Pablo Wahnon Editor de Innovación
A veces hay que encontrar un punto en las alturas para encontrar la perspectiva correcta, esa que nos muestra lo que no es tan fácil de advertir en una primera vista. Quizá por eso el IBM IA Experience se llevó a cabo en las altas cumbres del Valle Nevado, un lugar que fue el escenario ideal para tomar contacto con las metas y desafíos que enfrentan las organizaciones para agregar inteligencia artificial en sus negocios.
El evento se inició con uno de los ejecutivos argentinos que más alto llegaron en el mundo IT. Se trata de Lufer Padilla quien tiene a su cargo para América Latina toda la estructura de IBM Consulting, lo cual implica no solo gerenciar a miles de personas, sino estar cerca de quienes están trabajando día a día para agregar valor dentro de clientes de múltiples industrias. Fue un gran movimiento estratégico el que inició IBM cuando se dio cuenta de lo crucial que era el componente de consultoría para lograr que la tecnología funcione.
Padilla presentó los resultados más recientes del "CEO Study", un relevamiento global que IBM realiza desde hace más de dos décadas y que reúne la visión de unos 2.000 líderes empresariales de diferentes industrias, con un 10% de representación latinoamericana. El estudio muestra que cerca de dos tercios de los gerentes generales de la región ya están incorporando agentes e inteligencia artificial generativa en sus compañías y que un 89% planea mantener o acelerar sus programas de transformación digital en los próximos dos años. Además, el 64% de los CEOs latinoamericanos encuestados confirmaron que están adoptando agentes de IA activamente y se están preparando para implementarlos a gran escala.
La encuesta también refleja que la innovación en productos y servicios continúa siendo una de las prioridades centrales, pero que en un contexto de incertidumbre gana peso la precisión para proyectar y tomar decisiones de inversión. Para muchos líderes, la capacidad de anticipar escenarios se volvió más urgente que nunca.
En la visión de Padilla, el momento exige un cambio de mentalidad. No alcanza con mantenerse en el statu quo: las organizaciones que avancen deberán combinar coraje, capacidad de apropiarse de la IA generativa para crear valor, una cultura profundamente orientada a los datos y disciplina para priorizar proyectos con verdadero retorno de la inversión. "El desafío no es experimentar el FOMO y por miedo a quedarse afuera meterse en un sinnúmero de proyectos o de pilotos vistosos sin tener bien claro el porqué, sino que las empresas deben focalizarse en los casos de uso que generen impacto real. En la región, los CEOs reconocen que la IA ya no es una cuestión de productividad periférica: afecta directamente al corazón de los negocios", afirma Padilla.
El punto más disruptivo de la charla fue la referencia al uso limitado de los datos internos. Mientras que gran parte de la información pública ya está digitalizada y disponible en grandes modelos, el verdadero diferencial está en los datos propietarios de cada organización. "Más del 90% de la información pública hoy ya está siendo utilizada por IA generativa, pero el 1% solamente de la información propietaria está siendo aprovechada. El potencial realmente para diferenciarse está ahí, en incorporarlo, empezar a usarlo y a avanzar en usar menos datos estáticos y usar más datos conversacionales, y entrenar agentes que después entrenen al talento humano", comenta Padilla.
Sin embargo, la mayoría de las empresas todavía mantienen fragmentados sus datos en silos, con poca calidad y gobernanza. Esa es la explicación de por qué, según IBM, menos del 1% de esa información estratégica está hoy alimentando los sistemas de inteligencia artificial. Para Padilla, allí reside la principal oportunidad de la próxima década: quienes logren organizar, limpiar y activar ese caudal latente podrán marcar distancia frente a sus competidores.
La conversación no se detuvo en el diagnóstico. IBM viene reforzando su estrategia en inteligencia artificial generativa con watsonx, la plataforma que integra modelos abiertos, capacidades de gobernanza y despliegue en ambientes híbridos. En los últimos meses, la compañía también presentó soluciones como IBM Network Intelligence, que aplica analítica avanzada y razonamiento de agentes para automatizar redes de telecomunicaciones, y anunció integraciones con Oracle Cloud Infrastructure y adquisiciones focalizadas en datos y consultoría. El mensaje de Padilla es que no se trata solo de modelos, sino de la capacidad de poner la IA a trabajar sobre los sistemas centrales del negocio, desbloqueando el valor de datos que hoy permanecen invisibles.
El estudio, además, alerta sobre la brecha entre los pilotos iniciales y la escala. Aunque cerca de un cuarto de las compañías de la región ya reportan beneficios de proyectos de IA, apenas un 16% logró extenderlos de manera transversal a toda la organización. Allí se hace evidente otro de los cuellos de botella: el talento. La velocidad de adopción tecnológica supera la disponibilidad de perfiles preparados para operar y liderar en un entorno donde humanos y agentes digitales deben trabajar juntos. Por eso, Padilla enfatizó un enfoque que combina formación interna, adquisiciones de mercado y alianzas estratégicas con partners, evitando depender de una sola fuente de capacidades.
Si bien la inteligencia artificial ya se percibe como un factor central de competitividad, el verdadero diferencial está en cómo cada organización logre transformar su cultura y su manera de operar para aprovechar el 99% de los datos que hoy permanecen fuera del radar de los algoritmos.
Para los CEOs de la región, la decisión no pasa por si invertir o no, sino por cómo hacerlo de manera disciplinada, con foco en resultados tangibles y con la convicción de que la ventana de oportunidad no permanecerá abierta por mucho tiempo. Encontrar cómo hacerlo seguramente les obligará a que encuentren su punto de vista único y especial, como ese que se obtiene cuando la perspectiva cambia y lo importante resalta en el valle de lo urgente.