En 1988, el CEO de Openbank Argentina, Federico Procaccini, tuvo su primera experiencia profesional. En ese entonces, tenía 22 años y estaba en cuarto año de la carrera de Ingeniería Industrial en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Fue una pasantía de seis meses en el área comercial de la compañía Impsat.

“La compañía buscaba desarrollar la red de internet en Argentina y, en ese marco, mi desafío fue generar nodos para llevar la conectividad y realizar el desarrollo comercial de cuentas de internet (dial up) en todo el país”, rememora el ejecutivo.

Procaccini cuenta que su mayor expectativa era aprender. Además, en aquel entonces, Internet tenía una penetración mínima en el país y para él fue muy motivador tener una oportunidad en la que todo estaba por hacerse. “El contexto en el que asumí ese desafío parece hoy un escenario impensado: había solo 60.000 cuentas dial up en el país. De ahí en adelante, todo fue vertiginoso e imparable”, refuerza.

El ejecutivo cuenta que en esa primera experiencia vivió la importancia del trabajo en equipo como motor de un proyecto, algo que hoy busca transmitir a las personas con las que día a día trabaja en el desarrollo y crecimiento de Openbank. “Además, significó la puerta de entrada al fascinante mundo de Internet, en el que luego desarrollé otros grandes desafíos en mi carrera”, destaca.

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Entre lo que implicó a nivel de desafíos, Procaccini asegura que lo más complejo –que suele ser al mismo tiempo lo más atractivo de los proyectos– fue desarrollar un negocio sobre una tecnología que no solo las compañías sino también la sociedad estaba aún comprendiendo. “Vender futuro fue un desafío, que aún hoy me interpela desde mi rol en Openbank. Ser un banco digital implica no solo proveer soluciones que mejoren la experiencia de las personas en el mundo financiero sino también educar sobre cómo operar en una cultura digital first”, concluye.

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