Creada hace 147 años a partir del desarrollo del telégrafo subacuático en plena revolución industrial, la Bolsa de Metales de Londres (LME, según sus siglas en inglés) puso foco en la Argentina, adonde llegará para hacer docencia. Varios factores hicieron que se despertara el interés del principal y más antiguo mercado de metales del mundo, entre ellos el enorme potencial minero que tiene la cordillera argentina, igual que la chilena. Esa ventaja competitiva, sin embargo, se combina con el bajísimo expertise de operadores locales de todos los sectores -con excepción del campo y, por supuesto, el sector financiero- en estrategias de cobertura o hedge. Para revertir eso, BYMA será la próxima semana, sede de un seminario oficial del LME, pensado como un espacio de formación en el funcionamiento del mercado, el uso del hedging y la gestión del riesgo de precios de los metales.
La capacitación está a cargo del consultor argentino Jorge Dyszel, ex Aluar y Glencore, único formador oficial de LME para América latina y el mundo hispano, en la que abordará temas clave como el mercado de futuros y opciones sobre metales. la formación y descubrimiento de precios, estrategias de cobertura (hedging) y gestión de riesgos, además de cuestiones específicas sobre contratos y metales y plataformas de negociación y acceso
Está destinado no sólo a profesionales de finanzas y comercial sino también de legales, tesorerías así como directores y emprendedores.
"El mundo está hiper líquido y todos los mercados de commodities del planeta están tomados por los fondos de inversión, lo que significa que los precios que todos pagos por lo que consumimos está formado en base a una visión y no a una situación concreta de la economía real", advierte Dyszel, quien aporta como dato "de color": "En el mundo se producen 70 millones de toneladas de aluminio por año, sin embargo, en LME se tradean 4.200 millones de toneladas, 60 veces más. Eso es el efecto de los inversores financieros". Eso porque los propios productores se cubren de la volatilidad de aquello que producen: si baja el precio del aluminio, Aluar, por ejemplo, se perjudica porque no "hedgea", es decir, no se cubre con contratos a futuro. Si el precio sube, la compañía gana más. Si se cubriera mediante el mercado de futuros, percibiría un precio menos volátil. "Esa mayor estabilidad permite a las empresas concentrarse en mejorar la productividad, eliminar ineficiencia, mejorar el negocio", afirma Dyszel.
La pregunta que se impone, entonces, es por qué en la Argentina está tan poco desarrollado el mercado. Una primera respuesta tiene que ver con el marco regulatorio. "El primer condicionante es la normativa: qué permiten las reglas de cada país. La Argentina no era elegible hasta hace unos meses, por eso la LME la tenía fuera del radar, para qué venir a explicar lo bueno de cubrirse si no se puede porque hay cepo". Aunque la eliminación de las restricciones cambiarias no fue total y, de hecho, la mayor parte de ellas sigue rigiendo para las empresas, la posibilidad de operar a través de una Alyc deja habilitada la posibilidad. "Apostando a una Argentina que le vaya mejor y logre la libre movilidad de divisas, ahí se acaban los problemas", apuntó el especialista.
Una segunda respuesta, sin embargo, va más allá. En una economía inflacionaria, en la que cualquier variación de costos se traslada sin más al precio de venta, hedgear deja de tener tanto sentido. Se mantiene la inercia inflacionaria y se pierde de vista ganar en eficiencia. Ése es el gran problema que atraviesan, en estos tiempos, gran parte de las empresas de todos los sectores: cómo mejorar la eficiencia ahora que la inflación ya no disimula ningún desvío. "Son momias", se queja Dyszel respecto de la reticencia de grandes jugadores de distintos mercados a aplicar estrategias de "hedgeo". Admite, sin embargo, que en la Argentina sí hay mucho entrenamiento de cobertura con dólar futuro, particularmente los importadores.
El caso emblemático para el experto es YPF. "´¿Por qué si aumenta el petróleo aumenta la nafta? Si es productor de petróleo, ¿cuál es el aumento del costo? La empresa toma el precio de paridad importación, el precio de mercado y el mensaje es claro: que no va a vender por debajo de ese precio. La pregunta es por qué" provoca Dyszel, con el argumento de que la compañía, a diferencia de los consumidores, puede cubrirse. "YPF puede comprar una especie de seguro en en el que el siniestro es que el precio del petróleo suba. Existe en el mercado hace 50 años, México lo hace, también los países escandinavos. ¿Por qué no congelan el precio por uno, dos, tres años para todos los argentinos? Lo pueden hacer tranquilamente", insiste.
El seminario de LME tendrá, entre el 6 y 8 de agosto, una edición en Mendoza, donde el interés por la minería está en plena ebullción.