Orgánicos, con sello vegano y naranjos: la fórmula de Bodega Cruzat para innovar en espumantes
En un mano a mano con Forbes Argentina, Andrés Heiremans, Gerente General de Bodega Cruzat, compartió las perpectivas de negocio para este año.

Fundada en 2004 por un grupo de empresarios chilenos en conjunto con Pedro Rosell, ingeniero Agrónomo y enólogo argentino, Bodega Cruzat es la única bodega local que se dedica exclusivamente a la elaboración de vinos espumosos bajo el método tradicional o Champenoise. Este método implica que luego de una primera fermentación y tras el embotellado, se realiza una segunda fermentación en botella. Este proceso se traduce en espumosos que ofrecen una complejidad y elegancia muy elevadas, con esa sensación cremosa en boca que los caracteriza.

Con 25 empleados, una producción anual de 500.000 botellas y exportaciones a 15 mercados, la firma espera cerrar 2022 con una facturación de $ 300 millones. La bodega está comandada por Andrés Heiremans, su Gerente General, quien tiene casi 30 años de experiencia en la industria vitivinícola. 

"Inicié en el área comercial de Viña Undurraga, en Chile, y luego ocupé cargos en el área financiera y administrativa. Llegué a la Argentina en el año 2002, a cargo del proyecto regional de Jacques y François Lurton y, antes de ponerme al frente de Bodega Cruzat, fui Gerente General de Viña Cobos", recuerda a Forbes este Ingeniero Comercial por la Universidad de Chile y con un MBA de HEC, Paris y un Winemaking Certificate de UC Davis. En un mano a mano, Heiremans, comparte las perspectivas para este año.

Andrés Heiremans, Gerente General de Cruzat.

-¿De qué modo los encontró la pandemia?

Cruzat venía de un período de franco crecimiento. La marca tenía un buen posicionamiento en el mercado. Teníamos, además, el ejercicio de investigar y proponer continuamente al consumidor productos novedosos y de calidad, lo cual nos permitió, en medio de la situación tan crítica, encontrar oportunidades.

-¿Qué impacto tuvo sobre su negocio?

Cuando empezó la pandemia hubo un frenazo total, fue un mes y medio en el que todoestuvo parado: cerraron hoteles, restaurantes, comercios… Si bien había consumo, no vendíamos más porque lo que se consumía eran los stocks. Luego, hubo sectores que tuvieron la habilidad y la valentía para reinventarse y adaptarse a la nueva realidad. Poco a poco, comenzaron a haber más ventas a través de los diferentes canales.

Uno de los cambios más notorios fue el fuerte incremento de la demanda hogareña. Si bien no sabemos si eso sustituyó al canal HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías), sí resultó evidente que se estaba dando un crecimiento en el consumo en las casas particulares. Entonces, pusimos el foco allí.

Sentimos que la pandemia nos acercó a nuevos clientes, nuevos interesados en Cruzat en un rango etario mucho más bajo al habitual, que hoy está dispuesto a probar y consumir nuevos productos.

-¿Qué medidas debieron tomar?

La pandemia trajo un cambio en el mix habitual de ventas y en los canales habituales de comercialización. Ante el cambio que se dio en la forma de consumo, buscamos acercarnos al consumidor con nuevos productos disruptivos. Así fue que, a pesar del escenario que generó la pandemia, lanzamos nuestro Cruzat Pet Nat y Cruzat Naranjo, dos propuestas que tuvieron enorme aceptación en el mercado. Esto se tradujo en muy buenos resultados para Cruzat, con un crecimiento de ventas mayor al esperado y con un gran reconocimiento de la marca por parte de los consumidores.

En el último tiempo, reforzamos esta apuesta a la innovación a través de la certificación con el sello vegano para nuestros espumosos Single Vineyard Finca La Dama, Cruzat Naranjo, Cuvée y Premier. Todos estos productos cuentan con el sello VEG Argentina, otorgado por el organismo de inspección y certificación Liaf Control. Además, a finales de 2021 lanzamos Cruzat Orgánico, el primer espumoso orgánico de la bodega: se trata de un Single Vineyard de partida limitada que responde a esta búsqueda del mercado de productos naturales que a la vez permiten expresar el máximo potencial de las uvas y el terroir.

El mercado del vino exige siempre estar en movimiento, no solo con nuevos productos, sino también buscando nuevos consumidores, a los cuales muchas veces se llega con productos diferenciales y novedosos, pero que estén avalados con la calidad Cruzat: no es presentar productos nuevos solo por la novedad, siempre deben tener la pasión y el saber hacer en cada detalle.

Pedro Rosell, fundador de Bodega Cruzat.

-¿Cuánto de lo que se produce se destina a la exportación?

Bodega Cruzat produce unas 500.000 botellas al año. El 80% de esos espumosos se comercializa en todo el territorio argentino y el 20% restante se destina a 15 países diferentes en todo el mundo, tales como Estados Unidos, Perú, Chile, Reino Unido, Italia, Australia, Japón y Suiza entre otros.

