En apenas dos años, Japanese Head Spa pasó de ser un proyecto experimental en Málaga a crecer como una red internacional de bienestar con presencia en cinco países y más de 50 spas operativos. Su concepto, centrado en masajes craneales con hidroterapia inspirados en la tradición japonesa, encontró una rápida aceptación en el mercado europeo apalancado por la viralidad de las redes (en especial TikTok) y hoy avanza con fuerza en América Latina.
En conversación con Forbes Uruguay, su fundadora y CEO, Aida García Bueno, confirmó que la empresa ya está constituida fiscalmente en Uruguay y trabaja con un agente local en la captación de inversores. La compañía planea abrir su primer local entre diciembre y enero y prevé alcanzar hasta siete unidades en el país, distribuidas principalmente entre Montevideo, Punta del Este y Salto.
"Estimamos una capacidad real de siete locales, suficiente para garantizar la rentabilidad de los inversores sin saturar el mercado", explicó García Bueno.
Una operación local con estructura propia
A diferencia de otros modelos de franquicia, Japanese Head Spa no otorga licencias de master franquicia por país. La empresa opera directamente en cada mercado y desarrolla una estructura fiscal y operativa local, con proveedores nacionales y un enfoque de "economía circular".
La captación de franquiciados se realiza principalmente a través de LinkedIn, dirigida a perfiles inversores más que al autoempleo. Cada franquicia incluye exclusividad territorial y contratos de cinco años renovables, con el acompañamiento de la marca en la formación y gestión operativa.
Según explicó García Bueno, en Uruguay los interesados ya son dos grupos inversores con conversaciones avanzadas. La compañía prevé firmar el primer acuerdo antes de fin de año o, a más tardar, en enero de 2026.
Los números del modelo
El esquema económico que Japanese Head Spa implementará en Uruguay replica el que ya aplica en otros mercados latinoamericanos, como Argentina y Perú. La inversión inicial requerida se estima en US$ 50.000, de los cuales unos US$ 35.500 corresponden al franchise fee, la imagen corporativa y el equipamiento del local, mientras que el resto se destina a la adecuación del espacio, que ronda los 80 metros cuadrados.
Cada spa operará con un equipo de cinco personas, compuesto por cuatro masajistas y una recepcionista, y tendrá, según aseguró la CEO, un ticket promedio por cliente de unos US$ 60. En términos de facturación, la empresa proyecta tres escenarios según el nivel de ocupación: en el escenario más optimista, con la agenda completa, los ingresos mensuales alcanzarían los US$ 35.000 mensuales; en el escenario realista (considerado el más probable) se ubicaría en torno a US$ 23.000; y en el más conservador, de un 40% de ocupación, en unos US$ 12.500.
Con base en esas proyecciones, el retorno de la inversión en Uruguay se estima en unos ocho meses. Aun así, la empresa prefiere mantener proyecciones prudentes. Otro dato que influye en la rentabilidad es la estructura de ingresos: alrededor del 60% de la facturación proviene de las tarjetas regalo, que concentran las ventas en fechas clave como Navidad, Día de la Madre o San Valentín. En 2024, durante el Black Friday, un solo spa en Madrid alcanzó una facturación récord de 150.000 euros en un día, explicó la empresaria.
Un crecimiento basado en datos
La expansión latinoamericana comenzó en julio, con la apertura de operaciones en Ecuador, Argentina, Colombia, Chile y México, y 20 nuevas aperturas previstas antes de fin de año. En paralelo, la empresa analiza la evolución del interés de los consumidores a través de Google Trends, midiendo las búsquedas de "Head Spa" y "Japanese Head Spa" por país.
"Cuando un país supera las 100 búsquedas diarias de nuestra marca o del concepto, sabemos que el consumidor está preparado", detalla García Bueno.
Uruguay, inicialmente fuera de la primera fase, fue incorporado luego de registrar un interés sostenido en las búsquedas y recibir múltiples consultas de potenciales inversores, dijo García Bueno.
La compañía estima que el mercado uruguayo puede sostener un máximo de siete locales rentables. En Montevideo podrían convivir dos o tres unidades, una de ellas en un centro comercial, mientras que el resto se distribuiría entre el litoral y la costa.
En términos de rentabilidad, el modelo proyecta márgenes cercanos al 40% con una ocupación del 70%, sostenidos por la venta de gift cards y la estabilidad de la demanda. La empresa evalúa además indicadores de impacto económico en cada país junto con cámaras de comercio locales, tanto en empleo como en actividad de proveedores.
Un negocio de bienestar, no de belleza
Aunque su estética se asocia a la cosmética y el spa, Japanese Head Spa se define como una empresa de bienestar. Su producto principal, el head spa, es una combinación de hidroterapia, masaje craneal y aromaterapia.
La CEO aclara que, a diferencia de los servicios de belleza tradicionales, el cliente promedio no es recurrente semanalmente, lo que obliga a un enfoque más selectivo de expansión. "No buscamos volumen de locales, sino sostenibilidad. El objetivo es que cada franquiciado gane dinero y que el modelo no se canibalice", resume.
A nivel global, Japanese Head Spa espera cerrar el año con más de 70 contratos firmados y presencia en 15 países. La compañía proyecta superar los 500 locales a nivel global hacia fines de 2026, impulsada por la demanda de experiencias premium en el sector wellness.