Forbes Argentina
Refugiados ucraninos (Foto: Van al Aeropuerto)
Liderazgo

Empresas argentinas lanzan iniciativa para ayudar a ucranianos que llegan al país: cómo sumarse

Laura Mafud

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El sábado a la noche un vuelo humanitario organizado por Solidaire y piloteado por Enrique Piñeyro aterrizó en Ezeiza proveniente de Polonia, con cinco ciudadanos ucranianos desplazados por la guerra. La gesta solidaria detrás de una iniciativa que convoca a unir esfuerzos para colaborar con quienes escapan del horror.

10 Mayo de 2022 13.00

El sábado 7 de mayo, poco después de las ocho de la noche, un vuelo organizado por Solidaire, la ONG de Enrique Piñeyro, aterrizó en el aeropuerto internacional Ministro Pistarini, en Ezeiza. Su llegada había despertado ansiedad y mucho entusiasmo en redes sociales: el avión comandado por el propio Piñeyro, que había partido horas atrás de Varsovia y con escalas en Madrid y Barcelona, traía a cinco ucranianos desplazados por la guerra que llegaban a la Argentina en busca de asilo: Iryna Vetnska, de poco más de 70 años; Bogdan Golovchak, de 37 (exceptuado de quedarse en el territorio por una condición médica) y Alina Sirenova con sus dos pequeños hijos.

Pero, más allá de los familiares y conocidos que acudieron al aeropuerto para recibirlos con abrazos, carteles, flores y lágrimas de emoción, un pequeño grupo de emprendedores argentinos organizó una movida solidaria no solo para dar una cálida bienvenida a los recién llegados, sino también para ofrecer ayuda para su traslado así como asistencia médica y soporte emocional. Lo mejor, la iniciativa aún no terminó. Se estima que en las próximas semanas podrían llegar a la Argentina más vuelos con refugiados y hay abierta una convocatoria para todo aquel voluntario o voluntaria que pueda sumar, ya sea ofreciendo hospedaje así como ayuda para enseñar español, una donación o colaborar con una comida, entre otros.

Detrás de esta acción solidaria se encuentran Alexia Keglevich, una referente en el mercado de asistencia al viajero y actual CEO y fundadora de Pax Assistance, y Alejandro (quien prefiere mantener su apellido en reserva), fundador de Van al Aeropuerto, un servicio de traslados de pasajeros que creció muchísimo en estos últimos dos años. En diálogo con Forbes, ambos contaron cómo se gestó la iniciativa y qué perspectivas tienen. 

-¿De qué se trató la acción que llevaron adelante este fin de semana para acompañar a ucranianos que llegaron a la Argentina?
 

Alexia: Al enterarme que en el vuelo llegaban los primeros refugiados, entendí que era momento de actuar y me contacté con Solidaire que, a su vez, me contactó con una voluntaria ucraniana, Zhanna Chuchman, conectada con organizaciones ucranianas, españolas y polacas que vive aquí y que hace dos meses que no duerme, intentando por todos los medios ayudar con mínimos recursos pero con mucha voluntad. Inmediatamente me di cuenta que Zhanna necesitaba también ayuda, pues la responsabilidad de coordinar todo caía en sus espaldas y estaba desbordada a menos de 24 horas que lleguen los refugiados. Hablamos varias veces esa noche del viernes y le propuse hacer una campana en las redes sociales para dar más visibilidad a esta situación. Zhanna no tenía auto para ir a Ezeiza, y eso me hizo llamar a Alejandro, de Van al Aeropuerto, quien rápidamente ofreció hacer los traslados y ayudar con la campana de difusión, un verdadero corazón solidario.

Alejandro: La noche anterior se comunicó conmigo Alexia para pedirnos un vehículo que pueda trasladar a uno de los ucranianos que llegaban. Dijimos que sí, que lo haríamos en forma gratuita y que además pondríamos nuestras redes sociales a total disposición de esta campaña humanitaria. Al día siguiente, mientras el vuelo estaba en el aire, empezamos a contar por Twitter lo que iba a pasar por la noche. Más de 350.000 personas siguieron el acontecimiento a lo largo de varias horas.

