La industria petrolera está lista para lograr un gran acuerdo en la COP28
¿Cuál será el mensaje que llevarán? Que el mundo debería centrarse en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no en la producción de combustibles fósiles.

La industria del petróleo y el gas llevará un mensaje sencillo pero razonable a la COP28 que se celebrará en Abu Dhabi a finales de este mes: el mundo debe centrarse en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no la producción de combustibles fósiles, hasta que la economía mundial deje de funcionar con ellos.

Uno de los principales miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Emiratos Árabes Unidos, será el anfitrión de la cumbre internacional sobre el clima. Además, Sultan Al-Jaber, CEO de Abu Dhabi National Oil Co. (Adnoc), una de las mayores petroleras del mundo, será el presidente de la COP28. 

Con estos representantes, la industria debería tener la oportunidad de hacer oír su mensaje cuando la cumbre anual de la ONU sobre el clima comience el 30 de noviembre.

 

Ese mensaje incluye la promesa de reducir lo antes posible las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y metano procedentes de las operaciones de petróleo y gas mediante la ampliación de tecnologías como la captura y el almacenamiento de carbono (CAC) y la captura directa en el aire (DAC).

En los últimos años, la industria fue líder en el desarrollo de tecnologías para eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción de petróleo y gas, hasta el punto de que la CAC y la DAC sirven ahora de base para las estrategias de transición energética de algunas de las mayores empresas energéticas internacionales, como Exxon Mobil, Chevron  y Occidental. 

Las compañías petroleras nacionales (NOC) de Medio Oriente, como Adnoc y Saudi Aramco, también invierten agresivamente en estas tecnologías para mantener sus posiciones en el mercado.

 

El mensaje se basa en el consenso de que el petróleo y el gas seguirán siendo demandados durante décadas. No importa las previsiones de quién se miren o si se cree que la demanda de todos los combustibles fósiles alcanzará su punto máximo en 2030, como opina la Agencia Internacional de la Energía (AIE), con sede en París, o si se piensa que la demanda mundial de petróleo seguirá creciendo hasta 2045, como sostienen los miembros de la OPEP.

Independientemente de cuándo se produzca, todos coinciden en que el "pico" de la demanda se parecerá más a una larga meseta que a un desplazamiento brusco. 

Incluso la AIE prevé que la demanda de petróleo y otros hidrocarburos líquidos sea de 102,1 millones de barriles al día en 2050 -o más o menos donde está hoy- según su escenario de Políticas de Estado. Este punto de vista podría sorprender a algunos observadores de la política climática, teniendo en cuenta el supuesto sesgo anti-combustibles fósiles de la AIE tras la publicación de su Net Zero para 2050 hace dos años.

 

La industria también promoverá en la COP28 el uso de soluciones basadas en la naturaleza, ya que todo el mundo está de acuerdo en que algunos sectores de la economía mundial, como la aviación, el sector marítimo y las industrias pesadas como el acero y el cemento, serán difíciles de descarbonizar mediante la electrificación. 

Estas soluciones pasan por conservar, restaurar o gestionar mejor los ecosistemas para eliminar el CO2 de la atmósfera. Algunos ejemplos son permitir que los bosques vuelvan a crecer y restaurar los humedales costeros.

Incluso con la guerra de Ucrania -y ahora el conflicto entre Israel y Hamás en Medio Oriente- empujando el suministro energético a lo más alto de la agenda política mundial, es probable que el mensaje de la industria encuentre oposición en Abu Dhabi por parte de los activistas climáticos, especialmente de Europa y posiblemente de la administración Biden.

 

Esta facción volverá a presionar para que se incluya en el comunicado final de la COP un mensaje que califique la "eliminación progresiva de los combustibles fósiles". Pero incluso una propuesta para "reducir progresivamente" el consumo de combustibles fósiles sólo obtuvo el apoyo de unos 80 países de los aproximadamente 170 participantes en la COP27 del año pasado en Egipto, y las propuestas deben ser aprobadas por unanimidad para pasar.

Dados los crecientes desafíos a la seguridad energética, no sería de extrañar que este año baje el apoyo a este tipo de premisas. 

Incluso el gobierno de Biden se mostró cauteloso a la hora de respaldar una "eliminación progresiva" con el ciclo de elecciones presidenciales de 2024 a la vuelta de la esquina y la Casa Blanca preocupada por la inflación y el impacto de los altos precios de la gasolina en la economía estadounidense.

 

Es probable que el mensaje de la industria petrolera -que limpiará sus operaciones, pero seguirá satisfaciendo la demanda si ésta sigue existiendo- suscite serias controversias.

La industria se compromete a eliminar sus emisiones procedentes de la producción y el refinado -conocidas como emisiones de Alcance 1 y Alcance 2-, pero no las generadas por los consumidores. Estas emisiones de Alcance 3, causadas, por ejemplo, por los gases de escape de los automóviles que funcionan con gasolina o gasóleo, quedan fuera del ámbito de la industria. 

El sector cree que es función de los gobiernos cambiar estos patrones de demanda a través de la política.

 

Parece un trato justo porque las decisiones sobre el ritmo y la trayectoria de la transición energética diferirán de un país a otro. Después de todo, no sería justo decir a países pobres como Guyana o Namibia que no pueden desarrollar sus grandes reservas de petróleo recién descubiertas y que podrían cambiar las reglas del juego de sus economías; cuando la demanda mundial de este petróleo sigue siendo fuerte.

Del mismo modo, sería injusto obligar a los países en desarrollo a retirar de la circulación los automóviles con motor de combustión interna y obligarlos a comprar vehículos eléctricos más caros.

No es tarea de la industria del petróleo y el gas cambiar los hábitos de los consumidores: eso corresponde a los responsables políticos. Y ese es el mensaje que espera transmitir en Abu Dhabi en la COP28.

Nota publicada en Forbes US.