Magia De Uco: el secreto mejor guardado del Valle de Uco
Ubicada en Los Chacayes, en el corazón del Valle de Uco, Magia De Uco reescribe las reglas de la elaboración de vinos de alta gama combinando más de 450 años con precisión europea y criterios de sostenibilidad.

Hay historias que se tejen en silencio, lejos de los circuitos masivos y los flashes. Magia De Uco es una de ellas. Ubicada en Los Chacayes, en pleno Valle de Uco mendocino, esta bodega familiar representa algo más que un proyecto vitivinícola: es el punto de encuentro entre 18 generaciones de tradición —16 en Italia y 2 en Argentina— y una tecnología de vanguardia que marca el rumbo en el continente.

La historia comienza en Bellosguardo, un pequeño pueblo del sur de Italia, ubicado en la provincia de Salerno, que hoy apenas supera los 800 habitantes. Allí, desde 1558, la familia Tucci cultivó uva y olivo como parte de una tradición que se transmitió por generaciones. Cuando Giovanni Budetta y Francesca Tucci llegaron a Argentina en la posguerra, ese hilo se cortó temporalmente. Pero no desapareció.

Alberto Budetta, hijo de Giovanni y Francesca, se crió oyendo las historias de los olivos y las uvas que cultivaban en la Tenuta Dai Campi en Italia. El recuerdo de ver a su madre cuidando el parral que tenía en su hogar sembró en él desde temprano una conexión íntima con la tierra y la vid. Con mucha devoción, reprodujo a lo largo de los años estas historias en la mesa familiar, con sus tres hijos, Gianfranco, Luciana y Chiara, y su esposa Graciela Casalnuovo. Así, Alberto y Graciela decidieron continuar el legado familiar que se vio interrumpido por la Segunda Guerra Mundial.

En 2003, poco después de una de las mayores crisis económicas y sociales que vivió la Argentina, Alberto y Graciela iniciaron este gran recorrido con un objetivo claro: honrar el legado familiar, dejar una huella y trascender. En uno de los tantos viajes que hacían a Mendoza en busca del lugar adecuado, conocieron a Amílcar Álvarez, que trabajaba en el Instituto Nacional del Agua y que se volvió un amigo entrañable. Amilcar les explicó claramente que el mejor lugar para armar este sueño era en lo que hoy conocemos como Los Chacayes, en el Valle de Uco. Un terroir singular, preciado.

Magia De Uco

Algunos años después, Alberto viajó con Gianfranco a Bellosguardo para visitar a la familia. Fue durante esa visita que, de manera espontánea, pasaron por la capilla del pueblo. En la capilla, el cura abrió libros en latín cuyas hojas se deshacían en las manos. Este momento íntimo y emotivo confirmó el fuerte vínculo con sus raíces: 16 generaciones ininterrumpidas de la familia Tucci cultivando uva y olivo.

Dos décadas de paciencia y precisión

La cronología de Magia De Uco no sigue los tiempos del mercado, sino los del vino de excelencia: tierras compradas en 2003, plantación en 2005, primera cosecha en 2007. Pero la historia tiene un giro inesperado. Después de elaborar vinos excepcionales en 2008 y 2009 en bodegas de terceros, Alberto y Graciela tomaron una decisión fundamental en 2010 que marcó un punto de inflexión. Impulsados por el compromiso de alcanzar la excelencia y asegurar la máxima calidad año tras año, decidieron que era indispensable elaborar el vino en su propia bodega, garantizando el control total de cada proceso.

Durante esos años, Magia De Uco vendió sus uvas a algunas de las bodegas más reconocidas del país, referentes en vinos de alta gama. Lejos de ser un tiempo de espera, fue una etapa estratégica que permitió consolidar la calidad del viñedo, mientras se desarrollaba con visión y paciencia el proyecto de tener una bodega propia, que finalmente se inauguró en 2021. Los vinos salieron al mercado en septiembre de 2024.

El secreto está en los detalles

"Los detalles no son solo detalles cuando marcan la diferencia", es una de las frases que define la filosofía de Magia De Uco. Y cada eslabón de la cadena productiva lo demuestra.

El proyecto comienza desde lo más esencial: el agua. Debajo de la finca existe una napa de agua mineral natural de manantial libre de sodio, reconocida y autorizada por la provincia de Mendoza. Este es un atributo único del terroir: es con esa agua de máxima pureza que se riegan gota a gota las 42 hectáreas divididas en 6 células y 74 microparcelas, y forma parte esencial de la identidad y calidad de sus vinos. 

"A cada uno de los chicos que trabajan con nosotros, se le otorgó una célula desde su plantación. Son las mismas manos que plantaron las vides hace más de 20 años y que hoy siguen cuidándolas con la misma dedicación", explica Alberto. "Es un conocimiento planta por planta". 

Esta intimidad con el terroir se complementa con certificaciones rigurosas: miembros de la Asociación de Viticultura Regenerativa, desde 2007, Magia De Uco cuenta con Buenas Prácticas Agrícolas (Global G.A.P.) y desde su primera elaboración con Buenas Prácticas de Manufactura, ambas certificadas de forma ininterrumpida. También está adherida a programas como CampoLimpio y COINCE.

