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CEO & Fundadora de Dumpling Daughter, Nadia Liu Spellman
Negocios

Tomó los US$ 60 mil que le dejó su padre antes de morir y creó una marca de dumplings de US$ 7 millones

Alison Coleman

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Nadia Spellman creció en los restaurantes de su familia. Después de una etapa en Wall Street, volvió a sus raíces para transformar recetas heredadas en un negocio que conquista góndolas y cocinas de todo Estados Unidos.

20 Noviembre de 2025 13.20

La emprendedora Nadia Spellman convirtió su pasión por la comida reconfortante de su infancia en una marca de alimentos que hoy factura US$ 7 millones. Adaptó su negocio de restaurantes, Dumpling Daughter, para responder al crecimiento de la cocina casera y a los cambios en los hábitos de consumo. Su objetivo siempre fue mantenerse fiel al legado culinario de su familia. Sin embargo, como descubrió, superar la nostalgia en el contexto económico actual no resulta sencillo.

Cuidar un legado gastronómico

La historia de Nadia Spellman con la cocina empezó desde chica. Creció entre los restaurantes de sus padres, que en su momento estuvieron entre los más reconocidos de comida china en Estados Unidos. "Vi a Yo-Yo Ma cenar en nuestro comedor y a Julia Child celebrar sus 80 años arriba, en el paseo marítimo de Boston", cuenta. "Sin duda, mi infancia no fue precisamente normal", agrega.

Más allá del glamour, lo que la marcó fue la energía, la creatividad y la determinación que sus padres pusieron en cada paso. "Me inspiró a recrear esa energía con la que crecí: el bullicio del comedor, la alegría de un plato perfecto, las historias detrás de cada sabor", dice. "La comida y los sabores siempre fueron mi forma de compartir la tradición, la cultura y la emoción, y me siento increíblemente afortunada de que mis primeros recuerdos estuvieran impregnados de tanto significado y sentimiento", señala.

Los primeros pasos

Después de recibirse, Nadia Spellman le contó a su padre que quería trabajar como consultora en el rubro de la alimentación, la gastronomía o el catering, en cualquier área vinculada a la hospitalidad. La respuesta fue tan directa como esperada. "Me dijo: 'Tenés 21 años. ¿Quién va a aceptar consejos de una joven de 21 años sobre cómo dirigir un restaurante o un negocio de comida?', lo cual me pareció justo", recuerda Spellman. Su padre la animó a buscar un "trabajo de verdad", algo relacionado con las finanzas, para construir una base sólida antes de encarar su propio negocio y entender cómo funciona el mundo corporativo.

Una base financiera con sabor propio

Spellman se metió en el mundo de la banca de inversión como analista en Nueva York. Mientras analizaba grupos de empresas comparables y hacía cálculos de WACC, aprovechaba sus ratos libres para descubrir restaurantes nuevos y guardar recetas que probaba los fines de semana. "No podía negar dónde estaba mi pasión, y estar en un puesto que no me encantaba solo impulsó mi deseo de perseguir mis pasiones", afirma.

La visión de Nadia Spellman para Dumpling Daughter, que hoy factura cerca de US$ 7 millones por año, es más ambiciosa que nunca.
La visión de Nadia Spellman para Dumpling Daughter, que hoy factura cerca de US$ 7 millones por año, es más ambiciosa que nunca.

 

Entre reportes de fusiones y adquisiciones y modelos financieros, empezó a anotar ideas para futuros proyectos gastronómicos y a imaginar conceptos de restaurantes. Tenía dos certezas: quería ser su propia jefa, como sus padres, y sabía que, de alguna forma, su camino iba a estar ligado a la comida. "Puede que las finanzas me hayan pagado el alquiler, pero la comida siempre me apasionó", asegura.

El nacimiento de Dumpling Daughter

Spellman tenía apenas 27 años cuando murió su padre. Con los US$ 60.000 que él le dejó y dos préstamos de mentores clave en su vida, abrió en 2014 su primer restaurante Dumpling Daughter en Weston, Massachusetts. Durante las primeras semanas, se metió de lleno en el trabajo: controlaba cada plato que salía de la cocina, hablaba con cada persona que entraba al local y no dejaba de observar el movimiento del salón por encima del hombro de los clientes. "Estaba en modo supervivencia, demasiado concentrada en cada detalle como para siquiera procesar la magia de un restaurante nuevo y concurrido en su conjunto", cuenta.

