Catamarca es una de las provincias argentinas con mayor tradición minera y con mejores perspectivas de cara al futuro, con una cartera de proyectos tan diversa que alcanza al litio, el oro, la plata y el cobre.
En su paso por la Arminera 2025, el ministro de Minería provincial, Marcelo Murúa, visitó el stand de Forbes en la feria y tocó todos los temas que abarcan a la coyuntura actual del sector. Desde el estado de las inversiones, el impacto de la minería a nivel local y las discusiones con el gobierno nacional y las empresas.
¿Cómo está hoy la provincia en materia minera y cuáles son los siguientes pasos que se vienen?
Con el proyecto Fénix que viene produciendo litio hace 30 años casi y tres proyectos más que tenemos en construcción que van a empezar a producir entre fines de este año y el año que viene, calculamos que vamos a por lo menos multiplicar por cuatro la producción actual. Y en materia de proyectos metalíferos, que sabemos que son proyectos que tienen un impacto cercano entre entre cinco y ocho veces un proyecto de litio en intensidad de inversión, en demanda de empleo, demanda de proveedores, tenemos a MARA. Está en una de sus últimas etapas de exploración y puesta a punto y tiene la ventaja de ser un proyecto integrado entre lo que fue la infraestructura de Bajo la Alumbrera (el último proyecto de cobre que tuvo la Argentina a gran escala) y el yacimiento de Agua Rica. Eso le permite poder contar con casi la mitad de la infraestructura necesaria. Y finalmente tenemos el proyecto Diablillos que es un proyecto que está en la zona de cooperación, como le llamamos ahora la zona de a la ex zona de conflicto con Salta. Va a ser compartido por ambas provincias y tiene el Informe de Impacto Ambiental de Explotación ya presentado.
¿Cuándo podrían empezar a a construirse estos proyectos?
No me gusta poner plazos, pero Diablillos es el más cercano a entrar en fase de construcción, podemos estar hablando de finales del año que viene al primer semestre del 2027 para comenzar con los primeros movimientos de construcción. Creo que MARA puede llegar a arrancar entre fines del 2027 y el primer semestre del 2028. Ya una vez que empiece la construcción, vamos a ver una demanda de empleo muy importante que se va a sostener durante toda la vida útil del proyecto. Para tener idea de la magnitud del empleo, hoy ya tenemos la misma cantidad de empleo directo que en el mejor momento de La Alumbrera. O sea que, claramente, con exploración se sostiene mucho el movimiento que la minería necesita para estar establecida como una pata del desarrollo productivo de la provincia.
Otro de los debates presentes en esta Arminera fue la discusión por la obra pública que sabemos que el Gobierno nacional decidió paralizar y está la incógnita de si están las condiciones para que las hagan los privados. ¿Cuál es la postura de Catamarca?
La región andina fue históricamente postergada por el diseño de la inversión pública federal. Y no hablo de un gobierno en particular, sino en muchos años. Y claramente ese déficit histórico con iniciativas privadas creo que no alcanza. Nosotros tenemos una ruta que va desde Antofagasta que ya está en ejecución con aporte de la provincia y aporte de las empresas mineras que se van a beneficiar con esa vía beneficiando a muchas comunidades, pero hay muchas otras que que necesitamos y que no las estamos pudiendo lograr. Entonces creemos que en términos de deuda histórica, el Estado federal debe hacer un aporte que nos haga creer en un federalismo real y no el federalismo de papel.
Si finalmente se concreta el proyecto MARA, Diablillos y los de litio que están más avanzados. ¿A cuánto podrían llegar las exportaciones de la provincia de acá a cinco o diez años?
Con MARA estamos hablando de niveles similares a Bajo La Alumbrera, que eran 1.800 o 1.500 millones de dólares al año de exportaciones. Después falta el litio, que depende mucho del precio, pero podríamos llegar a unos 700 u 800 millones. Entonces cuando esté todo activado podemos estar entre 2.500 y 3.000 millones de dólares, cuando hoy exportamos entre 280 y 300 millones al año.
Y más allá de esta generación de divisas, ¿cuál es el mayor impacto que tiene la minería en Catamarca?
Siempre se mira las regalías, que en Catamarca tenemos un arreglo un poquito mejor que lo que marca la ley y además tenemos acuerdos de fideicomiso que hacen que el valor es sea mayor. Son números similares a lo que tiene Australia y muchos otros países. Pero lo más importante es el empleo y el desarrollo de proveedores. A la economía de Catamarca ingresa entre 35 y 36 veces más en forma de sueldo y compras locales que por regalías. Entonces siempre se discute las regalías, pero el verdadero impacto es capturar la mayor cantidad posible a través de empleo local y de desarrollo de proveedores locales. Es un motor que nosotros a través de políticas públicas utilizamos para potenciar el turismo y la agroindustria, que son las otras dos patas productivas que tiene la provincia.
¿Cómo encontrar el punto justo para que esa búsqueda por fomentar la compra local no sea una traba para las empresas y desaliente inversiones?
Todas las provincias que tenemos algún tipo de legislación al respecto porque siempre existe la posibilidad de contratar proveedores afuera, es lo más cómodo para las empresas. Entonces en la mesa del litio acordamos que primero tiene prioridad lo provincial, después lo regional y finalmente lo argentino. O sea, no es una cuestión taxativa que las empresas no lo vayan a poder sortear. Lo que buscamos es acompañar a la empresa y que la empresa nos acompañe. Porque si un proyecto no genera empleo y no genera desarrollo local, nos da lo mismo si se hace o no. No es que queremos que de cero se contrate todo acá, pero tengamos una apertura de parte de la empresa en darnos a conocer sus necesidades y tratar de proveerlas. Y si no alcanza con lo que tenemos a nivel local, nadie les va a cuestionar que compren algo afuera.