El Gobierno oficializó este jueves un congelamiento para las tarifas de transporte hasta después de las generales, en línea con lo que había sucedido con las naftas y las prepagas. En paralelo, estudian si hacer lo mismo con las tarifas de energía a pesar del pedido del FMI por aplicar subas desde septiembre. La intención oficial es paliar el impacto de la devaluación en el bolsillo, mientras que las estimaciones privadas arrojaron que la inflación de agosto estuvo en línea con los dos dígitos mensuales.

A través de la Resolución 501/2023 publicada en el Boletín Oficial se dispuso la suspensión de los aumentos de trenes y colectivos previstos desde este viernes y del mecanismo de actualización tarifaria hasta tanto “se formule una revisión integral del sistema”, tras las elecciones del 22 de octubre. La decisión se suma a la que se había tomado con los combustibles y las prepagas, algo que generó descontento en el sector empresario.

Para el Gobierno, la estabilización de los cuadros tarifarios "deberá mantenerse hasta tanto se formule una revisión integral del sistema y se avance en la creación de las condiciones de sostenibilidad requeridas para el mismo sin desmedro de la capacidad salarial de los usuarios". En busca de ese objetivo, Transporte deberá crear mesas de trabajo con las cámaras empresarias representativas del sector "como ámbito institucional destinado a realizar un seguimiento de los costos de operación", de acuerdo con el texto oficial.

El objetivo de estas mesas es considerar el impacto que tiene cada parte de la estructura de costos en la tarifa del transporte, independientemente del IPC por el cual se actualiza. Por ejemplo, se analizará el impacto que tiene el congelamiento de determinados precios, como el combustible, en la tarifa.

La cartera conducida por Diego Giuliano también tendrá que revisar la normativa relacionada con la redeterminación de los costos y las tarifas de los servicios, según lo dispuesto. Hubo invitación a las provincias, a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a los municipios a adherir al congelamiento tarifario.

El ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, busca aliviar el impacto de la devaluación en los precios a pesar de que los congelamientos implican mayor presión en el futuro. Es que las consultoras estimaron que agosto cerrará con una inflación superior al 10% mensual, en los niveles más altos desde el 10,4% de abril de 2002.

De acuerdo con el relevamiento de precios minoristas de la consultora C&T para la región GBA, en agosto hubo un aumento mensual promedio de 11%, lo que implicó un alza de 131% en doce meses. “Así, la variación mensual superó el pico previo de 10,4% en abril de 2002, inmediatamente luego de la salida de la Convertibilidad, e igualó la de marzo de 1991, el mes previo al arranque de dicho programa. Debe notarse que agosto es un mes favorable desde el punto de vista estacional, ya que la inflación suele moderarse luego del pico que tiene en julio por el turismo”, explicaron.

Desde Eco Go precisaron este jueves que los precios de los alimentos acumulan un alza de 15,8% en las últimas cuatro semanas, “destacándose el alza de los precios de los productos frescos que no se encuentran bajo acuerdo (carnes, frutas y verduras)”.