Con una inversión de 210 millones de dólares, YPF Luz está construyendo el primer proyecto RIGI de todo el país a 50 km de la ciudad de Mendoza, que ya registra más de un 30% de avance y tendría su primera etapa terminada a principios del 2026.
Se trata del parque solar El Quemado, que se convertirá en uno de los más grandes del país con 305 MW de potencia y que acaba de entrar en una fase clave como es la instalación de la "Golden Tracker".
Para conocer cómo es el paso a paso de la puesta en marcha y los desafíos que enfrenta, Forbes visitó las nuevas oficinas de YPF Luz en Puerto Madero para dialogar con Gonzalo Seijo, Gerente de Ingeniería de Proyectos y Obras.
¿Cómo viene la construcción del parque?
Arrancamos a principios de año con todas las fases preliminares que son la movilización de los contratistas, el movimiento de suelo en las 600 hectáreas, preparado con todo lo que es el retiro de la capa vegetal. Ahora estamos en la etapa del armado de los trackers y próximamente ya empezamos con el montaje de paneles y la obra de interconexión. También estamos avanzado con las obras civiles de los edificios que hacen falta y la playa de maniobra.
¿Cómo se dividen las etapas de puesta en marcha de un parque solar?
La primera parte es la logística de cómo van a llegar los equipos a obra y tener todo preparado para recibir esos equipos. En paralelo, lo primero que se hace en el sitio es la movilización, la llegada de los contratistas, preparar el terreno. Normalmente los lugares donde uno va, dependiendo el tipo de suelo, hay que renovar capa vegetal, hay que hacer cierta nivelación, hay que salvar algunos accidentes geográficos que pueda tener el terreno, que es un trabajo extenso con bastante maquinaria pesada. Una vez que eso está, empieza lo que es el montaje mecánico del parque. Los trackers son estructuras metálicas que se mueven, que siguen al sol. Es un mecano, un rasty si querés. Después hay que hacer toda la canalización eléctrica, todo el conexionado de esos paneles y de los inversores, que son los que convierten la energía del sol. Y una vez que tenemos esa conexión, hay que canalizar esa energía hasta la subestación, que es el punto donde después se va a conectar a la red. Una vez que eso está hecho, viene la etapa final, que es la de comisionado y puesta en marcha, donde se hacen las verificaciones, que todos los circuitos están bien, que la parte eléctrica está bien, que está todo seguro, y ahí se empieza la energización y la prueba para conectarse a la red.
¿En promedio cuánto demora todo el proceso?
Va a depender mucho del tamaño del proyecto y como esté. En este caso en particular, desde que iniciamos hasta que terminemos la última etapa, son 18 meses.
¿Y cuántos van?
Y hoy estamos en un 30% de avance, un poco más. Venimos bien, nosotros tenemos la primera etapa, que son 100 MW previstos para inicios del año que viene, finales de enero, principios de febrero.
¿Los otros 200 MW cuándo estarían?
En total son 305 MW. Para eso se montan 360 megavolts amperes, porque hay un factor de conversión entre continua y alterna, que se utiliza para aprovechar mejor los horarios de sol, entonces en eso finalmente el parque va a entregar a la red 305 megavatios. Los primeros 100 van a estar en enero o febrero del 2026, los segundos al final del primer trimestre y los últimos a mitad de año.
¿La mayoría de las partes vienen de China? ¿Cuál es la participación de la industria nacional?
Tracker, inversores y paneles vienen de afuera, la mayoría de China. Pero el 56% del presupuesto está destinado a proveedores locales, que son los que van a hacer todo el trabajo de montaje del parque y de la subestación. Ahí todo eso es mano de obra local.
¿Cómo es el proceso para elegir los equipos entre tantos cambios tecnológicos de un año a otro?
En el momento de evaluar en el caso de negocio, uno lo que trata de hacer es la mejor combinación que genere la mejor rentabilidad a la empresa y ahí se evalúan en base a la oferta del mercado, lo que genere esa mayor generación. Hoy en día estamos instalando paneles bifaciales de 710 vatios cada uno. Tienen la ventaja que captas el sol directo que llega y que pega en la cara de arriba y después lo que rebota en el suelo lo capta la cara de abajo del panel, en un menor porcentaje, obviamente el rebote en el suelo hay una pérdida. Este parque en particular va a tener un factor de capacidad de 31% que es bastante bueno para un parque solar gracias a esta tecnología y a la posibilidad de moverse para seguir al sol.
¿Qué otro proyecto estás llevando a cabo?
En paralelo, tenemos en Olavarría un proyecto eólico de 63 megas con 9 turbinas de 7 megavatios cada una, que estamos próximos a lo que es el traslado de los equipos a sitio y empezar con el montaje. Hoy la obra civil de ese parque está bastante avanzada. Inclusive lo que es la parte de las conexiones, la línea de media que lleva hasta la subestación también. Ahí todavía estamos trabajando en la subestación y lo que te decía que es el montaje de los aeros que están próximos a ir a sitio.
¿Es más complejo el montaje de un parque eólico por el tamaño de las piezas?
Los dos tienen particularidades, son complejidades distintas. Un parque eólico trabajos de hormigonado masivo con armaduras muy pesadas y densas que tiene una linda complejidad. Y el montaje propiamente dicho de los aeros es un montaje complejo con grúas grandes y a mucha altura. Con lo cual, son grúas de gran porte que no son fáciles de conseguir y tienen todo un trabajo delicado de montaje. El parque solar tiene un montaje más sencillo, pero mucha complejidad en la precisión del armao. El parque hoy que estamos instalando son más de 500.000 paneles, son 1.100 inversores, son más de 75.000 trackers. Y cada tracker tiene un montón de piezas. Entonces es un trabajo parecido a lo que sería una producción en línea y hay que repetirlo bien muchas veces.
¿Qué cosas pueden salir mal?
Podría no estar bien alineado, tanto en altura como de forma longitudinal, y eso hace que después el tracker trabaje mal y se rompa. Uno podría hacer un mal diseño de lo que es la parte de canalizaciones y conexiones eléctricas que generen mucha pérdida y todo lo que captaste del sol no llegue. Se puede dimensionar mal el terreno, no haber calculado bien el viento y provocar roturas.
¿Qué tan sensibles son los paneles? ¿Hay un alto porcentaje de roturas?
Son equipos que tenés que tener cuidado. La tasa de rotura en el traslado, por lo menos hasta ahora, es muy baja. No llega al 1%. El principal punto es cuando se manipula para el montaje del panel.