Donald Trump tuvo el año más lucrativo de su vida. El presidente de Estados Unidos ahora acumula una fortuna récord de US$ 7.300 millones, muy por encima de los US$ 4.300 millones que tenía en 2024, cuando todavía estaba en campaña. Esa ganancia de US$ 3.000 millones le permitió escalar 118 posiciones en el ranking Forbes 400, donde este año figura en el puesto 201.
Ningún otro presidente en la historia del país consiguió sacar semejante rédito económico de su paso por el poder. Su herramienta principal para generar riqueza fueron las criptomonedas, un tipo de activo muy popular, pero también expuesto a los vaivenes regulatorios. En septiembre de 2024, junto con sus tres hijos, Trump lanzó una empresa de criptomonedas llamada World Liberty Financial, que al principio enfrentó varios tropiezos. Con el tiempo, sin embargo, llegó a la Casa Blanca.
El criptoempresario Justin Sun, acusado de fraude por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), invirtió US$ 75 millones, de los cuales destinó cerca de US$ 40 millones al presidente electo. Además, transfirió varios millones más a sus familiares, lo que desató una bonanza que no paró de crecer desde entonces. En enero, pocos días antes de volver a la Casa Blanca, Donald Trump lanzó una memecoin, lo que sumó cientos de millones a su fortuna.
Durante su presidencia, Donald Trump redujo la aplicación de regulaciones sobre criptomonedas y firmó leyes que beneficiaron directamente a la industria. Estas decisiones le permitieron sacar provecho de diversos conflictos de intereses. Sus memecoins, que al principio estuvieron bloqueadas durante tres meses, ahora se desbloquean a diario, liberando decenas de millones de dólares por semana. Por otro lado, World Liberty Financial continuó con la venta de tokens, incluso a compradores sin controles claros, y ya generó un estimado de US$ 1.400 millones. Una entidad vinculada a la familia Trump recibe cerca del 75 % de esas ventas, lo que representa más de US$ 1.000 millones.
El presidente aparentemente planeó vender parte de esa entidad, según una carta que un supervisor judicial de la Organización Trump envió a un juez de Nueva York en mayo. Todavía no se sabe qué porcentaje vendió ni si la operación finalmente se concretó. Tampoco se conoce la identidad del supuesto comprador. La Organización Trump no respondió a las consultas sobre el acuerdo. (Poco después de que un periodista de Forbes lo revelara por primera vez, el presidente lanzó críticas contra él en Truth Social).
A pesar de la avalancha de activos de riesgo impulsada por sus seguidores, Donald Trump optó por una estrategia conservadora para invertir su dinero. A comienzos del verano, canceló una deuda de US$ 114 millones contra el 40 Wall Street, un rascacielos neoyorquino que atraviesa una crisis. En julio, firmó dos préstamos menores, por un total estimado de US$ 15 millones, con garantía de mansiones ubicadas en Nueva York y Florida. También compró bonos municipales y corporativos. El balance financiero de Trump es ahora más sólido que nunca: tiene un estimado de US$ 1.100 millones en pasivos y US$ 8.400 millones en activos, de los cuales US$ 1.100 millones están en activos líquidos.
Sacar provecho de las criptomonedas
El mayor impulso al patrimonio neto de Donald Trump provino de sus inversiones en criptomonedas, que le proporcionaron una enorme cantidad de dinero en efectivo. Todavía conserva una gran cantidad de monedas, cuyo valor podría dispararse a medida que se liberen durante su presidencia.
A continuación, Forbes detalla cuáles fueron los sectores de su fortuna que más crecieron en el último año:
- Memecoin: +US$ 710 millones
- Activos líquidos: +US$ 660 millones
- Negocio de licencias y gestión: +US$ 410 millones
- Victoria legal: +US$ 470 millones
- Tokens financieros de World Liberty: +US$ 340 millones
- Negocio de monedas estables: +US$ 240 millones
Casi toda su cartera está en alza. En agosto, jueces de apelación de Nueva York anularon una multa por fraude de aproximadamente US$ 500 millones. Además, el negocio de licencias inmobiliarias de Donald Trump, que llevaba años estancado, volvió a activarse con nuevos contratos en Arabia Saudita, Vietnam, Rumania, India, Catar y Emiratos Árabes Unidos. Se estima que los ingresos de este rubro crecieron un 580 % en 2024, alcanzando los US$ 45 millones, lo que elevó el valor del negocio en US$ 400 millones. En Estados Unidos, la cartera de campos de golf y clubes privados del presidente sigue en expansión, con ganancias que aumentaron un 30 % en 2024. Esa mejora sumó cerca de US$ 325 millones a su patrimonio neto.
Con tanto dinero en juego, Donald Trump podría volver pronto a una de sus pasiones: la construcción. Tanto él como su familia vienen impulsando desde hace años el desarrollo de pequeñas villas en campos de golf de Escocia y Florida. Sin embargo, ese tipo de proyectos exige una liquidez que no siempre tuvo a su alcance.
Ahora, tras su regreso a la Casa Blanca —y con todo el poder que eso implica—, tiene margen para hacer prácticamente lo que quiera.
Con información adicional de Kyle-Khan Mullins, Zach Everson y Thomas Gallagher.