Por qué lo que aparece cuando te googlean importa más que lo que pusiste en tu CV
La primera impresión ya no la da una entrevista, sino los resultados de una búsqueda. En un mercado que rastrea señales antes que promesas, mostrar coherencia entre lo que hacés y lo que se ve online puede ser la diferencia entre avanzar o quedar afuera.

Hoy, tu próxima oportunidad empieza con una búsqueda en internet. Y tu marca personal es la primera entrevista. Antes de que lean tu currículum o revisen tu solicitud, te googlean. Así de simple. Quienes toman decisiones hacen lo mismo que haría cualquiera: buscan tu nombre en LinkedIn, en bases de datos internas o con herramientas de inteligencia artificial generativa.

Y lo que encuentran pesa. Podés tener una presentación impecable y sonar como un referente en tu campo, pero si tu huella digital muestra un perfil estancado o lleno de contenido generado por IA, la desconexión salta a la vista. Esa diferencia entre lo que decís y lo que pueden comprobar no solo genera desconfianza: muchas veces te deja afuera antes de que siquiera exista una chance de generar confianza. Hoy, los empleadores no miran solo lo que hiciste. También quieren saber quién sos y cómo vas a moverte en lo que viene. Por eso, los que toman decisiones ya no se quedan con lo que mandás. Buscan señales, no solo en tu currículum, sino en cada rincón donde aparece tu trabajo.

Y cuando ese supuesto liderazgo intelectual suena a texto generado por herramientas que imitan la percepción en lugar de generarla, la credibilidad se desploma. En un escenario donde las impresiones nacen de una búsqueda online, la coherencia y la autenticidad no son opcionales. Son el punto de partida.

Por qué no se puede tercerizar la confianza

Contratar a alguien para que te escriba el currículum, te arme el perfil o te maneje la imagen no alcanza si la base no está firme. La marca personal no se arma: se vive. El mercado laboral valora la coherencia entre lo que decís, lo que mostrás y lo que cualquiera puede encontrar sobre vos. No se trata de buscar visibilidad porque sí. Se trata de asegurarte de que tu experiencia, tus valores y lo que querés construir estén a la vista en los lugares donde la gente busca información sobre vos.

La autenticidad vale más que la perfección. Un perfil o portfolio que muestre quién sos de verdad —tu voz, tu recorrido, tu forma de ver las cosas— genera mucha más confianza que uno impecable pero genérico. No se trata de impresionar a todo el mundo, sino de que las personas indicadas vean claramente lo que tenés para ofrecer.

Si tu solicitud cuenta una historia y tu presencia online otra —o directamente no cuenta nada—, es probable que los reclutadores te dejen pasar. No por falta de talento, sino porque no hay pruebas de lo que decís saber. Los empleadores quieren ver evidencias: en tus publicaciones, en las recomendaciones que te hacen y en cómo te presentás, incluso en contextos más informales.

La presencia ya no es física

En un episodio de "El futuro del menos trabajo", Lorraine Lee, autora del best seller Presencia inolvidable: hazte vsto, gana Influencia e impulsa tu carrera, marcó la diferencia entre la presencia física y la digital. "La presencia no se trata solo de cómo nos ven los demás, sino también de dónde nos ven", dijo. "Se trata de nuestra presencia en video y virtual... nuestra presencia en LinkedIn. Se trata de nuestra presencia cuando ni siquiera estamos cara a cara", sostiene.

 Antes de que lean tu currículum o revisen tu solicitud, te googlean. 

En un contexto donde la colaboración ya no ocurre siempre en tiempo real y la influencia pasa por documentos compartidos o charlas virtuales, tu visibilidad no puede quedar librada al azar. Tiene que ser intencional. Eso incluye comentar con criterio, escribir con claridad y estar presente con un propósito, incluso en las interacciones más chicas. "Queremos ser intencionales y reflexivos", suma Lee, y marca una diferencia clave: la gente se da cuenta cuando decís algo con sentido... y cuando hablás solo para llenar el silencio.

Generá visibilidad antes de necesitarla

Para quienes atraviesan un cambio laboral o quieren volver al ruedo, el mensaje es claro: hacete visible antes de que sea urgente. Tu presencia digital tiene que mostrar tus verdaderas fortalezas, no solo tus aspiraciones. Y resistí la tentación de delegar tu voz en alguien —o algo— que no conoce de verdad tu trabajo. Porque sí, tenés una marca, la gestiones o no.

"Todos tenemos una marca", dice Lee. "Podemos ser muy reflexivos e intencionales al respecto, o podemos dejarla al azar y que otros la definan por nosotros". Eso implica adueñarse de la propia historia, todo el tiempo. Si te metiste en una industria nueva, contalo. Compartí el camino, lo que aprendiste y la curiosidad que te llevó hasta ahí. Si querés que te vean como alguien con mirada propia, tenés que participar con frecuencia y hacerlo de forma visible. No para buscar viralidad, sino para dejar una marca. Y esa marca construye confianza.

Lo más importante es dejar de delegar tu identidad personal. Las herramientas pueden ayudarte. Las agencias pueden amplificar tu voz. Pero tu historia —la verdadera, la que se sostiene en el tiempo y se ve— solo puede salir de vos. El trabajo pide visibilidad. Pero no cualquiera: tiene que mostrar quién sos de verdad, qué sabés hacer y qué hacés. No la historia que otros creen que vende. Contá la historia real.

 

*Con información de Forbes US.