Cecilia Valleboni Forbes Staff
El mercado laboral argentino se encuentra en un punto de ebullición silenciosa. Según el reciente Randstad Employer Brand Research 2025, un estudio global que analiza la percepción de las marcas empleadoras, el 34% de los trabajadores en Argentina está evaluando seriamente la posibilidad de cambiar de empleo. Este dato, sumado a un 12% que ya concretó una mudanza laboral en el último semestre, dibuja un escenario donde la estabilidad es relativa y la búsqueda de mejores condiciones, una constante.
La tendencia a la movilidad laboral, aunque marcada por el impacto de la pandemia en 2020 y 2021, mantuvo cierta constancia en los últimos cinco años. Sin embargo, el actual contexto de incertidumbre económica, inflación persistente y una demanda laboral sin crecimiento sostenido, impulsa a los trabajadores a ser más cautelosos. A pesar de esta precaución general, la intención de cambio se mantiene alta, señal de que, aunque el panorama invite a la prudencia, la insatisfacción con las condiciones actuales pesa más.
Al desglosar los datos, el estudio de Randstad revela matices interesantes. Los perfiles operativos son los más dinámicos: un 18% de ellos ya cambió de empleador en el último semestre y un 39% proyecta hacerlo. Por su parte, los profesionales digitales también muestran una movilidad considerable, con un 14% que concretó un cambio reciente. Curiosamente, los profesionales con perfiles más tradicionales son los que menos rotación presentan, con solo el 11% habiendo cambiado de empleador en los últimos seis meses y una menor intención de cambio a futuro.
Andrea Avila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, subraya esta dinámica: "Frente a un contexto económico con cierto nivel de incertidumbre, los trabajadores tienden a ser más conservadores. Sin embargo, los trabajadores más jóvenes pican en punta con una mayor inclinación al cambio, tanto por cuestiones generacionales como por estar menos expuestos a la macroeconomía y tener menos compromisos". Esto sugiere que las nuevas generaciones, con mayor libertad para asumir riesgos, están liderando la búsqueda de nuevas oportunidades.
Qué motiva el deseo de cambio
El estudio es contundente: la baja compensación se erige como la razón principal, citada por el 51% de los encuestados. Este factorescaló tres puntos porcentuales en el último año, consolidándose como el principal motor de la movilidad laboral en un país con alta inflación. En segundo lugar, y con una brecha significativa, se encuentra el deseo de mejorar el equilibrio entre vida familiar y profesional (48%), demostrando que el bienestar personal es tan crucial como la retribución económica. La posibilidad de una "propuesta irrefutable", la falta de oportunidades de crecimiento y la pérdida de interés en el puesto actual completan el podio de motivos.
En definitiva, la fuerza laboral argentina transita un momento de redefinición de prioridades. Los empleadores se enfrentan al desafío de retener a su talento en un escenario donde el salario es clave, pero ya no el único factor determinante. La flexibilidad, el desarrollo profesional y un genuino interés por el bienestar de los empleados se vuelven herramientas indispensables para navegar esta creciente inquietud laboral y construir marcas empleadoras que realmente atraigan y retengan a los mejores.