Un provocador informe del JP Morgan tuvo, durante la semana, una enorme repercusón. Comparaba a Donald Trump con el General Juan Domingo Perón. Un paralelismo que no es nuevo y que otros analistas y medios internacionales ya habían hecho en 2016, cuando el mandatario norteamericano accedió por primera vez a la Casa Blanca. Pero ahora, al menos en Argentina, ese comparación impacta de manera diferente. La identificación del presidente argentino, Javier Milei -en las antípodas ideólogicas del peronismo- con el mandatario de Estados Unidos y hasta los esfuerzos por mimetizarse con él, chocan de frente con la idea de que su mayor aliado en el plano global pueda parecerse en algo al político que personifica la "aberrante" doctrina de la justicia social. Contradictorio, como mínimo.
"El riesgo para los mercados es que los responsables de política económica en Estados Unidos repitan los errores de líderes latinoamericanos como el expresidente argentino Juan Perón", afirmaron los analistas del banco. El documento no se limitó a señalar coincidencias en términos de proteccionismo o críticas a la Reserva Federal. Lo que llamó la atención fue la referencia a una concepción del rol del Estado en la economía que, según el banco, marca un punto de contacto estructural entre ambas gestiones.
En diálogo con Forbes, el economista Gustavo Neffa sostuvo que ambos modelos comparten dos rasgos centrales: el proteccionismo y la apuesta por la industrialización. "A través de los aranceles, Trump busca cumplir tres objetivos al mismo tiempo. Por un lado, recaudar para achicar el déficit fiscal, que hoy ronda el 7% del PBI. Al mismo tiempo, intenta frenar las importaciones para reducir el déficit comercial, que solo con China rozó los US$ 300.000 millones el año pasado. Además, busca atraer inversiones al país, algo que consiguió en parte. En esta estrategia, prefiere el palo antes que la zanahoria para convencer a los empresarios: impone barreras antes que incentivos". Neffa agregó que su método es claro: "Pegar primero y negociar después".
Paralelamente, Jorge Neyro, consultor económico, sugirió a Forbes que, "más allá de las diferencias en los procesos históricos, el punto de contacto entre la política económica de Trump y la de Perón está en la mirada orientada al mercado interno, donde comparten algunas de sus decisiones", sobre todo -continuó- "en lo que respecta a los aranceles y a la necesidad de que las fábricas vuelvan a instalarse en Estados Unidos". Sin embargo, ponderó que "el país todavía mantiene un nivel de intervención estatal mucho menor al que tuvieron los dos primeros gobiernos peronistas, y la Reserva Federal sigue siendo independiente", un tema que también apareció en el diagnóstico del JP Morgan.
El informe de la entidad norteamericana expresó preocupación por el debilitamiento de la independencia del banco central estadounidense y un sesgo proteccionista que afecta la competitividad y la estabilidad. El documento mencionó que estas características ejercen presión directa sobre el dólar y erosionan la confianza de los inversores internacionales.
Para Neffa, la devaluación del dólar no amenaza en el corto plazo el dominio de EE.UU. sobre el sistema financiero global, pero si se mantiene como tendencia, podría debilitarlo a largo plazo. "Mientras tanto, Moody's bajó la calificación crediticia del país de AAA a Aa1, por el aumento del déficit fiscal y de la deuda. Los indicadores clave de la economía estadounidense están ahora bajo la lupa", deslizó el economista.
Los riesgos del intervencionismo
"Los inversores están preocupados por la estabilidad estructural de la economía estadounidense debido a las políticas implementadas durante la era Trump", sostuvo el JP Morgan. Esa inestabilidad no proviene solamente de decisiones técnicas, sino de una lógica política que, según el banco, comparte rasgos con la etapa clásica del peronismo: intervencionismo estatal, impulso al consumo interno como motor excluyente y desconfianza hacia los organismos financieros.
Otro aspecto que generó alertas es el déficit fiscal. El informe apuntó que las leyes promovidas por Trump podrían profundizar el rojo presupuestario. "La legislación propuesta por Trump podría aumentar significativamente el déficit presupuestario, socavando la confianza de los inversores en la sostenibilidad de la deuda de Estados Unidos", afirmaron los analistas.
Grace Peters, estratega jefe de inversiones de JP Morgan Private Bank, agregó que la incertidumbre comercial y la expansión del déficit colocaron al dólar en una posición más frágil que en ciclos anteriores. "El dólar corre un mayor riesgo de depreciación que en períodos anteriores debido a la incertidumbre de la política comercial y al riesgo de un déficit que se amplía rápidamente", explicó.
El informe de JP Morgan planteó además una paradoja con fuerte carga simbólica: mientras la Casa Blanca retoma recetas vinculadas al populismo latinoamericano, varios países de la región avanzan en reformas estructurales que buscan atraer inversión y estabilizar sus monedas. Para los analistas del banco, ese contraste resulta irónico si se considera que Estados Unidos históricamente criticó ese tipo de modelos.
Más comparaciones de Trump con Perón
Por fuera del sistema financiero, otras voces también remarcaron la deriva ideológica de Trump. Ya lo había hecho el Financial Times durante el primer mandado del actual presidente norteamericano: "Trump puede convertirse en el Perón de los Estados Unidos". "Cuando Trump se pavonea con toda la fanfarroneada parece haber salido de un espantoso pasaje de la historia latinoamericana. Dicen que a veces comparte rasgos de hombres fuertes populistas como el dominicano Rafael Trujillo, o los argentinos Domingo Perón y Carlos Menem", precisó en aquel entonces le medio inglés.
Ahora, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes), liderada por el expresidente español José María Aznar, describió el regreso de Trump como el de "un populismo adobado de planteamientos proteccionistas, aislacionistas, y de actitudes intemperantes que en su momento llegaron al abierto desafío institucional alentando ni más ni menos que un asalto al Capitolio". El texto de Faes apuntó también a la contradicción discursiva del exmandatario: "Lo que se dice, según ese patrón, suele tener poco que ver con lo que luego se hace y menos todavía con lo que se piensa, en el caso de que se piense algo".
Mientras tanto, The Wall Street Journal marcó diferencias entre Trump y Javier Milei, a pesar de los intentos del mandatario argentino por parecerse a ultranza al jefe de estado norteamericano. "En materia de comercio, Trump y Milei son mundos aparte. Mientras Trump impone aranceles a aliados y enemigos por igual, Milei se mueve en sentido contrario para deshacer una economía proteccionista y provocar un auge de las importaciones", señaló el diario. El artículo, titulado "El argentino Milei, una superestrella del MAGA, se opone a Trump en materia de comercio", subrayó que en los debates sobre apertura comercial, la figura de Trump recuerda más a los referentes del peronismo tradicional que a los actuales gobiernos liberales de la región.
Para los mercados y los analistas globales, el regreso de Trump no solo reactualiza una agenda económica basada en barreras comerciales y gasto público expansivo. También revive comparaciones con modelos que, como el peronismo argentino, dejaron huellas profundas y contradictorias en la historia económica del continente.