La adaptabilidad se erige como la habilidad clave que, para muchas compañías, supone romper con paradigmas establecidos y les exige salir de su zona de confort.
Si las grandes empresas diseñan propuestas de valor al empleado, las que dotan de
sentido a la marca empleadora, ¿por qué no podrían hacerlo también las pymes, que
son responsables de cerca del 70% del empleo en el país?