De la histeria a la euforia, las técnicas anti-estrés que usan los traders del mercado para sobrevivir a la tensión

Es una de las actividades más estresantes: al frente de las pantallas que nunca se apagan porque siempre hay un mercado abierto en el mundo, los brokers y operadores del mercado se suben cada tanto a la más vertiginosa de las montañas rusas. Es lo que sucedió en las últimas semanas, cuando las cotizaciones se derrumbaron, ocasionando fuertes pérdidas para muchos inversores y, fin de semana mediante, anotaron exuberantes subas al calor de la ayuda financiera de Estados Unidos. Esos movimientos bruscos determinan pérdidas y beneficios abruptos a los que están habituados los traders, lo que no elimina la tensión que absorben, de las que a veces les cuesta deshacerse.

La meditación, un concepto difícilmente asociado a las finanzas, es una de los métodos más recomendados para alcanzar la calma y evitar daños en la salud. Lo mismo que las diferentes técnicas de masajes terapéuticos, una práctica cada vez más extendida.

No está ya sólo vinculada al relax sino que se la reconoce como una herramienta para mejorar la circulación, aliviar tensiones musculares, corregir la postura y acelerar la recuperación después de la actividad física. Pero su impacto no se queda en lo físico, lo que resulta clave: también eleva el ánimo, disminuye la ansiedad y contribuye a un descanso más profundo.

La especialista Mariia Mikhailova, masajista terapéutica con experiencia en técnicas de relajación y recuperación, lo explica con claridad: "Muchas veces se piensa que solo se busca aliviar el dolor del cuerpo, pero lo que sucede en la camilla es más profundo. Al liberar tensiones musculares, la persona también suelta pensamientos y preocupaciones que cargaba sin darse cuenta",

Algo similar ocurre con la meditación, que se ha convertido en un refugio para quienes buscan calmar la mente. Los últimos datos de Voices y la red WIN muestran que Argentina figura entre los países con mayor avance de la meditación. La proporción de personas que declara practicarla alcanzó 41%, muy por encima del registro de 2018. Esa expansión confirma un salto sostenido y ubica al país en el pelotón que más empuja el fenómeno. A nivel global, el promedio llegó a 35% en 2025, contra 29% en 2018. La fotografía, entonces, ofrece dos certezas: la meditación creció en todo el mundo y Argentina lo hizo a un ritmo superior.

 

 Diversos estudios demuestran que dedicar apenas unos minutos diarios a esta práctica puede reducir los niveles de estrés, mejorar la concentración, fortalecer el sistema inmunológico e incluso favorecer la resiliencia emocional.

Para Mikhailova, la clave está en la combinación: "El masaje ayuda al cuerpo a relajarse y la meditación enseña a la mente a sostener esa calma en el tiempo. Cuando ambas prácticas se integran, la transformación es mucho más poderosa". De ahí el crecimiento en la adopción de estas nuevas "terapias". 

"La notable expansión de la meditación en la Argentina —que creció un 60% desde 2018— se inscribe en un cambio cultural más amplio: el tránsito desde las religiones tradicionales hacia formas más personales, flexibles y diversas de espiritualidad", afirmó  Directora Ejecutiva de VoicesConstanza Cilley 

Un estilo de vida equilibrado

Incorporar estas prácticas no requiere grandes cambios en la rutina. Una sesión de masaje cada cierto tiempo y diez minutos diarios de meditación son suficientes para notar una diferencia real en la energía, la actitud y la calidad de vida.

"Siempre les digo a mis pacientes que no vean el masaje y la meditación como lujos esporádicos, sino como hábitos de salud. Son herramientas que devuelven equilibrio y nos ayudan a vivir con más consciencia", concluye Mikhailova, quien brinda 5 consejos clave.

- Recibir un masaje al menos una vez al mes para mantener el cuerpo en equilibrio.

- Beber agua antes y después de la sesión, ya que la hidratación favorece la eliminación de toxinas.

- Practicar la respiración consciente durante el masaje y la meditación para profundizar la relajación.

- Comenzar con 5 o 10 minutos diarios de meditación, sin presiones ni exigencias.

- Escuchar al cuerpo y a la mente, adaptando la práctica a las propias necesidades.