Forbes Argentina
Mariano Bó y Javier Gimeno
Negocios

CEOs de Saint-Gobain revelan los planes de la compañía en América Latina y la Argentina

Florencia Radici Forbes Staff

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En un mano a mano con Forbes Argentina, Javier Gimeno, CEO de América Latina de Saint-Gobain, y Mariano Bó, CEO del Clúster Latam, profundizan sobre el potencial de la industria de la construcción.

25 Octubre de 2022 10.12

Fundada en Francia en 1665 por encargo de Luis XIV para revestir de espejos el llamado “Salón de los Espejos” del Palacio de Versailles, Saint-Gobain es uno de los 100 mayores grupos industriales del mundo y es la compañía más antigua del CAC 40, el principal indicador de la Bolsa de París. Está presente en 68 países y tiene más de 180.000 empleados. Su actividad se organiza en torno a tres ejes: materiales innovadores, productos para la construcción y distribución de materiales para construcción.

Su llegada a América Latina se dio en la década del 30 del siglo pasado, primero a Brasil, luego a México y después a Colombia, Argentina, Chile y Perú. Emplea a 20.000 personas en la región y el negocio supera los 4.000 millones de euros, con más de 200 centros fabriles y de distribución.

En la Argentina, de la mano de la japonesa NSG, anunció una inversión de US$ 214 millones para fabricar una segunda línea de vidrios planos, un producto que se utiliza en la industria automotriz y en la construcción, que antes se exportaba desde Brasil y China. “La idea es intentar doblar nuestra cifra de negocio en la región manteniendo un alto nivel de rentabilidad en los próximos años”, asegura Javier Gimeno, CEO de Saint-Gobain para América Latina, junto a Mariano Bó, CEO de Clúster LATAM Sur.

¿Cuál es la estrategia para lograr este objetivo?

JG: Hay tres vectores. Primero, la expansión de nuestra gama de productos. Saint-Gobain está muy presente en el mercado de la construcción, el automotriz y el industrial. El segundo es la expansión geográfica, es decir, cubrir los países donde todavía no estamos presentes –por ejemplo, estamos entrando en Uruguay a nivel industrial–. Y el tercero son las adquisiciones: compramos empresas porque nos permite estar en regiones nuevas o porque desarrollaron tecnologías y productos.

Saint-Gobain, hacemos del mundo un mejor hogar

¿Por qué el foco en Latinoamérica?

JG: Tiene varios elementos. Primero, una población importante y en crecimiento. El potencial de crecimiento de Saint-Gobain está muy relacionado con el tamaño de las poblaciones. Segundo, es un continente donde se produjo un fenómeno de urbanización muy rápido, pero también bastante caótico, en el que no se atendieron ciertas necesidades básicas o estándares, sobre todo en términos de sustentabilidad. La necesidad de reurbanización es perentoria. Tercero, tiene un plus de atractividad por la polarización geopolítica, nos sentimos con más confianza cuando invertimos en países en los que creemos que no existen riesgos políticos mayores.

Pero sí tiene inestabilidades económicas… 

JG: Sí, pero dentro de esa inestabilidad hay una continuidad y una confiabilidad tanto de los regímenes políticos como de las comunidades de negocios. Puede haber turbulencias durante el trayecto, pero el riesgo de accidente grave es muy limitado. Llevamos más de 90 años en Latinoamérica, con equipos locales que conocen las realidades y saben manejarlas.

 ¿Cómo deciden en qué país invertir?

JG: Hay un criterio de tamaño, los países “mayores” son Brasil, Argentina y México y ellos absorben la mayor parte de nuestras inversiones. Otro es el desarrollo de la industria de la construcción, de otro modo nuestras soluciones son difícilmente encajables en ese esquema. Tenemos una organización por regiones y, dentro de ellas, por clusters. Y el poder está en los gestores locales. Nuestras decisiones de inversión dependen mucho de la calidad de los proyectos que nos propongan.

Saint Gobain - Infobae

Mariano, ¿cómo es el desafío de convencer de invertir en un país como Argentina?

MB: Con la lógica de descentralización y empoderamiento de los equipos locales, pasamos las turbulencias con mayor grado de asertividad y con una lógica de inversión regional. Tenemos un centro de I+D en San Pablo, diseñamos soluciones constructivas apropiadas para el mercado latinoamericano.

JG: El trabajo de Mariano no es fácil porque, para una parte de la comunidad de negocios europea, Argentina sufre de una cierta imagen convulsa, incluso de economía espasmódica, en la que es muy difícil prever los acontecimientos. Hay dos elementos para entender esa percepción un poco alterada de la realidad: el problema de la inflación, que hace que una empresa cuando invierte en Argentina no tiene una idea muy precisa del valor de sus activos, y la legislación en curso que impide la repatriación de los beneficios generados, lo cual para Mariano es bueno porque todo lo que genera aquí se reinvierte.

¿Cómo está hoy la compañía en Argentina?

MB: Estamos creciendo, con algunos ups and downs. Pero tenemos 15 plantas industriales en la Argentina y un crecimiento muy superior al que entendemos es el promedio del mercado. Porque, en las crisis económicas, la población argentina encuentra refugio de valor en la construcción y se dinamiza ese mercado. Es extraño que en un país crezca la construcción cuando es muy difícil el acceso al crédito, pero es un buen momento de la industria y estamos casi duplicando la tasa de crecimiento promedio del sector.

¿Cómo está la industria de la construcción en la región?

MB: La industria de la construcción es muy tradicional, con un ecosistema muy fragmentado y procesos muy artesanales. El gran desafío que tienen las sociedades latinoamericanas es la adaptación del stock existente de vivienda a una conciencia ambiental y de confort, y resolver los temas ambientales ligados a la neutralidad de carbono. El otro tema a resolver es que hay importantes segmentos de las poblaciones latinoamericanas que no tienen un mínimo nivel de dignidad en sus condiciones de hábitat.

¿Qué significa que la industria de la construcción sea sustentable?

JG: Que utilice menos recursos tanto en la fabricación de los materiales como en el propio proceso constructivo. Nuestras fábricas están en un proceso permanente de mejora y tenemos el compromiso de descarbonización para 2050. El segundo vector es poner a disposición de la industria de la construcción productos y servicios que permitan que las necesidades de energía de un edificio se reduzcan al mínimo. El 40% de la energía consumida en el mundo tiene que ver con los edificios y podría ser reducido a su mínima expresión si pudiésemos adaptar los métodos constructivos que permiten esa eliminación completa de las necesidades energéticas.

¿La estrategia es que cada país se autoabastezca o se centraliza la producción?

JG: La industria de la construcción en general es de proximidad. Nuestros costes logísticos por la naturaleza de nuestros productos es muy elevado y ocupa una parte proporcional muy grande; eso nos lleva a producir a proximidad del mercado de destinación final. Y eso hace que Saint-Gobain tenga que tener una red industrial muy densa para cubrir todos los mercados geográficos.

¿Cuánto invierten en la región?

JG: Entre un 5% y un 7% de nuestro negocio. Generamos unos 4.000 millones de euros y es una curva ascendente

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