muy convulsionado. Esas cuatro dimensiones están dando un nuevo mapa de ganadores y perdedores con nuevos modelos de negocio. Vamos al banco, los bancos se habían transformado en un modelo solamente transaccional y ahora tienen que volver a aprender a ser bancos.

¿Entre los nuevos ganadores y perdedores, quiénes quedan de un lado y quiénes del otro?

Porque lo que está cambiando es el tipo de oportunidad. Están. Nosotros hablamos de oportunidades productivas y ahí están los obvios. Energía, minería, agro. Pero después hablamos de oportunidades comerciales que seguramente tengan que ver con sectores como textiles, electrónicos, electrónica. Para poner dos ejemplos muy en el otro extremo. Todos pueden ganar o perder dentro de cada uno de los sectores.

¿Esos también tienen posibilidades?

Tienen. Creo que lo que va a pasar es que va a haber un cambio de modelo de negocios en todos los sectores, en el de los ganadores y en el de oportunidades productivas también,  en eso que llamamos soportes comerciales. Sobre todo porque quizás no tenga mucho sentido producir todo y tenga sentido producir un nicho, producir algo y el resto comercializarlo, importarlo y transformar más una empresa comercial en una empresa productiva. Es confuso porque sería perdedor el que produce porque deja de hacerlo, pero ese mismo o uno nuevo entrante puede ganar con una oportunidad comercial.

El impacto es en el empleo

El problema de todo esto es qué ecuación social y política te da. Es un gran problema y creo que es una de las grandes discusiones que viene en la Argentina en los próximos años. Hay ejemplos de países medianos como nosotros que se han especializado y son exitosos. El caso automotriz. Uno no pone en duda que Toyota va a seguir produciendo en Argentina y se acaba de anunciar una inversión de Volkswagen y Ford van a seguir produciendo en Argentina. Quizás no tengamos 11 terminales y tengamos cinco y esas cinco produzcan la misma cantidad de autos que producían las 11. Claro que atrás, siguiendo con este ejemplo, hay todo un conjunto autopartista. Hay un montón de cosas que también se tienen que transformar, entonces eso cruje.

¿Ese crujir está siendo muy doloroso?

Sí. A ningún CEO de ninguna compañía le gusta tener que ajustar personal. Le gusta tener que ajustar costos, le gusta y tiene que pelear con la con la casa matriz. Si es una multinacional y tiene que convencer a los accionistas locales, sobre todo al accionista local para hacer esa transformación. Es difícil si durante los últimos 20 años, hiciste algo que te fue bien pensar que ahora tenés que cambiar.

Detrás de todo ese panorama está el abrupto cambio de rumbo económico. ¿Se podría hacer de otra manera?

La verdad que no sé si se puede hacer de otra manera, pero si uno mira la historia de la Argentina, nunca se hizo de otra manera. Generalmente lo que sucede es que tenemos la crisis y después de la crisis reaccionamos. Acá, es la primera vez que hay un gobierno que intenta conducir la crisis.

 ¿En este año y medio, qué te sorprendió y qué te parece que no salió bien?

En términos estrictamente económicos, el Gobierno hizo muy bien en convencernos a todos de que pesos no iban a sobrar, ahí hizo un muy buen trabajo en lo fiscal y un trabajo que fue acomodando las expectativas de la política monetaria y demás. Lo que creo que le sigue faltando es convencernos a todos de que los dólares no van a faltar. Qué va a pasar con la oferta y la demanda de dólares para garantizarnos a todos que no van a faltar, o al menos  con la expectativa de que esta economía va a generar los dólares suficientes para funcionar. Eso es lo que le falta.

Hay esfuerzos en ese sentido, el blanqueo, las nuevas medidas para facilitar el uso de dólares del colchón...¿Por qué los argentinos sacarían los dólares del colchón?

Yo creo que no los van a sacar del colchón. Son muchos años en los que la política económica le hizo trampa al argentino casi sistemáticamente. La trampa terminó siendo siempre inflación y devaluación, con lo cual va a ser difícil convencerlo. No va a suceder.

Entonces...

El Gobierno está lidiando con muchos años de muchos errores, estamos hablando de décadas, pero también creo que no ha sido tan contundente en convencernos con el tema de los dólares. Y tiene que ver con la discusión del atraso cambiario que para mí está equivocada. 

¿Cómo es eso? ¿Piso o techo?

La pregunta no es si está atrasado o no, es si es sustentable el atraso. Si uno mira un poquito más allá a partir del 26, 27, 28, quizás un tipo de cambio como el actual sea de equilibrio. La pregunta es si es de equilibrio y cómo construir ese puente que hasta ese momento. Me parece que es para los negocios lo más importante.

En algún punto parece el foco de Caputo, que siempre parece estar buscando llegar a ese momento en el que vienen los dólares

Todo el tiempo. Está comprando tiempo. Pero creo que el mercado hoy ya le está exigiendo que compre un tiempo un poco más sustentable.