El proceso lineal de "extraer, producir, consumir y desechar” es uno de los grandes problemas en la actualidad a nivel global. Ese modelo lleva a la escasez de recursos, la contaminación ambiental y la aceleración del calentamiento global. Como alternativa, la economía circular es un paradigma que busca modificar la forma en que se produce y se consume. En este modelo, los residuos pueden ser utilizados como recursos para reingresar al sistema productivo. De esta manera, se reducen los desechos y se extraen menos bienes naturales del planeta.
La cuestión es cómo pasar del modelo tradicional lineal a uno nuevo circular. Y empresas de distintos rubros ya están dando pasos en esta dirección. Danone encuentra en la economía circular la oportunidad para reducir la huella de los envases. La empresa promueve el desarrollo de sistemas de recolección que ayudan a garantizar que los envases sean reutilizados o reciclados.
“Desde 2011 llevamos adelante un programa de reciclaje inclusivo en articulación con el fondo de inversión Danone Ecosystem y la Fundación Avina, con el objetivo de incrementar las tasas de reciclado en Argentina, empoderar el ecosistema de reciclaje, profesionalizando y reconociendo el importante rol que tienen las cooperativas de recuperadores urbanos”, cuenta Diego Buranello, director de Asuntos Corporativos de Danone Cono Sur. Respecto del impacto, agrega: “Trabajamos con 53 cooperativas en 43 ciudades en Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe y Río Negro, impactando a más de 5.300 recuperadores urbanos y 27.000 beneficiarios indirectos. Estas cooperativas recolectan un valor de 280 tns/mes de PET y 3.300 tns/mes de material reciclable. Nuestra ambición es incrementar su impacto y alcance recolectando 300tns de PET/mes”.
L'Oréal Argentina aborda la economía circular desde el programa Garnier Green Beauty, que tiene el propósito de usar cero plásticos en sus envases, ahorrando 37.000 toneladas de plástico cada año. “Se busca que todos los envases sean reusables, reciclables o compostables. Paralelamente, Garnier trabajó en alianza con el gobierno y está trabajando una nueva política de optimización de packaging para promover la economía circular”, cuenta Mariana Petrina, directora de Corporate Affairs, Engagement & Sustainability de L'Oréal Argentina. A través de otra marca de la empresa, Lancôme, se ofrecen productos reciclables, rellenables o recargables. Desde 2018, debido a las recargas del envase de Absolue, se han evitado usar 250 toneladas de vidrio.
Desde 2014, Nespresso ha invertido más de 185 millones de CHF en infraestructuras de reciclaje a nivel mundial con más de 100.000 puntos de recogida en 57 países. En 2015, se puso en marcha el proyecto piloto Second Life en Suiza para crear nuevos productos con cápsulas Nespresso recicladas. “Realizamos cuadernos con tapa de aluminio reciclado que luego obsequiamos a los clientes, entre otros productos. Todos son producidos con el fin de darle una nueva vida al aluminio, y seguimos trabajando localmente para desarrollar nuevos y diversos productos”, cuenta María Eugenia Ybarra, Customer Care & Services Manager de Nespresso. A nivel local, las cápsulas que reciclan los clientes son acopiadas y llevadas a una planta de tratamiento donde se realiza la separación de los materiales: el café y el aluminio. El café es donado para la preparación de compost orgánico en el desarrollo de huertas en escuelas rurales junto a Fundación Huerta Niño. El aluminio se convierte en nueva materia prima para la realización de nuevos objetos.
