En la nueva edición de Forbes, Don Mario, unicornio del Campo
La principal proveedora de genética en semillas de soja, que facturará US$ 850 millones e invertirá US$ 150 millones en I+D en 2023, habla sobre los próximos pasos de la internacionalización. Cómo fue la transición de la empresa fundada por su padre, Gerardo.

Florencia Radici Forbes Staff

El 45% de la soja que se planta en el mundo tiene genética de Grupo Don Mario (GDM). El dato es clave para entender la evolución y el crecimiento de la empresa que fundó Gerardo Bartolomé en Chacabuco hace 41 años y que hoy lidera Ignacio (36), su hijo. GDM es la principal proveedora de genética en semillas de soja y sus números sorprenden: factura US$ 850 millones, emplea a 1.500 personas, está presente en más de 15 países y este año va a invertir US$ 150 millones en Investigación y Desarrollo (I+D). 

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En la década del 80, cuando la soja era todavía un cultivo nuevo, Gerardo creó Don Mario (hoy GDM) junto a cuatro socios. 

Su visión: la soja era un cultivo que crecía en la Argentina pero que estaba más desarrollado en EE.UU., donde había condiciones climáticas y de suelo similares. Entonces, ¿por qué no intentar alcanzar rindes similares? Ingeniero agrónomo, se dedicó a investigar y entendió que la clave estaba en la genética y el tipo de variedades utilizadas. Así, trajo las primeras variedades desde EE.UU. 

Si bien funcionó al principio, en la siguiente década detectó que a las variedades estadounidenses les faltaban “gadgets” para adaptarse mejor al suelo argentino.  @@FIGURE@@

Ahí empezó la etapa de mejoramiento para Argentina enfocado en Argentina. Estos avances se tradujeron, por ejemplo, en cosechas más cortas y aumento de la productividad. Los 90 fueron la década del mejoramiento genético, a medida que la soja crecía en superficie cultivada en el país. 

El siguiente paso: la internacionalización. Los países elegidos fueron los limítrofes, que compartían suelo y clima. 

A principios de los 2000 le llegó el turno a Uruguay. Terminando esa década, llegó otro cambio en el modelo de negocio: pasó de la venta directa el productor a hacer mejoramiento genético, licenciándoselo a las semilleras, y son estas las que les venden a los productores. “Es un negocio más parecido al del software. Fue un cambio muy importante y visionario, porque ayudó a que la compañía pudiera liberar recursos de capital de trabajo para invertirlos en I+D, lo cual mejoró el producto y nos ayudó a crecer”, explica Ignacio, CEO de GDM desde hace dos años, cuando reemplazó a su padre en la posición. El siguiente mercado internacional: Brasil, que hoy representa el 65% del negocio. 

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