La inteligencia artificial (IA) está revolucionado diversos sectores de la economía y la ciencia, como el de la neurotecnología, que cada vez llama más la atención de las grandes corporaciones de Wall Street.
Durante varios años, investigadores y empresas estuvieron explorando dispositivos implantables capaces de interpretar señales en el cerebro para traducir en palabras o comandos físicos.
Estos equipos, si bien no son nuevos, se están potenciando y optimizando gracias a la efectividad y rapidez de los algoritmos de IA, lo que está permitiendo a personas afectadas por enfermedades debilitantes comunicarse de maneras que antes eran físicamente imposibles.
Según Precedence Research, el mercado de dispositivos neurotecnológicos alcanzó un tamaño de US$ 15.000 millones en 2023, y podría llegar a los US$ 55.000 millones para el 2032. Por esta razón, gigantes como Meta, Apple y Neuralink están tratando de enfocarse en él.
Por un lado, Meta respalda a un equipo de científicos que descubrieron formas no quirúrgicas de detectar la actividad cerebral y el habla para interpretar los pensamientos.
En tanto, Apple presentó en 2022 una patente para sus AirPods que utiliza electroestudios y bioseñales para también medir la actividad eléctrica del cerebro de un usuario.
A su vez, Neuralink, la compañía de Elon Musk, pudo implantar en una persona la primera interfaz cerebro-computadora, la cual tiene más de 1.000 electrodos y 64 hilos.
De esta manera, la carrera de la neurotecnología impulsada por IA, en la que participan más de 30 compañías, cobra cada vez más importancia. No obstante, para que se consolide, hace falta más regulación, en especial contemplando la privacidad de los clientes/pacientes.