La industria eólica creía que el material de las palas requería un nuevo enfoque de diseño y fabricación para que fuesen reciclables o incluso circulares al final de su vida útil. Vestas encontró una solución novedosa en este sentido. “La iniciativa se basa en un proceso químico que puede descomponer la resina epoxi, de la que están hechas las palas de un aerogenerador, y llevarla a materiales vírgenes. El proceso químico se desarrolló en colaboración con la Universidad de Aarhus, el Instituto Tecnológico Danés y Olin, socios de Vestas en el proyecto CETEC (economía circular para compuestos epoxis termoestables), que tiene como objetivo lograr esa solución. La solución se puede aplicar a palas en operación y las futuras, sin necesidad de cambiar el diseño o la composición estándar de los materiales que las conforman. Una vez madura, la nueva solución ofrecerá a Vestas la oportunidad de fabricar nuevas palas con material reutilizado. En este momento, el proyecto se encuentra en su fase piloto por dos años, para ver de qué manera se puede escalar a nivel global”, dice Andrés Gismondi, VP de Sales en Vestas LATAM.
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Desde 2016, Newsan lleva un modelo de negocio inclusivo basado en la economía circular que promueve el consumo responsable, da respuesta a la problemática de los residuos eléctricos y electrónicos al extender la vida útil de los electrodomésticos y permite la inclusión social con oportunidades genuinas para aquellas personas que por diversos motivos encuentran barreras para acceder al mercado laboral. “El ciclo de trabajo comenzó con una instancia de formación técnica de más de 380 horas en reparación, emprendedurismo y ventas, destinada a personas que encontraban barreras para acceder al mercado laboral. Esto resultó en la conformación de 6 Unidades Productivas (UP), encargadas de la reparación y el reacondicionamiento de los electros, y 4 Unidades de Ventas (UV)”, cuenta Marcela Cominelli, gerenta de Legales, Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Newsan. La empresa dona los productos con potencial de reparación, que son distribuidos en alianza con la Fundación Tzedaká. Durante 2022, se alcanzó más de 9.800 productos reacondicionados, con una tasa de recupero del 60%.
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En 2022, Nestlé logró el 100% de neutralidad en plásticos. Esto significa que recolecta y recicla la misma cantidad y tipo de plástico equivalente al que coloca en el mercado. “Queremos ir más allá: estamos trabajando en reducir 1/3 el uso de plástico virgen en nuestros envases para 2025, garantizando de esta forma la circularidad. Ya hemos alcanzado importantes logros sobre este sentido: contamos con 30% de rPET en las botellas de Nestlé Waters, cambiamos nuestros sorbetes de los productos listos para tomar Nesquik y Nido por sorbetes de papel evitando más de 10 millones de sorbetes plásticos al año y cambiamos la icónica tapa roja del Nescafé Dolca para que sea más fácil de reciclar”, dice Verónica Rosales, directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos y líder de Sustentabilidad de Nestlé para Argentina, Uruguay y Paraguay.
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Una vez terminada su vida útil, los envases de cartón de Tetra Pak son totalmente reciclables, incluyendo tapas y sorbetes. “Nuestra iniciativa tiene como objetivo aumentar el reciclaje en toda la Argentina, lo que requiere de acciones como asegurar la capacidad de reciclaje e incentivar la cadena de clasificación y recolección, donde hay mucho esfuerzo de cooperativas y recuperadores urbanos, así como programas municipales y provinciales. Trabajamos con muchos actores de la cadena de reciclaje: Cempre, Instituto Argentino del Envase (IAE), Ceads, clientes y programas de reciclaje con inclusión. Hemos puesto 35 cintas de recuperación en todo el país, así como también colaborado con campañas e inversiones en empresas de reciclaje en Argentina”, dice Horacio Martino, gerente de Sustentabilidad para Tetra Pak Cono Sur.