Fueron los primeros cinco refugiados ucranianos que llegaron a la Argentina. Contrarreloj organizamos una especie de comité de bienvenida con la gente de Pax Assistance, que van a brindar asistencia médica y emocional. Nosotros pusimos el traslado hasta CABA de quienes no tuvieran familiares que los fueran a buscar, estaba una persona que trabaja en la Embajada de Ucrania, que organizaba todo y varios de los principales medios de prensa. Y aprovechamos la buena respuesta en las redes sociales que tuvo esta movida para que se anoten voluntarios que puedan ayudar a estos y los próximos refugiados que vendrán. Se anotaron más de 200 en solo 24 horas.

Siempre digo que nosotros somos extras de relleno en estas historias. Necesarios en un punto, pero extras al fin. Lo que nos pase a nosotros realmente no importa. Lo hacemos porque la rabia contenida por ver lo que están sufriendo allá en Ucrania bajo las bombas del invasor te envenena si no la sacás. Pero, a la vez, cuando por fin le ves las caras a esa abuela que escapó justo a tiempo, a esos chicos que tienen la edad de mi propio hijo, la rabia empieza a crecer de nuevo. No puede ser que estas cosas sigan pasando en el mundo. No se puede ser neutral ante la injusticia. Hay que dar un paso al frente, hay que hacer más.


-¿Cómo surgió esta idea?


Alexia: Hace un mes me junté con los periodistas Eduardo Abella y Román Iglesias, quienes viajaron en el vuelo humanitario comandado por Enrique Piñeyro a Polonia para llevar refugiados a España. Les pedí que me hicieran el puente con Solidaire y OpenArms, ya que quería ser voluntaria para ir a Ucrania y ayudar in situ.  Al mismo tiempo, ofrecí que mi empresa Pax (que, no por casualidad, quiere decir paz en latín) diera asistencia médica gratuita a los refugiados que llegasen a América Latina y además soporte emocional en ucraniano. 

alexia keglevich ceo pax
Alexia Keglevich, CEO de Pax Assistance.

-¿Estaban previamente al tanto de los vuelos que hace Enrique Piñeyro con Solidaire para trasladar a refugiados?
 

Alexia: Sí, supe de los vuelos humanitarios desde que comenzó la guerra.

Alejandro: Sabíamos de estos vuelos por la difusión que les dio Santi Maratea, por un lado, y también porque la periodista Valeria Schapira viajó en uno de ellos hasta Varsovia y nosotros la llevamos ida y vuelta al aeropuerto como cada vez que viaja. Lo de Enrique y Solidaire es realmente para sacarse el sombrero. Inmenso.

 

-¿Se sumaron también otros emprendedores?


Alejandro: Así es. Vinieron los amigos de The Baires Market, un emprendimiento de envío de productos argentinos al exterior que siempre llevan "un pedacito de Argentina" a los expatriados que extrañan nuestros alfajores, dulce de leche, yerba y cosas así. Trajeron regalos de su tienda para recibir a los refugiados. La caja estaba llena de mensajes de aliento, otro de sus sellos inconfundibles. Cuando vieron en Twitter lo que iba a pasar, en unas horas dejaron todo lo que estaban haciendo y se vinieron a Ezeiza con esa sorpresa.

 


-¿De qué forma desde sus empresas buscan colaborar con esta situación de necesidad humanitaria?
 

Alexia: Estamos brindando asistencia médica gratuita y soporte emocional en ucraniano, además de intentar dar visibilidad es estas tremendas historias de vida.

Alejandro: Supongo que la mejor forma de contagiar a más y más personas en este tipo de causas justas es con el ejemplo. Iremos con nuestros vehículos cada vez que llegue uno de estos vuelos a buscar sin cargo a quienes no tengan cómo llegar hasta su nuevo hogar. Contaremos sus historias en las redes buscando que la empatía motorice la solidaridad de miles. Los haremos sentir como en su casa o incluso mejor. Si nos resulta demasiado fácil es que no estamos haciendo lo suficiente.


-Hay un registro abierto para voluntarios de la sociedad civil, ¿cómo se puede colaborar? ¿Hay requisitos para inscribirse?


Alexia: Hay un formulario que esta publicado en las redes de Pax (@paxassistance) en Instagram y Twitter para anotarse. Hasta el lunes 9 de mayo a las 23.00 teníamos ya 224 corazones solidarios inscriptos. Siempre se necesitan más, especialmente si queremos que el próximo vuelo de Piñeyro venga con los todos los asientos ocupados.
 

