La advertencia de Cavallo para Milei post elecciones y la comparación con la crisis de Menem en los 90'
Criticó con dureza al equipo económico y alertó sobre los riesgos de sostener medidas transitorias sin un rumbo claro. Propuso cambios legales urgentes en el sistema monetario y trazó un paralelismo con el giro que adoptó Menem antes de lanzar la convertibilidad.

A menos de un mes para las elecciones del 26 de octubre, Domingo Cavallo publicó un análisis crítico en su blog sobre la situación económica actual y el rumbo del gobierno de Javier Milei. El exministro de Economía evitó especular sobre los resultados electorales, pero fue claro al advertir que, gane quien gane, se necesita corregir con urgencia los errores monetarios y cambiarios si se quiere alcanzar estabilidad y crecimiento sostenido.

Según Cavallo, el oficialismo sigue sin poder identificar ni explicar con claridad la causa principal de la crisis. Y mientras eso ocurra, insistirá con culpar a la "herencia recibida" y al "riesgo KUKA". Sin embargo, remarcó que el manejo cambiario y monetario del equipo económico, liderado por Luis Caputo, es la verdadera raíz de la crisis actual.

"Caputo hasta aquí siempre sacó algún conejo de la galera para enfrentar problemas cambiarios y de deuda", escribió. El último, la eliminación transitoria de retenciones a las exportaciones, generó una liquidación de US$ 7.000 millones en tres días. Eso permitió bajar el precio del dólar y sumar reservas, aunque según Cavallo, el impacto real fue más por esa liquidación que por los anuncios de Scott Bessent.

Advirtió que esta operación, que tuvo un costo fiscal superior a US$ 1.000 millones, tendrá un efecto búmeran. Disminuyó el ingreso futuro de divisas, generó rechazo tanto en productores agropecuarios locales como en los de EE.UU., y vulneró las reglas de juego anunciadas. "El gobierno no debe autoengañarse. Decisiones como esta producen efectos búmeran", apuntó.

Agregó que la baja del precio del dólar no es sostenible y que, con la merma de ingresos por retenciones, en los próximos meses se volverá a tensar el frente cambiario. De hecho, indicó que esos efectos de reversión ya comenzaron a notarse desde el jueves posterior a la medida. Cavallo puso el foco en que estas señales de inestabilidad se potencian por la percepción de que el gobierno puede abandonar compromisos y normas sin previo aviso.

La advertencia sobre el apoyo de Trump

Cavallo puso especial énfasis en advertir sobre cómo debe interpretarse el respaldo de Donald Trump. Aseguró que esa alianza responde más a una coincidencia ideológica en materia de política exterior y a la postura anti-woke del mandatario estadounidense, que a una validación del rumbo económico local.

"Trump odia que se utilice el dinero de los contribuyentes para apoyos a gobiernos y países extranjeros", recordó Cavallo. Incluso planteó que dentro del Partido Republicano hay malestar con el tipo de respaldo que Bessent anunció hacia Argentina. Expresó que sectores del Departamento de Estado y de la línea dura republicana no estarían cómodos con una asistencia directa a la economía argentina.

Cavallo puso especial énfasis en advertir sobre cómo debe interpretarse el respaldo de Donald Trump.

 

De todas maneras, Cavallo considera que Bessent se siente, al menos por ahora, cómodo con la versión que Caputo difunde sobre el origen de la crisis: un problema estrictamente político vinculado al mal resultado electoral en Buenos Aires. Para Cavallo, esa explicación es incompleta: "Los problemas que derivaron en el aumento estrepitoso del precio del dólar y del riesgo país, precedieron a la elección".

Respecto al anunciado swap por US$ 20.000 millones, Cavallo consideró que esa medida apunta a reemplazar el acuerdo con China, algo que EE.UU. exige para reducir la influencia geopolítica del gigante asiático en Argentina. El swap, en este contexto, no implicaría una inyección neta de divisas, sino una reconfiguración del vínculo internacional. También alertó sobre la posibilidad de que la crítica de Bessent a la baja de retenciones como "exención impositiva inapropiada" se convierta en una exigencia para mantenerlas de forma permanente, lo que en su opinión sería "bloquear una medida estructural indispensable".

