Semana Nacional del Bonarda: los secretos de la variedad que acompaña, pero quiere competir con el Malbec
La Bonarda Argentina es la segunda más plantada para elaboración de vino en todo el país. Una selección especial de siete vinos para celebrar toda la semana.

En 2021, el Fondo Vitivinícola de Mendoza impulsó por primera vez la “Semana Nacional del Bonarda” con un objetivo claro: promocionar y difundir la segunda variedad más plantada para elaboración de vino en el país y la tercera más cultivada (8% del total), según el último informe del Instituto Nacional Vitivinícola (INV).

Tras el éxito del año pasado, este 2022 se estableció del 1 al 7 de agosto como la fecha oficial de la Semana del Bonarda, sumándose así a la agenda nacional vitivinícola, junto con el Día del Malbec (17 de abril) y el Día del Vino Argentino (24 de noviembre).

Si hablamos de ventas, en el mercado interno ocupa el sexto lugar, correspondiendo a menos del 3% del consumo total de vino en el país. En referencia a las exportaciones, como varietal la Bonarda representa sólo el 1,1% de las ventas en el exterior y ocupa el noveno lugar del Ranking exportador. Lo que demuestra que todavía hay mucho para trabajar con esta variedad, teniendo en cuenta la gran cantidad de viñedos disponibles.

En el mercado interno, los Bonarda ocupan el sexto lugar: menos del 3% del consumo total de vino en el país


Bonarda Argentina

Pero, ¿de qué hablamos cuando decimos Bonarda Argentina? La “Bonarda original” proviene de los Alpes Apeninos, en el límite de Italia, más precisamente del Piamonte, y de la localidad francesa de Saboya, donde se la conoce como “Douce Noir” (dulce negro).

La llegada a nuestro país se dio por parte de los inmigrantes italianos a principios del Siglo XX. Sin embargo, uno de los primeros estudiosos del vino que tuvo el país, Alberto Alcalde, afirmaba que este varietal no era de origen apenino sino que se trataría de la uva Corbeau, proveniente de otra región francesa, conocida también como Charbono, sobre todo en California.

Ante este “blend” de nombres y orígenes, la Bonarda que crece en nuestro país pasó a llamarse -directamente- Bonarda Argentina. Una uva tinta que acompaña al Malbec en muchos cortes y, al mismo tiempo, busca posicionarse como la segunda opción en las góndolas.

 

Semana Nacional del Bonarda: Siete vinos para festejar

 

Algodon Bonarda Blue Label

 

De Algodon Fine Wine es una bodega ubicada en la localidad de San Rafael, Mendoza, y es una de las grandes impulsoras de este varietal. “La Bonarda es una variedad muy noble. En los últimos años bajamos la cantidad de producción de cada planta para poder aumentar la calidad”, afirma Mauro Nosenzo, enólogo de la bodega.

Su Bonarda Blue Label es un 100% varietal, donde buscan resaltar la fruta y ese toque dulzón al final, típico del varietal. Tuvo un paso de 8 meses en barrica de roble francés de segundo y tercer uso.

Nieto Senetiner Patrimonial Bonarda

 

La línea Patrimonial es uno de los últimos lanzamientos de Nieto Senetiner, con el cual buscan rendir un homenaje a los varietales históricos de la vitivinicultura en Mendoza, a través de diferentes varietales icónicos a lo largo de los 130 años de historia de la bodega.

En este Bonarda, encontramos la fiel expresión de Agrelo, Luján de Cuyo. En cuanto a estilo, podemos ubicarlo entre los vinos del nuevo mundo, donde resalta la concentración de color, pero sin perder la elegancia y la fineza de su acidez. El manejo del viñedo es clave para maximizar la calidad de esta variedad”, explica el enólogo Roberto González.

Gran Dante Bonarda

 

Otro de los grandes impulsores de la bonarda en nuestro país es Dante Robino. “Tenemos un cariño especial, una cuestión sentimental. Siempre aspiramos a elaborar una Bonarda de alta calidad, se logró y hoy no queremos que eso quede acá sino llegar cada vez más lejos”, dice Soledad Buenanueva, enóloga de la bodega.

Su Gran Dante Bonarda es uno de los vinos íconos de la bodega mendocina. De color rojo profundo, de entrada amable en boca con dejos dulzones y aromas a frutos negros y rojos. Uno de esos vinos que con la estiba en botella va ganando complejidad sin perder su frescura.

Insólito Bonarda 

 

Puerta Del Abra es el emprendimiento vitivinícola personal de Jorge Perez Companc: un proyecto totalmente nuevo y por fuera de las cuatro bodegas que ya cuenta el Grupo Pérez Companc en Mendoza. Jorge se enamoró de un lugar casi inexplorado por la viticultura y, desde allí, apostó por elaborar vinos exclusivos y de alta gama.

Así fue como se instalaron en Balcarce, Provincia de Buenos Aires, primero con 3 ha. (en 2013) y hoy ya cuentan con 12 ha. de viñedos de diferentes variedades: de las cuales, entre ellas, está la Bonarda, justamente por pedido explícito de Jorge. Insólito Bonarda es un vino de producción ultra limitada, con 24 meses de paso por barrica y otros 12 de estiba en botella.

Mara Bonarda

 

Mara de Uco es una de las bodegas que lleva adelante Ernesto Catena, con la que busca elaborar vinos que expresen tanto su lugar de origen como todo el potencial de cada varietal. Su nombre es en honor al mamífero argentino que vive y se desarrolla únicamente en nuestro país, sobre todo en la Patagonia.

Las uvas del Mara Bonarda provienen del Valle de Uco, Mendoza, y es un vino que expresa toda la dulzura del varietal, con una entrada en boca muy amable, de color violeta rojizo y aromas a frutos rojos y negros. Un vino muy fácil de beber y gran compañero de las comidas.

Proyecto Las Compuertas Charbono

 

Hasta el momento, debe ser el único de los vinos argentinos que lleva el nombre de Charbono en su etiqueta. Proyecto las Compuertas es el nombre con el que bautizaron los hermanos Pablo y Héctor Durigutti a su línea proveniente de la zona homónima mendocina, donde elaboran lo que se llama “vinos de finca”: de un único viñedo.

Esta Bonarda fue la primera plantada en la IG de Las Compuertas, proviene de suelos profundos franco pedregosos y es fermentada en huevos y piletones de cemento. “Es un vino carnoso, sabroso y aterciopelado en boca”, tal como describe su enólogo, Pablo Durigutti.

Colonia Las Liebres Brusca

 

Si bien no abundan en el mercado, también se pueden encontrar espumosos elaborados con uva Bonarda. Uno de esos casos es el Colonia Las Liebres Brusca de Altos Las Hormigas: la bodega argentina del reconocido enólogo italiano Attilio Pagli

Se trata de un vino natural, elaborado con uvas orgánicas y con burbujas bien ligeras. Está inspirado en el estilo de los Lambruscos italianos, pero a base de la cepa argentina. Es un espumoso donde la fruta y la acidez están muy bien equilibradas, convirtiéndolo en un vino fácil de beber e ideal como aperitivo.