La inesperada victoria del candidato presidencial de Unión por la Patria y actual ministro de Economía, Sergio Massa, en las elecciones generales permitió al oficialismo iniciar esta semana con mayor aire al que se esperaba si el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, finalizaba los comicios como el candidato más votado. De todos modos, el próximo presidente se conocerá una vez consumada la segunda vuelta, el próximo 19 de noviembre.

El mayor desafío de Massa en los próximos 28 días  que quedan hasta el balotaje será administrar una crisis que se ve reflejada en el precio de los dólares paralelos, el salto de la brecha cambiaria y una fuerte aceleración de la inflación, que acumuló dos meses consecutivos con variaciones superiores al 12%. Los economistas consultados por Forbes sostuvieron que los fundamentos de ese escenario no cambiaron y advirtieron que, más allá del resultado electoral, el riesgo de una espiralización sigue latente.

El director de Analytica, Claudio Caprarulo, destacó que la posibilidad de aplicar una eventual dolarización en caso de que gane Milei se alejó un poco, aunque las presiones sobre el tipo de cambio libre seguirá presente. “El escenario de pánico mermó, pero la demanda de dólares es mayor a la que puede abastecer el BCRA y el régimen inflacionario está en alza”, puntualizó el economista.

“El oficialismo puede operar sobre las expectativas de avanzar hacia un esquema macroeconómico más ordenado, que funcione, a diferencia del actual. También tiene que administrar la coyuntura, ya que el salto de la brecha, las remarcaciones y la falta de entregas en las últimas semanas se van a ver reflejados en la inflación. La clave está en la transición de la caja de dólares hasta fin de año, la cual es muy exigente”, sostuvo Caprarulo.

El economista investigador del IAE, Martín Calveira, comentó: “De no mediar declaraciones disruptivas de los candidatos que arribaron al balotaje, las tensiones cambiarias deberían aplacarse en el corto plazo, aunque nuevamente en una economía sin anclas ni programa, la descoordinación generalizada puede tener efectos no esperados. Serán veinte días hábiles donde la intensidad de los desequilibrios pueden remarcarse o comenzar a matizarse, siendo este último escenario de baja probabilidad”.

Para Calveira se proyecta una economía con pocos incentivos para dinamizar la actividad, en medio del actual proceso recesivo, mientras que consideró muy probable que se active un nuevo plan de emisión monetaria, represión financiera y de precios. “Sigue siendo peligroso el carácter aislado, procíclico y poco persuasivo de la política económica sobre la crisis económica. Contrariamente a lo esperado, parece agravarse”, alertó.

La consultora Invecq había advertido que una segunda vuelta entre Massa y Milei, en ausencia de la favorita del establishment Patricia Bullrich, era el escenario más desestabilizante porque ambos candidatos tienen incentivos para profundizar su estrategia.

“Por un lado, el ministro hará lo imposible para no devaluar -vía mayores restricciones, tanto al MULC como a los financieros-, atrasando aún más el dólar oficial. Además, seguirá sacrificando reservas para contener artificialmente las cotizaciones alternativas, y hasta podría expandir aún más el gasto público. Por su parte, Milei continuará con su discurso prodolarización; lo que, en simultáneo con lo anterior, agudizará la corrida frente al peso, presionando al alza a los precios internos”, detalló Invecq.