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"El camionero más rico del mundo": quién es el magnate estadounidense que llegaría a Vaca Muerta

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Llegó al país sin anuncios, pero se reunió con Milei y sondeó el terreno. Referente del shale en Estados Unidos, Harold Hamm fundó una de las petroleras privadas más grandes de su país y ahora pone la mira en el potencial neuquino.

El presidente Javier Milei recibió el jueves pasado a Harold Hamm, fundador y dueño de Continental Resources, una de las principales petroleras privadas de los Estados Unidos. Hamm llegó al país con parte de su comitiva para iniciar contactos en torno al potencial de Vaca Muerta, aunque por ahora no hay desembarco inminente. Según fuentes oficiales, el empresario está interesado en "cosas concretas" dentro de la formación neuquina.

La visita tuvo más forma de reconocimiento y sondeo que de misión comercial, pero la sola presencia de Hamm en la Casa Rosada captó la atención del sector. El empresario estadounidense es considerado uno de los pioneros en el desarrollo de shale oil en su país y una figura influyente dentro de la industria de los hidrocarburos no convencionales.

Continental Resources tiene sede en Oklahoma y se especializa en exploración y producción de petróleo y gas en formaciones no convencionales. De acuerdo a datos de la agencia Fitch, en el tercer trimestre de 2024 produjo 409.000 barriles de petróleo equivalente por día, con un 53% correspondiente a petróleo y el resto a gas natural y líquidos de gas. Opera principalmente en Dakota del Norte, Montana, Oklahoma, Wyoming y Texas.

Hamm fundó la compañía en 1967 y en 2007 la llevó a cotizar en bolsa para financiar el desarrollo de la formación Bakken. Pero en 2022, ejecutó una maniobra poco habitual: recompró todas las acciones para convertir nuevamente a Continental en una empresa privada. Desembolsó US$ 4300 millones y explicó que ya no había buenas razones para mantenerla pública. "Hemos determinado que hoy la oportunidad es con empresas privadas que tienen la libertad de operar y no están limitadas por los mercados públicos", declaró.

El presidente Javier Milei recibió el jueves pasado a Harold Hamm, fundador y dueño de Continental Resources.

La decisión tuvo lugar en un contexto de tensiones entre el sector petrolero y el gobierno de Joe Biden. La administración demócrata impulsaba nuevas regulaciones desde la SEC, el organismo que regula los mercados, para exigir mayor transparencia a las empresas que cotizan en bolsa respecto al impacto ambiental de sus operaciones. Esa norma fue aprobada en 2024, pero fue judicializada. Con la vuelta de Donald Trump a la presidencia, esa regla quedó sin efecto.

La historia personal de Harold Hamm es, en muchos aspectos, la historia del desarrollo energético estadounidense en las últimas décadas. Nació en 1945, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, en una familia muy humilde de Oklahoma. Fue el último de trece hijos de unos aparceros que se mudaron a Enid, un pueblo petrolero en crisis. A los 16 años, empezó a trabajar en una estación de servicio. Luego pasó a limpiar tanques en una refinería y finalmente armó su propia empresa de transporte de agua para yacimientos.

Incluso hoy, quienes lo respetan dentro de la industria lo llaman "el camionero más rico del mundo". Quienes no lo respetan repiten historias sobre cómo, mientras bombeaba agua, se habría quedado con parte del petróleo de sus clientes. Ninguna de esas versiones fue probada. Lo concreto es que en 1971 Hamm ya perforaba su propio pozo, financiado con activos reunidos a lo largo de una década.

Durante los siguientes 15 años atravesó momentos de bonanza y crisis. Una racha de 17 pozos secos casi lo lleva a la ruina. Pero entonces encontró un punto de inflexión: mientras exploraba zonas rurales de Oklahoma, detectó un antiguo cráter de meteorito enterrado a 2750 metros bajo tierra. La estructura, altamente porosa, se había saturado de petróleo. Hamm estimó que extrajo 17 millones de barriles, lo que le permitió financiar nuevos desarrollos.

En los años 90, Hamm comenzó a interesarse por la formación Bakken en Dakota del Norte, donde los ingenieros experimentaban con perforación horizontal. Aunque los pozos rendían apenas 150 barriles diarios, Hamm insistió. Fue uno de los primeros en combinar esa técnica con la fractura hidráulica, como lo hacía Mitchell Energy en Texas. El resultado fue una revolución en la producción de shale oil: en Bakken, un pozo podía alcanzar los 1500 barriles por día.

El patrimonio de Harold Hamm también explica su lugar en la industria. Cuando Continental Resources comenzó a cotizar en bolsa, vendió una parte de sus acciones por US$ 300 millones. Con el tiempo, aumentó su producción hasta alcanzar los 200.000 barriles diarios y amplió su dominio dentro del sector.

Su vida personal tuvo momentos complicados. En 2014, enfrentó uno de los divorcios más costosos de la historia de Estados Unidos: el acuerdo implicó el pago de US$ 975 millones. Hoy, con más de 79 años, su fortuna supera los US$ 16 mil millones, según estimaciones de Forbes

Hamm llegó al país sin anuncios, pero con una mirada concreta sobre lo que ocurre en el sur. Su trayectoria muestra que sabe detectar oportunidades donde otros ven incertidumbre. En Bakken, apostó cuando muchos se retiraban. En Argentina, ahora observa. La reunión con Milei fue la primera señal. Para un país que busca atraer inversiones en el sector energético, que uno de los grandes referentes del shale en Estados Unidos se interese por Vaca Muerta no pasa desapercibido.

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