Vuelo de Enrique Piñeyro
El vuelo humanitario de Solidaire llegaba este sábado a la noche a Buenos Aires.

 -Una vez recopilada esa información, ¿están trabajando en conjunto con alguien más del sector privado o del sector público para poder darle curso?

 

Alexia: Zhanna está en contacto con el Gobierno de la Ciudad trabajando en un proyecto de ayuda con las necesidades básicas de los refugiados. Por mi parte, estamos intentando sensibilizar a más empresas argentinas que quieran sumarse a esta acción solidaria. Se necesita el apoyo del Gobierno Nacional.


 -¿Hay alguna estimación acerca de cuándo podría ser el próximo vuelo que traiga ucranianos a la Argentina?


Alexia: Eso lo decidirá Solidaire. Ojalá podamos hacer que ese avión traiga muchos más refugiados.

-En lo personal, ¿qué los movilizó en esta experiencia?

 

Alexia: Soy hija de un refugiado húngaro que perdió todo en la Segunda Guerra: su hogar, sus amigos, su familia, sus sueños le fueron arrebatados a los seis años. Crecí escuchando a mis padres relatar cuentos tremendos de la guerra: los bombardeos, las muertes cercanas, las violaciones, los crímenes de lesa humanidad…

Siempre que puedo, doy mi tiempo a las acciones sociales involucrándome con todo mi corazón: construí más de 50 casas con TECHO en toda América Latina. Por mencionar las que más me afectaron, tuve un grupo de violencia de género, ayudé a niños en instituciones con parálisis cerebral en Ecuador,  hogares de madres solteras en Guatemala, construí una salita de emergencia en Villa Rosa, en Escobar, ayudé a hogares de tránsito, y varias más. Pero siempre en el camino te encontrás con almas mucho más generosas que trabajan en silencio, como la de Zhanna, o el mismo Enrique Piñeyro con su inmensa generosidad, Joaquín Sánchez, de Infobae, que puso su vida en riesgo (como varios otros periodistas), las chicas de The Baires Market o Marcos, de Travel Fun Buenos Aires, que se involucraron desde el primer tuit de Van al Aeropuerto.  

Soy una convencida que si queremos un mundo mejor, el cambio debe comenzar por uno mismo y movilizar tu círculo de influencia. Creo profundamente que el sector privado también debe involucrarse más como complemento de las acciones del Gobierno. No podremos cambiar al mundo, pero sí creo en el mundo actual cada uno debe ser consciente de que siempre se puede ayudar y no necesariamente con dinero: si, al menos, pudiste sacar una sonrisa o dar un poco de alivio, entonces todo valió la pena.

Alexia. PAX
Alexia Keglevich, CEO de Pax Assistance.

Alejandro: Tengo una conexión muy personal con otra crisis de refugiados previa a esta, la del pueblo de Siria. Ellos la pasaron igual o peor que los ucranianos. De hecho, la siguen pasando… Y, si bien recibieron muchísima solidaridad, no siempre fue suficiente y tuvimos que ver escenas terribles de destrato a los refugiados que lograban escapar de ese infierno. Aquí llegaron muy pocos. A algunos pude conocerlos y darles una mano. En ese tiempo, Van al Aeropuerto no era más que un proyecto, una idea. Era poco lo que podía hacer. Ahora no me perdonaría jamás si no pusiera todos los recursos con los que contamos para ayudar a otro pueblo castigado por el agresor. Algo similar hicimos en los comienzos de nuestro emprendimiento allá por 2018 y 2019 con los migrantes venezolanos que llegaban al país sin recursos. Nos organizábamos por Instagram para traerlos de Ezeiza a CABA sin cobrarles.

Quisiera aprovechar para desterrar una idea errónea de que "en Argentina hay mucha gente con necesidades y no hay cupo para encima ayudar extranjeros". Eso no es así. Las situaciones en Ucrania bajo fuego de guerra y nuestro país no tienen punto de comparación. Pero incluso más de una vez es la gente con bajos recursos y grandes necesidades la que mayor solidaridad demuestra. Y se cuentan por miles las historias de refugiados que logran rehacer sus vidas en otros países y conducen organizaciones solidarias con sus ahora nuevos compatriotas. El mundo es uno solo y nos necesitamos los unos a los otros.


 

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