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Con el proyecto de Economía Circular, que Toyota lanzó en 2020, se alcanzó una reducción de costos de US$ 5,04 por vehículo. “La iniciativa consiste en integrar nuestra gestión de residuos a la de autopartistas, proveedores y concesionarios con el fin de brindar soluciones ambientales a nuestra cadena de valor, a través de la fabricación de autopartes con material reciclado, la generación de energía a partir de residuos industriales y el desarrollo de merchandising sustentable. Hasta el momento recuperamos cerca de una tonelada de plástico para la producción de 367.647 antenas; 800 kg de indumentaria en desuso destinada a la fabricación de 258 paneles insonorizantes y 4.013 kg de polipropileno reciclado para la elaboración de 200.671 nuevos parachoques. También se redujo en un 20% la generación de residuos especiales, 607 toneladas de CO2 debido a la eficiencia logística y 18.000 m3 en la utilización de suelo para la disposición de residuos”, explica Santiago Sellart, project leader del área de Sustentabilidad de Toyota Argentina. El programa promueve la articulación con emprendedores de barrios populares, quienes desarrollaron merchandising a partir de materiales reciclados de la cadena de valor. Toyota Argentina provee la materia prima (residuos recuperados de la cadena de valor) y garantiza el 100% de la compra de los productos fabricados por los emprendedores.
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Las empresas Andreani, Dow y Plastinor anunciaron una nueva alianza para el desarrollo de bolsas con materiales más sustentables para la distribución de productos y paquetería. Gabriel Pérez, gerente de Desempeño Ambiental de Andreani, explica el origen: “A partir de un estudio realizado en conjunto con el Conicet sobre el ciclo de vida de los plásticos de un solo uso, elaboramos una estrategia de reducción, reemplazo y transición hacia materiales más sustentables para nuestro packaging”. Y agrega: “Esta búsqueda para reducir el impacto generado por los plásticos de un solo uso nos llevó a repensar nuestros insumos y productos desde la etapa del diseño y buscar nuevos proveedores y aliados estratégicos, como en este caso son Dow y Plastinor”. La bolsa cuenta con un 70% de plástico recuperado.
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Royal Canin Argentina está llevando a cabo desde 2022 un proyecto que permite la recuperación de los envases del consumidor final, denominado Programa Ciclopack. El ciclo es el siguiente: una vez finalizado el alimento, el consumidor puede acercar el envase de cualquier marca, vacío, limpio y seco, a los puntos de acopio de la campaña. La marca luego se encarga de coordinar el retiro para que puedan reciclarse a través de un proceso de trituración y compactación que los transforma en madera plástica. Este nuevo material tiene los mismos usos que la madera convencional y tiene muchos beneficios ya que evita la deforestación, no se astilla ni atrae plagas.
Para ayudar a instalar el hábito de devolver envases, Cervecería y Maltería Quilmes desarrolló VALE, una billetera virtual donde los consumidores pueden cargar sus envases vacíos entregándolos en un punto de venta, para usarlos cuando quieran en la red de comercios adheridos. En 2022 tuvo 40.000 usuarios activos y recuperó 1,6 millones de botellas. Como compañía tienen un objetivo en cuanto a packaging circular para que a 2025 el 100% de los envases sean retornables o estén fabricados a partir de materiales mayoritariamente reciclados.
“En las malterías destinamos todos los subproductos a la composición de biofertilizante o para la alimentación animal. Los residuos que generamos desde el agro, es decir, la cebada que no ingresa en las malterías, tiene como destino el mercado forrajero. En cuanto al proceso cervecero, el bagazo de cebada, la levadura húmeda y seca se destinan a alimentación animal; el cartón va a una papelera; el cajón de cerveza molido a envases de plástico; el vidrio roto a hacer nuevas botellas, y los lodos anaeróbicos y la pulpa de etiqueta como tierra filtrante o landfarming (es una forma de biorremediación de suelos que están contaminados; le agregan distintos nutrientes y remueven la tierra para generar actividad de los microorganismos). Toda el agua que usamos en el proceso es tratada y se reutiliza con diferentes fines como riego, limpieza de maquinaria, para hacer funcionar máquinas o incluso para hacer simbiosis industrial. Al mismo tiempo, toda nuestra producción se abastece de energía renovable, generada en el parque eólico Budweiser en Achiras, Córdoba”, explica Vanesa Vázquez, gerenta de Crecimiento Inclusivo y Sustentabilidad de Quilmes.