-¿Analiza abrir operaciones en otros mercados? De ser así, ¿de qué depende? 

Siempre buscamos expandir nuestras ventas a nuevos mercados. La pandemia y el desarrollo digital de las comunicaciones han acortado la distancia entre productores e importadores, por lo que tenemos muchos clientes nuevos que empiezan a conocer nuestros productos y que nos permitirán aumentar las exportaciones en el corto plazo.

-¿Dónde seguirán puestas las fichas para este año? ¿Qué proyectos tiene en carpeta?

Nuestro equipo enológico siempre está trabajando en nuevos productos. Algunos salen al mercado y otros quedan en la bodega hasta encontrar el punto justo que representen el espíritu Cruzat. En el mundo vitivinícola nada se hace de un día para el otro, son años de planeamiento, de estudio, de vendimias y de mucho trabajo.

En estos días estamos llegando al mercado con un nuevo vino: Cruzat Cosecha Temprana, un espumoso Rosé Extra Brut, 100% Pinot Noir de bajo alcohol. El desarrollo llevó mucho tiempo de trabajo hasta encontrar el equilibrio perfecto entre la acidez, el azúcar y con menos de 10% de alcohol.

Lorena Mulet, enóloga de Bodega Cruzat.

-¿Qué proyección de crecimiento tiene?

Justamente uno de los cambios que trajo la pandemia a nivel local fue que la gente comenzó a ver en los espumantes una opción para alegrar cualquier ocasión, esto comenzó a impulsar una desestacionalización en el consumo. Si bien en otros países el vino espumante es un producto de consumo permanente, en el nuestro era casi exclusivamente de celebración. De un tiempo a esta parte, el consumidor argentino descubrió que compartir una botella de espumante en pareja o en el círculo íntimo en cuarentena era algo que agregaba mucho placer a la actividad diaria. Y en la medida que todo se fue flexibilizando, el fenómeno se acentuó, al compartir espumosos con amigos y familia en los momentos de reencuentro. Esto explica que se haya revertido la tendencia a la baja de consumo que hubo entre 2017 y 2019, y que del 2020 en adelante haya ido aumentando.

Paralelamente, el segmento que más viene creciendo es el de los vinos de mayor precio, porque el consumidor ha volcado el poder adquisitivo en productos y momentos que le producen felicidad. Todo este contexto nos permite avizorar un 2022 de expansión y crecimiento para Cruzat.

-¿Cómo definiría el diferencial de su negocio?

El ser la única bodega argentina que se dedica a la elaboración de espumosos bajo el método tradicional es un diferencial importante respecto de la competencia. Nuestro know how es único porque somos especialistas en lo que hacemos y centramos toda la energía allí: en el universo de las burbujas. En Argentina hay muy buenos productores de vinos espumantes, los que sumados a los productos importados constituyen una oferta amplia hacia un consumidor cada vez más conocedor. Esto crea un círculo virtuoso que impulsa este segmento día a día.

 

-¿A qué target apunta?

Es un hecho que los consumidores tienen más conciencia en lo que respecta al cuidado de la salud y el medioambiente, lo que los lleva a buscar productos que se ajusten a ello. En línea con esa tendencia, desde su fundación, hace más de 15 años, Bodega Cruzat viene apostando por la elaboración de productos naturales y amigables con el entorno. El corolario de estos esfuerzos ha sido el lanzamiento de nuestro primer espumoso orgánico y la certificación vegana que comentaba anteriormente, que garantiza que para la producción no utilizamos ningún producto de origen animal ni derivados de animales. Nuestro target objetivo es justamente ese segmento en crecimiento, que busca productos lo más naturales posibles y que, además, sean de la más alta calidad.

A solo unos meses de esa apuesta, estamos aún más convencidos de que estamos yendo por buen camino: del Cruzat Orgánico se elaboraron apenas 5.000 botellas y se agotó en menos de dos meses. Eso demuestra que, lejos de haber sentimientos negativos hacia un producto orgánico, hay cada día más consumidores que comprenden la importancia de este tipo de elaboración. Actualmente son muchos consumidores los que entienden que todo producto orgánico genera un impacto positivo en el suelo, en el agua, en la biodiversidad, y también en lo que ingerimos. Para este año, la producción será de más de 15.000 botellas.

Cruzat orgánico.

También buscamos cautivar a un público curioso, ese que valora las nuevas experiencias de consumo. A ellos hemos llegado con Cruzat Pet Nat, el primer espumoso de la bodega elaborado bajo el método ancestral: un producto jovial que se caracteriza por su ligera turbidez y su acidez refrescante y untuosa. Asimismo, lanzamos Cruzat Naranjo: el primer y único espumoso naranjo del mercado argentino, en cuyo proceso de elaboración -también inspirado en técnicas ancestrales- se utilizan uvas blancas pero con el tratamiento que se le da a los tintos. Con ese lanzamiento, que tuvo un gran recibimiento entre los consumidores, hemos inaugurado una nueva categoría en el mercado de los espumantes locales.