Vendimia de Madrugada y precisión tecnológica

La elaboración comienza cuando el termómetro marca entre 7 y 8 grados en la uva, generalmente entre las 9 y las 10 de la noche. Esta Vendimia de Madrugada no es un capricho: a esas temperaturas, la piel de la uva tiene más consistencia, se conservan mejor los aromas, no hay oxidaciones tempranas ni insectos. En promedio entre 35 y 40 minutos, las uvas pasan de la planta al interior del tanque. Este tiempo representa un récord en la industria, logrado porque el viñedo y la bodega se encuentran en el mismo emplazamiento y cuentan con tecnología de vanguardia. Esta decisión estratégica evita traslados prolongados, minimiza la oxidación temprana y garantiza una expresión más pura y vibrante del vino.

 

Luego viene la selección: manual primero, mecánica después y finalmente óptica digital. Una cámara fotográfica escanea en tiempo real cada baya que ingresa. El enólogo programa dos únicas variables: color y tamaño. Solo lo que cumple esos parámetros perfectos entra a la bodega. El resto es expulsado por picos de aire comprimido, y se reutiliza íntegramente para hacer compost, reforzando el compromiso con la sostenibilidad y el aprovechamiento total de los recursos. 

Pero la verdadera joya tecnológica está dentro. Una central de control enológica conectada a tanques autofermentables y vasijas de concreto permite monitorear en tiempo real temperatura, cinética de fermentación y cada variable crítica. Todo el sistema está diseñado para intervenir lo menos posible y acompañar al vino en su evolución con precisión milimétrica. "Somos los únicos en Latinoamérica que tienen esa tecnología", afirma Alberto. "Utilizamos tecnología patentada, un diferencial importante que nos posiciona como los únicos en el continente en contar con este sistema de elaboración".

La bodega fue diseñada con arquitectura bioclimática integrada: paredes de 30 centímetros de hormigón con aislante, construida con áridos del lugar, orientación sur. El resultado: se mantiene entre 12 y 16 grados todo el año. Antes de construirla, analizaron las temperaturas de los 7 años previos. "Máxima precisión con mínima intervención", resume Alberto.
 

Vinos sin filtros, con carácter

El portfolio se divide en tres líneas. Magia De Uco Celebración incluye dos espumantes y un rosado, todos de Malbec. La línea Magia De Uco presenta tres tintos jóvenes. Y Magia De Uco Notable ofrece vinos de más cuerpo y carácter, como el Cabernet Franc que Alberto describe como "excepcional, una expresión única de este varietal en Los Chacayes. Logramos ir un paso más allá gracias a su carácter propio y a nuestra máxima precisión enológica".

 

Todos los vinos pasan por VINARIUN, un programa interno exclusivo de Magia De Uco con una metodología rigurosa que define qué vinos están a la altura de su filosofía. Este programa culmina en la mítica Sala Purgatorio, donde solo lo excepcional sobrevive. Dentro de su portafolio, presentan vinos sin filtrar y sin clarificar, así como con vinos veganos y libre de gluten.

Hay un detalle que emociona especialmente: entre las plantaciones de Malbec (60%), Cabernet Franc, Petit Verdot y Syrah, crecen 1.000 plantas de Aglianico, la uva tradicional de Campania, la tierra de los padres de Alberto. Ya hay vino hecho y próximamente planean lanzar un blend que incluye esta variedad que Magia De Uco logró plantar y adaptar en su viñedo. Es el círculo que se cierra.

Hoy, Magia De Uco está desarrollando el mercado de Buenos Aires, principalmente en canal Horeca, vende online y exporta activamente a mercados internacionales como Perú y Brasil. Para 2026, el foco sigue puesto en la construcción de marca. "Todo lo que hacemos hace 21 años es realmente diferente. Hay mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucha pasión de parte de todo el equipo", reflexiona Alberto. "No hay una única estrella, somos una constelación. Cada rol que uno cumple es fundamental".

Para más adelante, también proyectan desarrollar turismo y visitas guiadas, aunque sin perder el foco: elaborar vinos de excelencia con una filosofía inquebrantable, guiada por la sostenibilidad, el respeto por la tierra y una visión a largo plazo.

Cuando se le pregunta a Alberto por algún recuerdo especial de Mendoza, él destaca no un recuerdo, sino una forma de actuar, donde imperan la constancia y el compromiso colectivo: "Aquí, lo extraordinario surge del trabajo en equipo, no de una figura individual". Ese es, quizás, el verdadero diferencial de Magia De Uco: que detrás de toda la tecnología, las certificaciones y la precisión europea, late algo más antiguo. Una pasión transmitida a través de 18 generaciones. Un mandato no escrito que llevó a Giovanni y Francesca a cruzar el océano, a su hijo a comprar tierras en medio de una crisis, y a la familia a dedicar 21 años de esfuerzo y constancia inquebrantable para llevar el proyecto a su máxima expresión, construyendo lo que hoy es Magia De Uco.