También se realizó una alianza con Micelio Bio para producir hongos comestibles a partir del bagazo resultante de la elaboración de cerveza. Anualmente se generan más de 400.000 toneladas de bagazo de cebada en Argentina como subproducto del proceso cervecero. El bagazo es el resultado de la maceración y filtrado que se genera durante el proceso de elaboración de cerveza que, al tener un alto contenido de minerales y proteínas, resulta altamente coadyuvante como sustrato natural para la producción de hongos frescos. Cervecería y Maltería Quilmes invirtió $ 15 millones para la construcción de una nueva planta en Chascomús donde se producen los hongos.
Fomentar la economía circular desde el sector público
En marzo de 2021, la Ciudad lanzó la Red de Economía Circular, un espacio de articulación entre el Estado y el sector privado, académico y civil para crear estrategias y acciones de economía circular, con foco en la reducción y en la reinserción de residuos sólidos urbanos. “La red es un marco institucional para trabajar con los actores de toda la cadena de valor. Cuenta con 340 adheridos, el 9% pertenece al sector académico, el 14% son organizaciones de la sociedad civil, el 21% son emprendedores circulares y el 56% son empresas productivas, comerciales y cámaras empresariales”, detalla Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana de CABA. Adherirse es gratis.
Las empresas que quieran pueden hacerlo a través de la firma de una carta de adhesión. Desde la red, ya se realizaron acciones con organizaciones como Nestlé (se elaboró un convenio para captar en Puntos Verdes las cápsulas de café y bolsas de alimento de mascota), con Pulpak, con Verallia y con RAPET, entre otras. Además, desde noviembre de 2021 CABA cuenta con una Ley de Economía Circular que propone elaborar una hoja de ruta en este sentido. “Dispone el desarrollo de una Estrategia de Economía Circular (2023-2027) de forma participativa que vamos a presentar a fin de año”, dice Muzzio.
Las pymes con ADN circular
Desde hace 16 años, Paola Pandra trabaja en el mercado de la cosmética, pero quería armar una nueva empresa con un ADN sustentable. “Junto a Fernanda, mi socia, decidimos durante la pandemia crear Refill Lab. Fueron 10 meses de desarrollo de producto, fórmulas, blends, packaging y certificaciones”, cuenta la CEO del emprendimiento, que se lanzó en enero de 2021. La empresa cuenta con 10 productos en 11 fragancias y más de 80 accesorios para acompañar la experiencia refill. Tiene una línea de hogar, una capilar, corporal y de fragancias. “Por cada bidón que un cliente compra, son entre 10 y 20 frascos menos que van a contaminar. Si un cliente nos compra un bidón de 2 litros de jabón líquido, uno de crema y uno de home fragrance, ese cliente y nosotros, de manera conjunta, le estamos ahorrando al medioambiente entre 30 y 60 frascos que van a la basura. Además, nuestras fórmulas son biodegradables”, cuenta Pandra.
PAPA es una empresa que acciona proyectos de triple impacto a través del diseño y la colaboración. Los productos son producidos en Daravi, fábrica de mujeres jefas de hogar. La empresa nace de la unión de dos empresas B certificadas. Hasta el momento, se han reutilizado más de 14 toneladas de material de descarte industrial. “Desde el punto de vista ambiental, trabajamos con descartes industriales para generar desarrollo de productos que además de tener valor en el mercado tienen el propósito de comunicar la problemática de la basura industrial ligada a la economía lineal. Si bien sabemos que reutilizando descartes no estamos solucionando el problema, porque llegamos al final de la cadena productiva, entendemos que los descartes existen y no queremos que sean invisibles”, cuenta Lorena Nuñez, su cofundadora. Con Swiss Medical Group encararon un trabajo de investigación y diagnóstico del material de las tarjetas de plástico. Como resultado, se realizaron más de 6.000 productos con las tarjetas no entregadas a los usuarios por la pandemia. Uno es un llavero íntegramente realizado con tar - jetas trituradas que los usuarios reciben al digitalizarse.
