Parece que 2025 será el año en que un número cada vez más grande de empresas aplicarán políticas de regreso a la oficina (RTO, por sus siglas en inglés). Es una medida que probablemente resulte contraproducente. Por qué.
Después de dos años de pandemia, muchas organizaciones recién ahora estructurando el regreso a los ámbitos de trabajo “tradicionales”. En su mayoría, se trata de esquemas híbridos que combinan el trabajo remoto y la presencialidad para capitalizar lo mejor de ambos mundos.
Expertos aseguran que volver a la oficina debe ser un proceso calculado para minimizar riesgos. Invitado por el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), Robert Pozen comparte su expertise.
Falta de motivación, estrés y agotamiento son los síntomas que padece la mayoría de los trabajadores y que han aumentado a causa de la pandemia de COVID-19.
El nuevo escenario significa reacomodar agendas y logísticas familiares para cumplir con las obligaciones laborales y personales. RR.HH. debe repensar la dinámica más eficiente para mayor productividad en un ambiente de bienestar.