Hoy, la expresión "turismo médico" suele despertar desconfianza. Las imágenes desagradables de tratamientos dentales mal hechos en clínicas de bajo costo en Turquía llevaron a que muchos viajeros fueran más cautelosos cuando buscaban atenderse fuera del país. Pero cuando la idea no es ahorrar, sino pagar por lo mejor, el panorama cambia por completo. Para las personas más ricas del mundo, viajar a cualquier rincón del planeta para recibir tratamientos de salud o belleza no supone un obstáculo. Y el sector hotelero lo tiene claro.
En lugares como Dubái o Suiza, la precisión médica se combina con la hospitalidad de lujo para ofrecer retiros regenerativos de altísima exclusividad. Quedaron atrás las clínicas minimalistas y frías. Hoy, los pacientes pueden recibir tratamientos con colágeno o células madre mientras miran los Alpes nevados y eligen qué pedir en un restaurante con estrella Michelin.
El auge de los tratamientos regenerativos en los viajes
"A medida que los millennials llegan a la mediana edad, la generación que inventó el FOMO está pasando al FOGO: el miedo a envejecer", afirma Hugo Lamb, director de estrategia del grupo ERA-co, una marca global dedicada al diseño de espacios. "Esta sensación de que el cuerpo no responde al ritmo actual, limitando el pleno disfrute de la vida, transformó el bienestar en una industria multimillonaria", agrega.
Para muchos, en vez de recurrir a intervenciones "superficiales" como el bótox, la atención empieza a centrarse en la "longevidad holística", abordando la salud celular, el bienestar emocional y el estilo de vida", explica la Dra. Barbara Kubicka.
En su clínica Clinicbe, en Londres, eso implica enfocarse en estimular la capacidad regenerativa del propio cuerpo "a través de protocolos inductores de colágeno, terapia con exosomas, tratamientos de renovación celular y programas personalizados para la piel y el cabello que restauran la vitalidad desde el interior", señala.
Las personas con patrimonios ultraaltos ahora buscan clínicas de vanguardia que garanticen estándares médicos de primer nivel, una precisión casi artística y total discreción. Esa demanda impulsó una tendencia en alza: viajar para recibir tratamientos regenerativos.
En Clinicbe, cerca del 30% de los pacientes proviene del exterior, principalmente de países como Estados Unidos, Portugal y Nigeria, y ese porcentaje crece al menos un 10% cada año, según cuenta Kubicka.
La médica señala que hay ciertos tratamientos y tecnologías que solo se consiguen en algunas regiones, muchas veces por diferencias en la regulación médica, el desarrollo clínico o el ritmo de innovación. Algunas terapias regenerativas avanzadas, incluidas las que usan células madre, están más disponibles en países como Suiza o Estados Unidos, donde los marcos regulatorios permiten que la investigación clínica avance más rápido.
En cambio, el Reino Unido sostiene algunos de los estándares más estrictos del mundo en cuanto a seguridad médica y ética profesional. Aunque eso puede hacer que la adopción de nuevas técnicas sea más lenta, también asegura resultados consistentes y respaldados por evidencia para los pacientes.
Del biohacking en Dubái a las infusiones intravenosas en Italia
A medida que los pacientes buscan tratamientos de salud especializados sin renunciar a una experiencia de lujo, los hoteles y resorts comenzaron a incorporar instalaciones médicas, mientras que muchas clínicas adaptaron sus espacios para ofrecer una estadía más cómoda. Lamb define esta tendencia como el "híbrido hospital-hotel".
Uno de los retiros médicos más reconocidos de Europa es el Palazzo Fiuggi, en Italia. Cada huésped recibe un plan de longevidad a medida, que puede incluir infusiones intravenosas, terapia de sonido binaural y crioterapia.
Fuera del laboratorio, los visitantes pueden recorrer las salas históricas del palacio, decoradas con frescos y lámparas de araña de Murano, jugar al golf en un entorno natural y disfrutar de un menú orientado al bienestar, diseñado por el chef Heinz Beck, premiado con tres estrellas Michelin.
Muchos hoteles cinco estrellas también ampliaron sus servicios de spa para incluir tratamientos regenerativos especializados. Longevity Suite, una red europea enfocada en biohacking avanzado y tecnología antienvejecimiento, hoy gestiona spas en hoteles como el San Clemente Palace, en Venecia, y el Portrait Milano, en Milán.
Al mismo tiempo, hospitales y clínicas comenzaron a mejorar su propuesta de hospitalidad. El Hospital Mediclinic City, en Dubái, por ejemplo, ahora cuenta con un piso VIP que ofrece suites de lujo, servicio de valet y acceso privado.
Varios de estos centros se inspiran en el modelo de servicio suizo, que desde hace años aplica estándares de excelencia en sus espacios médicos. Un caso claro es el Chenot Palace Weggis, a orillas del lago de Lucerna, donde los huéspedes se sumergen en un entorno de fantasía: mansiones con torretas, gastronomía de nivel Michelin y una proporción de personal por paciente inusualmente alta.
Turquía es mucho más que odontología económica
Turquía se convirtió en uno de los destinos más mencionados del mundo para procedimientos estéticos y cirugías, aunque su reputación suscita controversia. Sin embargo, la Dra. Rüya Türegün, directora general de la clínica Medicci Aesthetics, con sede en ese país, sostiene que el turismo médico turco hoy carga con una imagen dividida.
"Por un lado, tenemos cirujanos excepcionales, instalaciones de primer nivel y clínicas acreditadas internacionalmente. Por otro lado, un pequeño número de operadores no regulados que ofrecen procedimientos a precios insosteniblemente bajos. Desafortunadamente, ese extremo inferior influyó mucho en la percepción global", afirma.
La clínica de Türegün integra un esfuerzo deliberado por cambiar la imagen del turismo médico en Turquía, con el foco puesto en la seguridad, el cuidado personalizado y una experiencia de lujo que combine medicina y estética con estándares internacionales.
"Cada procedimiento está dirigido por cirujanos certificados, cumplimos con los estándares de atención europeos y británicos, y nuestro modelo prioriza los resultados a largo plazo, la satisfacción del paciente y una recuperación completa antes del alta, por encima del volumen de pacientes", asegura. "Nos consideramos parte de una nueva generación de clínicas turcas que elevan el estándar mundial", sostiene.
Medicci Aesthetics, como muchas otras clínicas de alto nivel, también recibe a un gran número de pacientes internacionales. "Estambul y otras grandes ciudades se convirtieron en destinos de estilo de vida. Los pacientes no solo vienen para someterse a una cirugía; vienen para disfrutar de experiencias de recuperación que combinan medicina, cultura, gastronomía y hospitalidad", explica.
La nueva generación de clínicas turcas está apostando fuerte por el diseño, la calidad del servicio y las alianzas internacionales. "Los pacientes de hoy buscan una experiencia integral, no solo una operación", dice Türegün. "Esperan un trato personalizado desde el momento en que aterrizan: traslados privados, suites de recuperación de lujo, nutrición, cuidados posteriores e incluso apoyo emocional", concluye.
*Con información de Forbes US.