En un mundo empresarial cada vez más atravesado por la inteligencia artificial, la volatilidad económica y los cambios en los hábitos de consumo, la innovación ya no es una opción sino una condición para la supervivencia. Así lo plantearon los tres líderes que participaron del panel sobre innovación en el marco del Forbes CEO Summit Argentina: Agustín Ibero, CEO de Dia Argentina; Mariano Ragognetti, director general de Kyndryl para Argentina, Chile y Uruguay; y Santiago Urrizola, CEO de Flux IT.
Desde industrias distintas, los ejecutivos coincidieron en que innovar no es simplemente aplicar tecnología de vanguardia, sino comprender las necesidades reales de los consumidores, habilitar espacios para la prueba y el error, y formar equipos que puedan liderar procesos de cambio. La clave, aseguraron, está en tener una visión clara, un liderazgo abierto y una cultura corporativa que abrace la transformación.
"La innovación es un desafío diario", sostuvo Ibero, quien lidera un equipo de más de 3.500 personas en la cadena de supermercados con mayor presencia nacional. "Los procesos más profundos surgen de la necesidad de un consumidor más exigente. Ese fue el punto de partida de nuestra transformación: redefinir la propuesta de valor para responder a un cliente que quiere comprar cuándo y dónde quiera, en su casa, en el trabajo o a menos de 400 metros". Esa transformación, que permitió a Dia superar las 1.000 tiendas en Argentina y expandir su canal digital, implicó no solo tecnología, sino decisiones estratégicas: "No se trata de aplicar por aplicar. El error más común es pensar primero en la tecnología y después buscarle una necesidad. La aplicación de soluciones innovadoras debe nacer del negocio", advirtió el ejecutivo.
Desde el sector tecnológico, Ragognetti reforzó esa mirada: "Las trabas a la innovación siempre fueron el corto plazo y los números. Siempre estás luchando entre el corto y el largo". Para el CEO regional de Kyndryl —empresa que opera en más de 60 países—, una de las claves del proceso está en compartir experiencias y construir comunidades de aprendizaje: "Cada país tiene su potestad para innovar, pero también la responsabilidad de compartir lo aprendido". En un contexto donde la inteligencia artificial está redefiniendo los modelos operativos, Ragognetti planteó que el mayor desafío actual es el reskilling: "Tenemos que pensar cómo capacitar e incentivar a nuestra gente todos los días. La revolución ya está acá, más allá de las fronteras tradicionales". El ejecutivo subrayó que el desarrollo de habilidades —más que de contenidos— debe formar parte de la agenda cotidiana de los líderes: "Hay que ser consistentes. Si no, lo hacemos en espasmos y no generamos los resultados que queremos. El proceso cultural va a ser complejo, porque hay cosas que la gente hacía muy bien y ahora debe dejar de hacerlas para aprender otras. Pero hay ecosistemas que ayudan a transitar ese cambio".
Flux IT es una de esas compañías que se dedican a acompañar procesos de adopción tecnológica en grandes organizaciones. Su CEO, Urrizola, destacó la importancia de crear entornos seguros donde se pueda experimentar: "El contexto no ayuda a la innovación. Nuestro rol como líderes es generar el espacio para lograrlo. No se le puede pedir a un equipo que innove un día y al otro pedirle rentabilidad inmediata. Esa dualidad es muy difícil, sobre todo en la Argentina". En su caso, explicó, la innovación se estructura en tres niveles: organizacional, procesal y de producto. "Nosotros trabajamos con nuestros clientes para que cada punto de contacto con sus usuarios esté diseñado con propósito. Esa claridad en la visión es lo que sostiene la innovación en contextos adversos", detalló.
A lo largo del panel, surgió una idea común: que la inestabilidad —si bien condicionante— no puede ser excusa. "Hace 16 años que lidero la compañía y nunca hubo estabilidad", apuntó Urrizola. "La inestabilidad es una excusa perfecta para no innovar. Ahora que el contexto empieza a cambiar, tenemos que liderar equipos que se animen a hacer más".
El potencial de América Latina frente a la IA fue otro de los temas destacados. Ragognetti compartió un informe reciente de Google según el cual la región podría adoptar esta tecnología con mayor rapidez que las economías desarrolladas: "El promedio de edad es más bajo, hay energía por explotar y una altísima penetración del celular en sociedades de ingresos medios y bajos. Eso representa una gran oportunidad".

El retail, por ejemplo, ya está aprovechando el volumen de datos generado en cada transacción. "Tenemos más de 15 millones de tickets por mes. Esa información nos permite personalizar la propuesta de valor para cada cliente, algo que antes hacíamos con planillas de Excel y ahora con herramientas mucho más sofisticadas", explicó Ibero. Pero insistió: "Antes de pensar en la tecnología, hay que definir qué solución de negocio queremos dar. Todo tiene que responder al propósito".
Sobre el cierre, los tres ejecutivos compartieron su visión sobre el liderazgo necesario para sostener la innovación. Ragognetti mencionó tres atributos: apertura, capacidad de adaptación y compromiso con el desarrollo de habilidades. "Ya no hay lugar para jefes lejanos o inaccesibles. Y con la velocidad de los cambios, sobre todo los que va a traer la inteligencia artificial, hay que prepararse para abandonar estructuras del pasado y crear otras nuevas".
Urrizola, por su parte, planteó una redefinición del éxito en el liderazgo: "No se trata sólo de lograr resultados. Hoy hay que liderar equipos que lideren el cambio. Equipos que abracen la incertidumbre como un atributo diario y no como un problema. En ese río revuelto, también hay oportunidades".
El panel concluyó con una reflexión compartida: la innovación no es un área ni un proceso puntual, sino una cultura que debe impregnar toda la organización. En un contexto local desafiante, con inflación persistente y reglas cambiantes, los CEOs dejaron en claro que el momento de innovar es ahora, y equivocarse es parte del proceso.
"Declararse ignorante es el primer paso para aprender", sentenció Urrizola.