Las mujeres argentinas redefinen la actividad física, pero aún hay barreras que limitan su integración plena al deporte
Estos datos surgen de un estudio realizado por Nike Argentina, que muestra que 8 de cada 10 mujeres relaciona la actividad física con el bienestar integral físico y emocional. El 47% de las consultadas realiza caminatas de paseo o intensas. Ir en bicicleta al trabajo emerge como un nuevo hábito en ascenso.

Nike presentó los resultados de un estudio cualitativo y cuantitativo, que arroja datos interesantes acerca de que hoy las mujeres de entre 14 y 41 años de nivel socioeconómico medio están redefiniendo el deporte y la actividad física.

“En Nike tenemos como propósito promover la actividad física en todas las personas sin importar su sexo, edad, ni su origen étnico o cultural, ya que creemos que toda persona que tenga un cuerpo puede ser un atleta. Con este estudio quisimos indagar acerca de cuáles son las motivaciones, las preocupaciones y las barreras que perciben hoy las mujeres y jóvenes en Argentina para la práctica del deporte y la actividad física, con el objetivo de generar los cambios necesarios para alcanzar un futuro mejor, tanto dentro como fuera de la cancha”, comentó Mariana Iriarte, gerente de categoría Mujeres para Nike Cono Sur.  “Desde Nike vamos a continuar trabajando en pos de alcanzar el acceso igualitario y equitativo al deporte”.

Los resultados pueden agruparse en 6 pilares emergentes marcados:


1.- Las mujeres argentinas quieren mantenerse activas. Esto no es solo hacer deporte y no se limita solo al cuerpo: el estudio muestra que “hacer algo” es un gran valor de época, más aún después del impacto del confinamiento y la pandemia. La actividad física se vive como una manera de compensar la pérdida de calidad de vida de la nueva normalidad. El 68% de las mujeres consultadas relaciona al deporte con el bienestar integral: no es solo moverse o quemar calorías, sino que incluye además el estado emocional: es divertirse y pasarla bien. Para el 84% de las consultadas, la motivación principal para hacer actividad física y deporte, es sentirse y mantenerse saludables, tanto a nivel físico como mental.

En todas las edades analizadas, importa sentirse bien, aunque también persiste la idea de verse mejor en las generaciones mayores. Coinciden en que la actividad física y el deporte garantizan una búsqueda constante de salud y bienestar, de conocimiento y auto superación. Les sirve para cansar el cuerpo y desconectar la cabeza, para liberarse de lo que genera tensión. Importan también las condiciones de acceso y practicidad: poder pagarlo, poder hacerlo en un lugar donde uno se siente cómoda y segura es relevante también.

 

2.- La actividad física comienza como una obligación, pero las opciones son limitadas: el primer contacto de las mujeres con el deporte suele nacer de la currícula escolar o de los padres para mantenerse activas, sin embargo, las opciones para hacerlo se limitan a aquellas consideradas socialmente adecuadas “para chicas”, que justamente encabezan la lista de las actividades más abandonadas. Es después de un proceso de exploración personal de otras actividades que las mujeres descubren un abanico de alternativas para activar el cuerpo y la mente.

Se ve a la actividad física como un corte necesario, un escape mental y emocional, una compensación frente a las tensiones del día a día (sedentarismo, trabajo, familia etc.). Se valoran mucho las actividades en grupo, sin embargo, cuando las mujeres crecen su estilo de vida se modifica y surgen otras prioridades que hacen que no sea posible mantener la práctica del deporte como les gustaría. La actividad física se vuelve una necesidad más personal e individual.

3.- La falta de estructura y la discriminación dificultan la participación de mujeres en deportes considerados masculinos: existe una gran diferencia en la adopción de deportes tradicionalmente considerados masculinos versus otras actividades físicas. Esto es así en parte por las barreras que encuentran las mujeres para acceder a insumos, espacios y equipos adecuados.

Además de las barreras de acceso, la existencia de estereotipos y perjuicios también son impedimentos mencionados. Otros son la masculinización de ciertos ambientes de práctica y la desigualdad de recursos.

Todavía hay mucho trabajo por hacer para igualar las oportunidades de mujeres y hacer del deporte una plataforma de igualdad.

4.- Es fundamental que existan referentes femeninas en todos los deportes, porque inspiran a otras a practicarlos: otra de las barreras que dificultan la adopción de deportes tradicionalmente masculinos es la falta de referentes destacadas que demuestren que es posible llegar a lo más alto siendo mujer y así inspiren a las generaciones jóvenes a involucrarse. Para el 30% de las consultadas, el principal referente es una persona conocida, amigo/a o familiar, pero cerca de la mitad manifiesta no tener referentes, principalmente por falta de visibilidad y reconocimiento popular.

 

Más allá de los referentes deportivos, las mujeres entrevistadas manifiestan preferir referentes cercanas, creíbles y auténticas, versus perfiles ideales pero inalcanzables. Dudan de los intereses reales y descreen de las intenciones comerciales de algunas influencers: valoran el éxito, pero también la vulnerabilidad, la valentía, el esfuerzo, la transparencia, la cercanía que las hace humanas y creíbles. Buscan personas reales y marcas con causa, donde importa lo que dicen, pero mucho más lo que hacen.

5.- La actividad física es muy valorada pero hay barreras para transformarla en una rutina: la principal dificultad para realizar actividades físicas con frecuencia tiene que ver con la falta de tiempo y los quehaceres que generalmente recaen en las mujeres, como el cuidado de los hijos. Esta barrera aumenta a medida que aumenta la edad de las entrevistadas. El 63% de las mujeres de entre 14 a 24 años argumentan que la falta de tiempo, la constancia y los quehaceres diarios son una barrera, mientras que ese valor asciende a 74% para mujeres de entre 25 a 35 años.

 

6.- A la hora de hacer actividad física, algunas mujeres se sienten incómodas ante la mirada masculina: en los deportes o actividades físicas que involucran compartir espacios con varones, las mujeres suelen sentirse incómodas, observadas y avergonzadas respecto a su rendimiento o la posibilidad de equivocarse. El 21% reportó que le da vergüenza hacerlo mal y “que las miren”.