La comparación con los 90

Lejos de ver similitudes entre la situación actual y el final del gobierno de Fernando de la Rúa, Cavallo cree que la crisis se parece más a la que atravesó Carlos Menem en diciembre de 1990 y enero de 1991. Subrayó que, como Milei, Menem heredó un desastre económico. Logró bajar la inflación mensual de 190% a menos de 6% en 18 meses y mantener el tipo de cambio estable. Comparó ese recorrido con la baja de inflación de 25% a 2% mensual que logró Milei. En materia fiscal, destacó que Milei logró eliminar el déficit, cosa que Menem no había conseguido en ese momento.

También identificó un paralelismo en las denuncias de corrupción que golpearon al entorno presidencial en ambos gobiernos. Y remarcó que, al igual que Menem en los 90, Milei deberá cambiar su gabinete y fijar reglas claras en lo monetario, cambiario y financiero. Destacó que los funcionarios clave de Menem, como Roberto Dromi, Rodolfo Barra o Rodolfo Díaz, no provenían de su riñón político, pero fueron elegidos por su capacidad técnica y experiencia.

Cavallo apuntó que Menem entendió la necesidad de un cambio profundo y pragmático, sin ataduras ideológicas. Atribuyó parte del éxito del Plan de Convertibilidad a esa apertura del entonces presidente para rodearse de técnicos y profesionales que supieran implementar una nueva organización económica.

Milei, en cambio, mantiene un estilo más dogmático y demostró menor capacidad para abrir su equipo a perfiles técnicos fuera de su espacio. Cavallo advirtió que eso puede dificultar la implementación de reformas estructurales si no hay cambios en el método de gestión.

Las medidas concretas que propone Cavallo

En el apéndice de su texto, Cavallo listó las disposiciones que deberían formar parte de una nueva legislación monetaria. Sostuvo que deben tomarse medidas profundas y rápidas, como las que se tomaron con la ley de convertibilidad en 1991:

  • Prohibir la emisión para financiar el déficit fiscal de Nación, provincias y municipios.
  • Permitir emisión sólo para compra de reservas y operaciones en mercados secundarios de títulos.
  • Declarar la libre convertibilidad del peso y eliminar todos los controles de cambio.
  • Autorizar la intermediación financiera en dólares (y otras monedas convertibles) en igualdad de condiciones que el peso.
  • Habilitar a los bancos a recibir depósitos y otorgar créditos en cualquier moneda convertible.
  • Establecer que esos créditos podrán destinarse a consumo, hipotecas, préstamos personales y financiamiento a pymes.
  • Que el financiamiento a grandes empresas provenga del mercado de capitales, induciendo a grandes depositantes a invertir en fondos de inversión.
Cavallo remarcó que el manejo cambiario y monetario del equipo económico, liderado por Luis Caputo, es la verdadera raíz de la crisis actual.

 

En su visión, el Banco Central debe enfocarse en manejar los encajes bancarios y hacer operaciones de mercado abierto como única herramienta de política monetaria. Propone eliminar bandas cambiarias y dejar flotar el tipo de cambio. También remarcó que debe haber un programa explícito de compras de reservas por parte del Tesoro y del Banco Central para cubrir vencimientos de deuda.

Recordó que cuando se implementó el Plan de Convertibilidad, el dólar pasó de 5.000 a 10.000 australes en tres meses, generando más inflación. Pero una vez que alcanzó un nivel de equilibrio, sirvió como base para la estabilidad. Sugirió que el gobierno de Milei debe prepararse para un escenario similar si elimina el cepo y deja flotar la moneda sin intervenciones.

Finalmente, pronosticó que el gobierno terminará adoptando estas medidas, incluso si hoy las rechaza, porque cuando el alivio transitorio de las retenciones y el respaldo simbólico de EE.UU. se diluya, será el propio Tesoro norteamericano y el FMI quienes exigirán cambios como condición para mantener su apoyo. Cavallo cerró su análisis con un deseo: que Milei pueda actuar como lo hizo Menem en 1991 y encarar reformas que cambien de raíz la organización económica del país.