Tres asociaciones bancarias, ABA, ABAPPRA y ADEBA, publicaron en las últimas horas un documento extenso y particularmente crítico sobre la posibilidad de habilitar el pago de salarios y jubilaciones a través de billeteras virtuales.
Según pudo saber Forbes, el texto, titulado "Pago de salarios y jubilaciones en Argentina. ¿Conviene bajar los estándares de seguridad y formalidad institucional exigidos actualmente?", apareció como respuesta a un planteo formulado recientemente por Alejandro Melhem, Senior Vice President Hispanic Fintech de Mercado Libre, durante las Primeras Jornadas de Supervisión del Banco Central de la República Argentina.
En ese foro, Melhem sostuvo que "los argentinos han elegido las cuentas digitales", recordó que "más de 74% de los argentinos tienen cuentas digitales" y pidió avanzar hacia un esquema donde "los usuarios puedan elegir libremente dónde cobrar su sueldo". A modo de ejemplo, mencionó el caso de ANSES y señaló que "en solo un par de años, el segundo mecanismo de cobro de todos los argentinos es cobrar sus cuentas en Mercado Pago".
La frase tocó una fibra sensible para el sistema bancario: la posibilidad de que las cuentas sueldo y previsionales puedan acreditarse en CVU, y no sólo en CBU, un reclamo que las billeteras vienen impulsando desde hace tiempo.
El origen del comunicado
En un primer momento se creyó en sector que el comunicado se activó después de que comenzara a circular entre bancos la versión de que el Gobierno podría reabrir la discusión, retomando un artículo de la Ley Bases original que había sido impulsado por Federico Sturzenegger para habilitar el pago de sueldos en billeteras. Aquella cláusula fue suspendida por la justicia, pero la posibilidad de reincorporarla en la nueva reforma laboral volvió a mencionarse en distintos ámbitos.

Sin embargo, según supo Forbes, es más una respuesta al pedido de las billeteras en diferentes foros para que se paguen sueldos en CVU, como si fueran equivalentes a las CBU. Este planteo se viene reiterando hace tiempo pero que se realice en las jornadas del BCRA llamó la atención. Sobre todo porque surgió dentro del bloque de neobancos, es decir, actores que ya tienen o solicitaron licencias bancarias.
El texto de los bancos argumenta que bajar los estándares para permitir que billeteras virtuales paguen salarios implicaría mayores riesgos para trabajadores y jubilados. Las entidades sostienen que sólo los bancos pueden ofrecer "seguridad y garantía absoluta" sobre los fondos, dado que operan bajo regulación prudencial del BCRA, estándares de Basilea, aportes al sistema de garantía de depósitos y supervisión continua.
Además, recuerdan que en tres décadas "ni un solo asalariado o jubilado tuvo pérdida o demora alguna" en el pago de sus haberes, incluso en contextos extremos como default, corralito, cepos o pandemia.

Por otro lado, los bancos sostienen que cuando los fondos pasan del sistema financiero a billeteras virtuales, disminuye la capacidad de generar crédito para personas y empresas, porque el dinero termina concentrado en Fondos Comunes de Inversión. Cuando esos recursos vuelven al sistema, lo hacen como fondos institucionales, que por definición son volátiles y no aptos para préstamos de mediano o largo plazo. Según el documento, eso afecta directamente la oferta de crédito y amplifica riesgos sistémicos, alimentando lo que describe como "banca en las sombras".
Pero el punto más sensible del documento es el riesgo de integridad de los fondos. El texto menciona los casos de Wenance y Sur Finanzas como ejemplos recientes que ilustran "la importancia de la autorización previa y supervisión posterior y continua por parte del BCRA". Y allí las objeciones del sector bancario encuentran eco incluso entre especialistas más cercanos al ecosistema fintech.
Según distintos expertos consultados, es real que las PSP tienen marcos normativos y de supervisión que no son lo suficientemente robustos y el día que una PSP deja de existir, los fondos pueden llegar a desaparecer. "En eso tienen razón los bancos", lanzan en la industria.

Un debate que recién comienza
El debate expone una tensión de fondo: el Banco Central había avanzado en un proceso de segmentación y mayor regulación de las Proveedores de Servicios de Pago (PSP), con la idea de que las más grandes evolucionaran hacia esquemas equivalentes a los bancos. Ese camino se frenó, y el pedido de habilitar el pago de sueldos en CVU vuelve a poner en primer plano esa zona gris regulatoria.
Los especialistas advierten que si una empresa va a manejar plata de personas físicas, con la que cuentan para poder vivir día a día, tienen que estar supervisadas. En ese sentido, la visión es que no se puede disfrazar la intermediación financiera de innovación porque si una empresa quiebra, ¿quién se hace cargo de pagarle a la gente sus fondos?. "Tocar la plata de la gente no puede depender solo de un acto de fe", esgrimen con dureza.
El punto final del análisis es contundente: o bien "se aumentan los requisitos regulatorios a PSP que quieran buscar ese negocio", o bien "se limita sólo a bancos o entidades financieras". Porque, como sintetiza una fuente del sector, "hoy un banco si quiebra, el BCRA asegura los depósitos; si un PSP quiebra, andá a hacer un juicio a un paraíso fiscal".

Aunque dentro del Gobierno no hay señales claras de que el tema vaya a incorporarse en la reforma laboral - "no tenemos idea si esa opción va a estar o no en la reforma", aclaran desde el sistema financiero—, el documento de los bancos deja en claro que no están dispuestos a habilitar un cambio que, para ellos, implica exponer a trabajadores y jubilados a un riesgo injustificado.
El conflicto vuelve a mostrar la misma línea divisoria que marcó los debates anteriores entre fintech y bancos: innovación y competencia por un lado, seguridad y supervisión por el otro. Esta vez, el disparador fue un pedido público en un foro del Banco Central. La respuesta, un documento que busca dejar sentado un límite firme: los salarios, sostienen los bancos, no son un terreno para la experimentación.