En medio de ese arranque caótico, varios inversionistas y emprendedores exitosos pasaron por el restaurante. "Uno a uno, me llevaron aparte y me dijeron lo mismo: algo realmente especial está sucediendo acá", recuerda. Con el tiempo, entendió el impacto de esos primeros comentarios. "En retrospectiva, esos primeros animadores me dieron la confianza que aún no tenía en mí misma como líder empresarial y creadora. Su convicción plantó la semilla de que esto no era solo un restaurante; podía ser algo mucho más grande", expresa.

Invertir en la persona detrás del proyecto

Para Andrew Spellman, fundador y CEO de Fifth Down Capital, lo que lo convenció de invertir en Dumpling Daughter fue, ante todo, su fundadora. "Creemos que el producto es excepcional, pero fue la combinación de autenticidad, innovación e intuición de marca de Nadia lo que nos impulsó a invertir. Creemos que Dumpling Daughter puede convertirse en una marca popular de comida reconfortante asiático-americana con un producto auténtico, delicioso, nutritivo y apetitoso", sostiene.

Dumpling Daughter nació como una prueba de mercado para saber si los comensales occidentales aceptarían los dumplings como plato principal, como se sirven tradicionalmente en la cocina china. La buena recepción del primer local llevó a Nadia Spellman a abrir tres más. Sin embargo, ante un contexto económico más adverso y un consumo enfocado en la cocina casera por parte de los clientes, tomó la decisión estratégica de cerrar dos de ellos.

El foco puesto en la cocina casera

Nadia Spellman redirigió la marca hacia el sector gastronómico mayorista, con alianzas con distribuidores como Sysco y Chef's Warehouse, y también impulsó su presencia en el comercio minorista. Hoy, los productos congelados y las salsas de Dumpling Daughter se venden online a través de Amazon, Williams Sonoma y el sitio web de la empresa. Además, están disponibles en tiendas como Sprouts, HEB, Wegmans, Roche Bros., Market Basket, Costco, BJ's, Fresh Market, DeCicco's y Harris Teeter, entre muchas otras cadenas gourmet y supermercados especializados.

Local de , Dumpling Daughter en Weston.
Local de , Dumpling Daughter en Weston.

 

Danna Robinson, directora de asuntos corporativos y relaciones con el cliente de Harris Teeter, destaca: "Observamos un creciente interés en sabores auténticos e internacionales y soluciones culinarias fáciles de preparar, y Dumpling Daughter encaja a la perfección con esa tendencia. Sin embargo, lo que realmente nos impresionó fue la historia de Nadia y su pasión por compartir los sabores con los que creció. Construyó una marca que conecta a las personas a través de la comida, y ese espíritu se alinea a la perfección con lo que Harris Teeter busca ofrecer a nuestros clientes: acceso a productos inspiradores de alta calidad que son tan significativos como deliciosos".

Harris Teeter ya amplió su distribución para incluir las novedades que Dumpling Daughter lanzó este año. El objetivo es seguir fortaleciendo la presencia y visibilidad de la marca para acompañar su crecimiento. "Vemos esto como el comienzo de una colaboración a largo plazo que seguirá brindando innovación, autenticidad cultural y gran sabor a nuestros clientes", agrega Robinson.

La visión de Nadia Spellman para Dumpling Daughter, que hoy factura cerca de US$ 7 millones por año, es más ambiciosa que nunca.

Ella lo explica así: "La decisión de cerrar dos restaurantes surgió tras una evaluación exhaustiva de la evolución de los hábitos de consumo y la visión a largo plazo de la marca. Al redoblar nuestra apuesta por los bienes de consumo envasados (CPG), buscamos satisfacer la creciente demanda de los consumidores, manteniéndonos fieles a la autenticidad, la tradición familiar y los sabores audaces y caseros que definieron a la marca Dumpling Daughter desde su inicio", concluye.

 

*Con información de Forbes US.

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